Guion: Poppy, Ryan Cady.
Dibujo: Zoe Thorogood, Amilcar Pinna.
Páginas: 152.
Precio: 24 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Febrero 2025.
Es tentador a priori que veamos el cómic escrito por una cantante y youtuber como un argumento más de márketing que narrativo, una pieza más para extenderse en un mercado multimedia más que para satisfacer la necesidad de contar una historia. Pero El infierno de Poppy, obviamente escrito por Poppy junto a Ryan Cady, quiere ser algo más. Lo consigue en buena medida porque la historia que nos cuenta es una sugerente mezcla de realidad y ficción para denunciar el lado más artificial del mundo del que procede, el de la música, el del entretenimiento, un mundo en el que es muy complicado encontrar un artista auténtico, uno que sea realmente como se proyecta al mundo. Mentiríamos si no dijéramos que el halo de credibilidad que necesita una obra así procede más de quién firma el dibujo que de lo que podamos saber de la propia artista, pero es que contar sobre todo con la muy estimulante Zoe Thorogood, también con Amilcar Pinna, es una garantía de que hay algo interesante de ver en estas páginas. Puede que no llame la atención más que a seguidores de Poppy (ojo, en Youtube tiene más de tres millones de suscriptores), pero es una reflexión madura que aporta un estilo visual doble y magnífico para tapar cualquier duda que pueda surgir ante una reflexión en primera persona sin tener más datos que estos.
Ese es, quizá, el punto más endeble, el que depende de que el lector tenga interés real por la protagonista de esta historia, por saber cuánto de todo esto ha podido vivirlo Poppy en su camino a la fama, o cuánto ha podido ver en otras personas. Lo cierto es que, al margen de eso, su denuncia del mimetismo de tantas estrellas actuales es no solo pertinente sino interesante de leer. Vivimos en una era en la que consejeros, expertos de márketing, representantes y otros tantos miembros de séquitos interminables son en demasiadas ocasiones responsables de definir la imagen de un artista cualquiera. Poppy establece lo dañino que es eso, y el infierno del título, que vemos literalmente en la parte más fantástica de la obra, es en realidad lo que sucede en la parte más realista. De esta manera, El infierno de Poppy es un grito de rebeldía y autenticidad. Quién sabe por qué Poppy ha querido manifestarlo por medio de un cómic, pero bienvenido sea por establecer un nuevo vínculo entre distintas artes que, sobre todo, haga que gentes que normalmente no tengan contacto con las viñetas puedan dirigir su mirada a ellas, aunque sean un público convencido de antemano por la propia protagonista. La historia, en su doble escenario, está bien llevada. Nada que rompa moldes, pero desde luego sí trasciende por lo que quiere contar.
No son Thorogood y Pinna dos ilustradores miméticos, ni mucho menos, y, de hecho, ese es uno de los grandes alicientes que tiene la obra. Separar de esa manera el infierno de la realidad es algo que tiene lógica. Y, aunque parezca una tontería, que uno de los artistas sea una mujer y otro un hombre ayuda también a que veamos esa multiplicidad de visiones que tan necesaria parece para que asimilemos los objetivos de El infierno de Poppy. De alguna manera, podemos pensar que el alma propuesta por Poppy puede estar más en el estilo de Thorogood, que es una arista a la que ya conocemos por historias que precisamente ahondan en lo psicológico y lo personal, pero el trabajo de Pina también es bastante atractivo. Entre los dos, dan forma a un mundo llamativo, un buen reflejo de la realidad de la cultura musical de nuestros días y, sobre todo, de todo lo que lleva a su alrededor. Puede ser un infierno o un cielo, todo depende del punto de vista que adoptemos, y eso es en el fondo lo que aspiran a contar Poppy y Cady, Thoroggod y Pinna con esta historia en primera persona, que en realidad tiende a buscar mensajes universales en lugar de ser una autobiografía pura, pero que no por ello deja de lanzar ideas que merece la pena leer. Respondiendo al temor inicial, ¿cuánto hay de márketing? Quién sabe, pero en casi toda la obra se esconde bien ese porcentaje comercial.
Z2 Comics publicó originalmente Poppy’s Inferno en octubre de 2020.