CÓMIC PARA TODOS

‘Alimentar a los fantasmas. Autobiografía en viñetas’, de Tessa Hulls

Editorial: Reservoir Books.

Guion: Tessa Hulls.

Dibujo: Tessa Hulls.

Páginas: 400.

Precio: 32,90 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Febrero 2025.

Se puede entender la autobiografía como un escenario cómodo para debutar en el cómic, pero hay formas y formas de abordar una obra así. La de Tessa Hulls en Alimentar a los fantasmas. Autobiografía en viñetas es de las complejas por muchas razones, fundamentalmente por la ambición que demuestra, que es seguramente lo mejor y lo que más en contra puede jugar de la obra. Es ambiciosa en su extensión, es un libro de casi 400 páginas; lo es en lo que abarca, no solo la propia vida de la autora sino la de su madre y la de su abuela, es una biografía de tres personas narrada con enlaces entre todas ellas, pero también con elementos únicos para cada una; y lo es por su trasfondo, porque el libro se convierte en un extraordinario mosaico de la China del siglo XX y las consecuencias que los movimientos políticos de esos años tuvieron sobre la población. No se puede dudar por tanto de esa ambición y que eso habla muy bien de Hulls como una autora valiente, sin miedo a adentrarse en lo más íntimo, pero a la vez en un proceso de investigación profundo y exhaustivo. Lo complejo del asunto es que, lo hemos dicho, es una primera obra, y esa ambición lleva a la autora a pisar terrenos complicados. No es sencillo mantener la atención a todos los detalles que cuenta en un tebeo tan larga y con tanto texto, a pesar de que es brillante en sus metáforas visuales.

Dicho esto, el ensayo es muy interesante. Mucho, precisamente porque esa ambición hace que Alimentar a los fantasmas vaya realmente lejos. Lo hace en lo personal, trazando tres perfiles de una manera apabullante, pasado además por lo que la propia autora llama su “burbuja analítica”. Es decir, no solo expone, sino que también revisa, explica y se plantea dudas y preguntas de una manera continua, haciendo que la atención del lector sea imprescindible para llegar tan lejos como propone la autora y de su mano, porque ella es la narradora, además de la protagonista de más de un tercio del libro. Sobre decir que hay mucho de catarsis personal en la obra, es algo que la propia Hulls confiesa en muchos momentos, cuando habla de secuencias de las que no ha conseguido sacar toda la información que le habría gustado o cuando se asoma al libro de su abuela que, de alguna manera, es el germen de toda esta historia. Y siendo una catarsis, y a pesar de la enorme cantidad de datos personales, históricos y sociales que hay, consigue ser tan emocional como seguramente se marcó Hulls cuando empezó la asumamos que mastodóntica labor de poner en orden tantos datos y hechos. Lo personal es lo esencial, pero también hay brillantez en las pinceladas históricas con las que contextualiza y genera un hilo conductor más accesible.

Lo visual tiene tanto interés como lo escrito porque Hulls se resiste a quedarse en los primeros planos en los que puede funcionar su narración personal o las conversaciones que recrea. Y eso es porque la obra está llena de dibujos que desafían la linealidad y el realismo, que apuestan por metáforas, que juegan con componentes visuales que nos sacan continuamente de la biografía plana. Y ese es otro elemento de ambición de Alimentar a los fantasmas precisamente porque Hulls no se pone ningún tipo de límite. Al margen de la lectura, esta es una de esas obras en las que funciona muy bien el experimento de abrir el libro por una página cualquiera para ver la forma en la que dibuja y lo mucho que transmite, incluso sin que tengamos claro el momento narrativo en el que nos encontramos. El blanco y negro no parece solo la mejor elección posible para afianzar el tono documental de la obra, sino también un vehículo perfecto para que esas metáforas de las que hablamos alcancen todo el poder narrativo que presupone Hulls cuando las plantea. Eso hace de Alimentar a los fantasmas un libro muy maduro, al que podemos achacar algún defecto narrativo precisamente por ser una primera obra tan ambiciosa, pero que sabe llevar a buen puerto una propuesta atrevida y con muchos puntos a favor.

MCD publicó originalmente Feeding Ghosts: A Graphic Memoir en marzo de 2024.

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Esta entrada fue publicada en 6 febrero, 2025 por en Reservoir Books, Tessa Hulls y etiquetada con , , .

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