Título original: Iron Man: Armored Adventures.
Reparto: Adrian Petriw, Daniel Bacon, Vincent Tong, Anna Cummer, Mackenzie Gray, Alistair Abell, Michael Adamthwaite, Ashleigh Ball, Eric Bauza, Lisa Ann Beley, Jeffrey Bowyer-Chapman, Christopher Britton, Louis Chirillo, Michael Daingerfield, Michael Dobson, Brian Drummond, Mark Gibbon, Andrew Francis, Catherine Haggquist, Ron Halder, Fred Henderson, Peter Kelamis, Michael Kopsa, Paula Lindberg, Donny Lucas, Kristie Marsden, Richard Newman, Brenna O’Brien, Mark Oliver, David Orth, Ty Olsson, Dean Redman, Russell Roberts, Tabitha St. Germain, Venus Terzo, French Tickner, Lee Tockar, Dale Wilson, Alex Zahara.
Temporadas: 2.
Episodios: 52.
Duración: 24 minutos.
Estreno: 4 de marzo / 15 de abril de 2025 (Estados Unidos, España).
El cambio en los superhéroes a la hora de abordar versiones en medios distintos del cómic (¡y a veces en el propio cómic!) es algo positivo, dinamiza, crea debates, nos obliga a pensar en la esencia de estas creaciones y, quién sabe, puede encontrar algo que mejore el concepto original. En Iron Man. Armored Adventures, ese cambio está en la edad. Tony Stark no es un empresario de éxito, sino un adolescente que domina la tecnología y la construye mejor que su padre. Si hay un personaje en el universo Marvel al que se define por sus actos adultos es Iron Man, lo que hace complicado entrar en esta versión. Es cierto, eso sí, que la serie es muy entretenida, y que la animación en 3D, que obviamente sufre si la miramos desde un prisma actual (¡y eso que ha pasado poco más de una década desde su estreno!), le da un ritmo envidiable por momentos, pero a veces casi parece imposible que nos olvidemos del Iron Man original, o del de las películas si vemos la serie pensando en Robert Downey Jr. La dinámica entre los personajes, en todo caso, es lo más destacado, es sólida, está bien construida, incluso cuando las historias caen en una ingenuidad o en una falta de concreción que por momentos resulta bastante notable. Así que, sí, hay pros y hay contras en una versión que, eso sí, alimenta debates como decíamos al principio y que tiene personalidad para hacerlo.
Son dos temporadas, además largas, de 26 episodios cada una, lo que da mucho margen para que Iron Man. Armored Adventures tenga cierta solidez. En la segunda temporada sí podemos pensar que los arcos de Extremis o la Guerra de las armaduras no son meticulosos como cabría esperar, o incluso que es complicado asimilar una serie que se presenta con los problemas de instituto de Tony y sus amigos acabe con una invasión espacial, pero en general cada uno de los episodios aporta el entretenimiento suficiente como para que la serie dé por cumplidos sus objetivos. Tony, Rhodey y Pepper encajan bien, a pesar de la exageración que hay en la forma de comunicación de esta última (bien integrada, por cierto, en la forma con la que se relaciona con otros personajes), tienen chispa en sus diálogos, se les puede llegar a creer cuando juegan a ser héroes y cuando tienen que lidiar con el instituto y con los padres o tutores para poder hacerlo. El retrato de los villanos, la actualización a la que se les somete en algunos casos, es bastante creíble, probablemente lo más fiel al cómic original esté en ellos a pesar de los cambios lógicos que hay para encajar en el espíritu de la serie, y el tener un reparto fijo que va rotando y mezclándose aporta mucho a Armored Adventures, que de hecho arranca con un gran tema musical, de lo mejor que hay en animación de superhéroes.
Lo más relevante, en todo caso, está en el aspecto de la serie. Es evidente que su diseño digital funciona mucho mejor en las armaduras que en los personajes humanos, pero precisamente por eso Iron Man parece el personaje ideal para crear una serie como esta. La acción es espléndida por momentos, sobre todo cuando se construye a partir del movimiento, del vuelo de la armadura, más que con unas explosiones que sí parecen algo más rudimentarias. Y el diseño de las armaduras ayuda mucho a que nos creamos ese movimiento, sobre todo con la de Iron Man, también en la de Látigo, pero incluso también en las más recargadas de personajes como Máquina de Guerra, Iron Monger o Ventisca, uno de los personajes más radicalmente modificados para encajar en el espíritu de la serie. Al final de la misma se llega con la sensación de que hay ideas que faltaban por concretarse a falta de una tercera temporada que nunca llegó, que la búsqueda de los anillos del Mandarín tenía más sentido en la primera temporada que en la segunda, que Justin Hammer no termina de dar a la serie el impulso que busca y que olvidar la raíz adolescente que tan bien funcionaba al principio no ayudó a que la historia pudiera continuar. De más a menos, pero entretenida en su conjunto y en su repaso a una zona concreta del Universo Marvel con muchos personajes invitados.
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