‘Supervillanos. Jaque a la reina’, de Patton Oswalt, Jordan Blum y Scott Hepburn

Editorial: Grafito.

Guion: Patton Oswalt, Jordan Blum.

Dibujo: Scott Hepburn.

Páginas: 120.

Precio: 17 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Abril 2025.

Con ese segundo volumen de Supervillanos, Jaque a la reina, queda aún más claro que el invento que escriben Patton Oswalt y Jordan Blum para que Scott Hepburn lo dibuje tiene su más claro referente en Astro City (aquí, reseña de su primer volumen). Eso es algo que se podía decir, y se dijo, de su historia inaugural (aquí, su reseña), pero que se ve todavía con más claridad aquí, en la historia de Juguetera, la temperamental nueva líder del crimen de Redport, y Bisturí, su más calmada ayudante y guía en un escenario que le es desconocido. Y se ve por la narración, por el estrafalario y colorista aspecto de todos los personajes, por las habilidades que tienen, por ese tono pretendidamente realista (aunque bastante más macarra que en la serie de Kurt Busiek y Brent Anderson…) que quieren tener las historias y, sobre todo, las personalidades de sus protagonistas. Pero si Astro City es un retrato de los héroes o de cómo puede ver la gente normal a esos héroes, Supervillanos es el reflejo de ese mundo. Su título en español no deja lugar a las dudas. Quien quiera héroes, no los va a encontrar aquí, ni siquiera entre quienes dicen defender la Ley o, como poco, perseguir a esos villanos del título. No, Supervillanos va de otra cosa. Igual de juguetona e imaginativa en muchos aspectos, pero con un fondo muy, muy distinto.

Lo mejor del guion de Oswalt y Blum para Jaque a la reina es que evita la repetición con mucha elegancia. No es una repetición del primer volumen, ni en personajes, ni en esquemas, pero sí en espíritu. Por eso insistimos en la comparación con Astro City en este sentido, porque ahora ya queda meridianamente claro que hay una vocación de crear un universo que solo se acabará cuando los lectores dejen de leer o los creadores de desarrollarlo, pero que en todo caso estará ahí ya para siempre en nuestra imaginación. Con eso en mente, ya podemos centrarnos en lo esencial, los personajes, su personalidad, lo que hacen, los límites que traspasan a lo largo de la historia, lo que hace que llenen la palabra Supervillanos con todas las letras. Ahí es evidente que la propuesta es violenta, a veces incluso salvaje, muy en la línea de The Boys, pero llevándolo todo a un escenario mucho más urbano y terrenal. Estos personajes, y eso es lo que distingue al cómic que tenemos entre manos, bajan al barro, no viven en altas torres de cristal, precisamente porque se usa muy bien el recurso de la narración en primera persona que Busiek ha sublimado no solo en Astro City sino también en Marvels (aquí, su reseña). Hay algo de caos, cierto, pero parece calculado, como parte de la adrenalina con la que viven estos personajes. Y muchas puertas abiertas.

El dibujo de Hepburn, ya lo dijimos al hablar del primer volumen, encaja muy bien en las pretensiones de Supervillanos. En su realismo tiene cabida un mundo de color que no sería seguramente el que veríamos en el mundo real, y en su concepción del cómic de superhéroes, espectacular y dinámica, tiene cabida el momento de calma, de conversación, de explicación, que nos haga conectar de alguna manera con unos personajes que, en todo caso, sabemos que no son héroes. Hay un trabajo de diseño notable y divertido, en el que se nota que hay ganas de poner toda la carne en el asador y cada personaje tenga un carisma propio, más allá de lo que pide la propia serie, con una puesta en escena en la que prima el concepto de blockbuster, pero sin olvidar que, al final, todos estos supervillanos (y los héroes que aparecen) son seres humanos con sus flaquezas y debilidades. Todo eso se ve también en el dibujo, más allá del sano nivel de entretenimiento violento que proporciona, y por eso Supervillanos crece de una manera reconocible y divertida, porque Jaque a la reina funciona como segundo volumen, pero también como entrada a este mundo, muy a la manera en la que Busiek hizo funcionar Astro City. Y con ganas, muchas, de divertirnos en otra clase de mundo de personajes en mallas alejado de los de las dos grandes editoriales.

El volumen incluye los cuatro números de Minor Threats: The Fastest Way Down, publicados originalmente por Dark Horse entre abril y junio de 2024. El contenido extra lo forman las cubiertas originales y un portafolio de bocetos de Scott Hepburn.

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