‘Esto vende’, de Sergio Bleda

Editorial: Grafito.

Guión: Sergio Bleda, Rakel, Alberto López Aroca, Víctor Santos y Rafael Marín.

Dibujo: Sergio Bleda.

Páginas: 104.

Precio: 16 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Octubre 2015.

Una multitud de gatitos, un gorila verde y una sugerente conejita de playboy pelirroja. Eso es lo que aparece en la portada de Esto vende, un libro que cuenta con el sugerente subtítulo de The very best of Sergio Bleda. La romcabolesca mezcla de elementos confirma una verdad que se aprecia con el reparo de las historias cortas que conforman este volumen, y es que no hay un único Sergio Bleda. El autor cambia con sus historias, se adapta, se moldea a sí mismo para encajar. Y por eso abraza sin miedo la fantasía, el terror, el porno y el histórico, por eso le vale el lápiz en blanco o negro o las acuarelas, la exuberancia y también la sencillez. No hay un único Sergio Bleda, sino que hay infinitos, tantos como historias decida acometer, e incluso son diferentes dentro de un mismo universo, como muestran los diferentes retazos de El baile del vampiro que se incluyen entre las páginas de Esto vende. ¿Y qué es lo mejor? Que cada uno de esos Sergio Bleda es espléndido en sí mismo. Se aprecia una evolución en los 25 años de historietas que recorre el libro, una gozosa recuperación de pequeños relatos ya difíciles de conseguir, recuperados para el disfrute de los lectores y, seguramente, también del autor, que se entrega así un poquito más a sus seguidores, esos que cogerán este libro, volverán sobre sus páginas y se preguntarán si un solo autor es de verdad capaz de dominar tantos registros.

Una primera mirada para entender esa evolución, una en el fondo simplista por los límites que se marca, la proporciona El baile del vampiro. Desde la Intro, de 1993, hasta la brillante ¡Schtroump! de 2004, un divertidísimo homenaje a Los Pitufos escrito por Alberto López Aroca, hay un Bleda diferente en cada uno de esos relatos, y que sin embargo sigue siendo el mismo y se le reconoce. Lo hay también en el deleite erótico de Sexy City, un formidable y pícaro homenaje al Astro City de Kurt Busiek y Brent Anderson, en el homenaje cinéfilo que le escribe Rakel en Tarantino Fiction o en el sarcasmo cómico, casi autobiográfico se diría, que hay en las tiras de Pablito, dibujante español. Pero es precisamente en la variedad donde Bleda crece como autor total, que domina historias de diferente extensión, desde la estremacedora página de This is Story a las veinte de Guerrilleros, del diálogo continuo de esa misma historia a los cartuchos de texto con los que narra No te olvidamos, su extraordinario homenaje a José Antonio de Huéscar, a la ausencia total de sonidos (salvo los que genera la muy estimulada mente del lector) en la mencionada Sex City, del desmadre más absoluto de esa fantasía sexual de una mujer y un imposible consolador de forma humana generado con chicle a la deliciosa confrontación de dioses en El lado bueno.

Si hay variedad en los guiones, no todos escritos por Bleda pero sí aceptables como parte de un universo personal e intransferible, lo mismo sucede con el dibujo. Es una gozada ver cómo Bleda se adapta a todo, y por eso es tan fácil caer en sus garras y devorar un libro como este. Esto vende es la evidencia de que estos 25 años que celebra el volumen han sido una continua experimentación visual y narrativa de la que salen dos ganadores, el propio Bleda y el lector. Este, de hecho, tiene que volver a las preguntas con las que iniciábamos estas líneas. ¿Cómo es posible que un autor domine tantas formas de dibujar como muestra Bleda en el libro? Desde el Sergio Bleda fanzinero al Sergio Bleda preciosista y clásico no hay más que unas páginas de diferencia en este formidable autohomenaje, y de todos ellos se extrae un disfrute especial que se adapta a lo que pretende cada uno de los relatos aquí incluidos. Cada estilo encaja en la historia que construye y no hay forma de decantarse por uno o por otro. Pese a su a la vez simpático y ampuloso subtítulo, este es un libro modesto que, casi sin que nos demos cuenta, acaba convirtiéndose en una lectura imprescindible para conocer a Bleda. Y eso, viendo su categoría como autor, los temas que trata incluso desde espectros como la fantasía o el terror, y la fascinación que genera con sus dibujos, es mucho decir.

El contenido extra del volumen lo forman una introducción de Carlos Pacheco y una simpática historieta más en la que Bleda, por boca de crítico y bloguero, explica algo más de cada una de las historias contenidas en el libro.