Cine – ‘Kraven el Cazador’, de J. C. Chador

Título original: Kraven the Hunter.

Director: J. C. Chador.

Reparto: Aaron Taylor-Johnson, Ariana DeBose, Fred Hechinger, Alessandro Nivola, Christopher Abbott, Russell Crowe, Murat Seven, Yuri Kolokolnikov, Tom Reed, Levi Miller, Diaana Babnicova, Billy Barratt.

Guion: Art Marcum, Matt Holloway, Richard Wenk.

Música: Benjamin Wallfisch, Evgueni Galperine, Sacha Galperine.

Duración: 127 minutos.

Distribuidora: Warner.

Estreno: 13 de diciembre de 2024 (Estados Unidos y España).

Es difícil entender la historia del Spiderverso de Sony. Muy difícil. Habiendo acertado tanto con Spider-Man, primero con las películas de Sam Raimi, después con las de Marc Webb y finalmente, ya bajo el amparo de Marvel Studios, con las de Jon Watts, no se entiende el escaso éxito de las películas que ha hecho sobre sus villanos. Una puede salir mal. Incluso dos. Pero no dar con la tecla en ninguna de las que ha formado parte de este particular universo es algo digno de estudio, porque además han jugado con personajes establecidos, conocidos, populares y queridos, de los que no han sabido hablar. Kraven el Cazador no es la peor de este ciclo, algo que seguramente tendríamos que adjudicar a Madame Web (aquí, su crítica), pero sí es la que marca la defunción definitiva de este intento de Sony de sacar partido a Spider-Man sin el héroe arácnido. Han sido años de rumores, intentos y fracasos, también de algún éxito bastante inesperado como el de Venom (aquí, su crítica), pero del que pocas cosas van a quedar en el recuerdo. En el caso de Kraven, además, duele ver lo insustancial que es la película teniendo a un director como J. C. Chador, uno que debutó con una historia, la de Margin Call, que fue nominada al Oscar, o de contar con actores como Aaron Taylor-Johnson o un desganado Russell Crowe.

Para aquellos que admiren a Kraven de los cómics de Spider-Man, cuesta una barbaridad ver aquí al mismo personaje. Si algo hizo Joker (aquí, su crítica), la primera, no la denostable segunda ahora alabada por cineastas de prestigio como si el público no fuera capaz de entender nada, fue entender a un villano desde su dimensión propia. Kraven el Cazador opta por lo contrario, por convertir a un malo de manual, uno de los mejores del mundo de Spider-Man, en un héroe trágico. Cuesta entender el giro, es difícil asimilar que se cambie la esencia de un personaje de esta manera para dar el salto al cine. Aunque es cierto que Kraven fue adquiriendo matices con el paso de los años, este que vemos en pantalla no es el personaje de los cómics. Ni él ni prácticamente ninguno de los muchos que van desfilando en la película o a los que se va mencionando como si la simple inclusión de los mismos pudiera rescatar el filme. El retrato falla, y lo hace también el guion, con una trama tan sencilla que no tiene sentido tratar de enrevesarla tanto, dejando así la única sensación de que este brillante cazador que quiere mostrarnos es, en realidad, un profesional de mucha menor capacidad de lo que se quiere hacer ver, moviéndose casi siempre a remolque de lo que marca un Rhino interpretado por Alessandro Nivola con histrionismo.

El rescate de este tipo de películas suele estar en lo visual, pero en este caso hay poco a lo que agarrarse. Da la sensación de que, oliéndose el batacazo, Sony invirtió lo menos posible en efectos visuales para completar la película, y su única baza es la desmesurada violencia que hay en todas las peleas. Desmesurada, en apariencia innecesaria y casi impropia de la elegancia que uno espera de Kraven. El Body Count, que es alto, acaba siendo el único interés real por llegar hasta el final de Kraven el Cazador, la enésima película que se plantea dejando más elementos de interés para una hipotética secuela que los que ofrece en sí misma durante sus dos horas, y que de hecho ni siquiera puede presumir de un clímax excitante (una simple pelea a golpes en la que ninguno de los dos contendientes habría entrado con un mínimo de inteligencia) o de una resolución afortunada. Es un final triste el de este ciclo de películas protagonizadas por villanos de Spider-Man porque ha desaprovechado una oportunidad histórica, no ya de crear un universo propio, uno que solo se llegó a intuir en Morbius (aquí, su crítica), sino la de entroncar con el Universo Marvel en el que Spider-Man sí ocupa un lugar formidable. Kraven el Cazador es la lápida sobre una tumba que hemos vivido durante demasiados años antes de que Sony abriera los ojos. Una lástima.

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