Televisión – ‘El Pacificador’, temporada 2, de James Gunn

Título original: Peacemaker.

Reparto: John Cena, Danielle Brooks, Freddie Stroma, Chukwudi Iwuji, Jennifer Holland, Steve Agee, Robert Patrick, Frank Grillo, Sol Rodríguez, David Denman, Tim Meadows, Michael Rooker.

Episodios: 8.

Duración: 33-58 minutos.

Plataforma: HBO Max.

Estreno: 21 de agosto/ 9 de octubre de 2025 (Estados Unidos, España).

Que El Pacificador (aquí, crítica de su primera temporada) fuera el gran superviviente de la pasada era de DC en la pantalla ya indica que es uno de los juguetes predilectos de James Gunn y donde, por su tono y por la interpretación que ha hecho de los personajes, más y mejor puede desarrollar el tipo de humor que le gusta para un mundo de superhéroes. Lo curioso de la segunda temporada es que lo mejor que ofrece no está ahí, sino en el tema de fondo que subyace y que, por desgracia, cierra antes de que el clímax y el cierre nos inviten a pensar que el verdadero sentido de esta segunda tanda de episodios era otro. Gunn encuentra una historia muy potente. ¿Y si un héroe fracasado encontrara un mundo alternativo en el que es el bueno de la película en todos los sentidos? ¿Renunciarías a tu mundo, a tu propia vida, para calzarte los zapatos de otro tú que sí ha podido tener todo lo que uno ha soñado? Esta es una forma de jugar con el multiverso que no habíamos visto con tanta rotundidad, y eso hace que el tema eclipse claramente intentos de continuidad como la aparición de Green Lantern y Hawkgirl en el primer intento de colocar El Pacificador dentro de la continuidad inaugurada con Superman (aquí, su crítica). Y sí, el Pacificador de John Cena encaja muy bien en esa duda vital por lo que nos han contado hasta ahora y por lo que amplía esta segunda temporada.

Aquí es donde entra en juego la permanente contradicción de Gunn, que consigue que nos enamoremos de los personajes, prácticamente de todos, a pesar de que sus guiones son una oda a la estupidez humana, algo que no limita a los habituales secundarios cómicos, sino que lo amplía a todo el reparto, héroes antagonistas por igual. Así que no, no se puede tomar en serio El Pacificador, aunque sea precisamente la faceta más seria la que llama la atención. El resto es puro Gunn, ¿cómo podría no serlo? Tenemos esa divertida fusión de música rock y acción que ya mostraba en la primera temporada y en El Escuadrón Suicida (aquí, su crítica), recoge temas, momentos y personajes de las dos aproximaciones anteriores de Gunn al universo DC… y por supuesto convierte la serie en el elemento de continuidad que esperaban los aficionados, conectando el relato, lógicamente, con Superman. Tanto es así que el final abierto hace que nos preguntemos, con ciertas razones, si la única intención de la segunda temporada de El Pacificador está en su escena final y lo que pueda significar en e futuro de DC en el cine más que en lo que realmente tiene fuerza en el relato, que es ese choque de personalidades multimensionales, que es lo que realmente nos mantiene pegados a la pantalla en el cuerpo central de la temporada.

Con esas dudas, que mezclan aciertos y elementos no tan positivos (o que amenazan con distanciar a parte del público), como por otra parte suele ser habitual en la obra de Gunn, lo cierto es que el director ha sabido crear un reparto cohesionado, divertido e implicado. Podemos discutir si personajes como Vigilante tienen aquí la mejor manera de explotar sus virtudes, por supuesto, pero Cena es la punta de un iceberg muy, muy simpático.  Cada personaje tiene su propio arco, y todos confluyen bien. Es difícil creerse a un cuerpo de espionaje de élite como el que nos presenta la serie, porque la estupidez sigue siendo la norma a seguir, pero al mismo tiempo se disfruta con ello, y en el fondo no quieres que se acabe. Si a eso se suma un buen diseño de producción, unas escenas de acción y tensión bien calculadas y una buena dosis de locura dimensional, la segunda temporada de El Pacificador termina por convencer. No en todo, ojo, pero sí en lo esencial. Da sus vueltas para llegar a puntos en los que ya habíamos estado, no termina de explorar de una forma radical y potente algunos de los temas que toca y tiene demasiado empeño en esta ocasión, algo que no sucedía en la primera temporada, de plantear cosas para el futuro, pero en general sigue manteniendo mucho de lo que convirtió la serie en una agradable sorpresa en su presentación.

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