‘Furiosa’, de Geoffroy Monde y Mathieu Burniat

Editorial: Norma.

Guion: Geoffroy Monde.

Dibujo: Mathieu Burniat.

Páginas: 248.

Precio: 35 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2024.

Las leyendas artúricas están en constante revisión y son muchos los autores que sienten la enorme tentación de reinterpretarlas. Sí es cierto que, en ese proceso, Arturo ha dejado ya de ser el personaje central, lo que abre el abanico de posibilidades para que veamos historias diferentes, con propósitos que a veces tienen poco que ver con la base de estos mitos. Y eso, sin ser mejor ni peor de partida, es lo que intentan Geoffroy Monde y Matthier Burniat en Furiosa. Por sus ideas ni siquiera pasa Excalibur, sino que tenemos otra espada mágica bastante distinta, que incluso habla. Y Arturo, un Arturo decadente y echado a perder, es el rasgo más claro de comparación, aunque la protagonista es su hija, Ysabel, a quien pretende casar con un noble de escasa moral. Podría pensarse que esta es una historia sobre la familia, y en parte lo es, pero en realidad aborda cuestiones más intensas, como pueden ser la mentira y la corrupción, sobre todo esto último, aunque es cierto que Furiosa no termina de romper en este segundo tema durante la lectura como en realidad sí lo hace al final, cuando quedan claras las conclusiones del libro. Hasta ahí, da la sensación de que el propósito es subvertir mitos, romper el halo de leyenda que pesa sobre una de las historias más grandes de todos los tiempos, cosa que hace con bastante eficacia.

Ese desequilibrio es constante a lo largo de Furiosa, y parece bastante buscado. Se trata de ir adentrándonos en el mundo de Ysabel y en el de la espada de manera gradual, como si Monde quisiera que fuéramos recibiendo las bofetadas de la vida al mismo tiempo que nuestra protagonista, casi como si estuviera escribiendo una metáfora de la vida real del adulto, incluso aunque provenga de una familia rota como es el evidente caso de esta princesa de cuento. Pero esto de cuento tiene poco, y ese es el principal objetivo de la obra. Furiosa es desmitificadora, pero no por ello menos aventurera. Y es política, porque, también lo hemos dicho, uno de los principales temas que trata es el de la corrupción. Dejaremos la moraleja para quienes lleguen al final del libro, claro, no se trata de anticipar el final, pero sí es bastante ilustrativo ver el proceso, contemplar como incluso la más noble de las almas puede caer en situaciones en las que sentir el poder cambia por completo la personalidad. O también ver hasta qué punto se puede mentir para mantener una ilusión. El entorno es de fábula, sí, pero la historia de Furiosa está en las antípodas de sus márgenes, y eso es algo que la propia figura de Arturo, el héroe del mito por excelencia, ejemplifica de una manera brutal con el retrato que hace el autor de él.

Cualquier tentación de que pudiéramos pensar en Furiosa como una fábula aventurera se esfuma de un plumazo con el intencionado estilo de Burniat, que nos lleva a terrenos mucho más crudos y menos bonitos desde las primeras páginas, incluso en el relato del cuento épico con el que se abre la obra. Ver a Arturo es definitivo, claro, incluso también contribuye a ello el diseño de la espada mágica, más bien un florete y no la hoja contundente y medieval que imaginamos en estas leyendas. El color de Burniat, entre lo oscuro y lo rojizo en buena parte del libro, es igualmente un claro mensaje del tono que adquiere la historia, en la que apenas hay espacio para los buenos sentimientos, y así se percibe en lo visual. Es muy interesante la distinta aproximación que tiene el ilustrador hacia los distintos personajes, y cómo su caricatura toma direcciones distintas con cada uno de los personajes, con influencias muy diversas y una armonía digna de elogio en todo caso. Furiosa es una muy personal desviación de la leyenda, pero que precisamente por eso, por tener una idea propia, consigue un resultado bastante satisfactorio. Hay que asimilar que no es un viaje del héroe puro, aunque algo de eso tenga, que la aventura es más bien colateral, y que son sus temas de fondo los que mandan, pero eso mismo hace que sigamos pensando en ella después de cerrar el libro.

Dargaud publicó Furiese en septiembre de 2022. El contenido extra lo forman un portafolio de ilustraciones de Élodie Shanta, Amélie Fléchais, Bertrand Gatignol, Mortis Ghost, Mélanie Allag, Julien Neel, Marie Spénale y Geoffroy Monde, además de un cuaderno de bocetos y diseños de Mathieu Burniat.

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