Guion: Jeff Lemire.
Dibujo: Jeff Lemire.
Páginas: 264.
Precio: 30 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2024.
Si hay algo que se ha ganado con los años Jeff Lemire es fe en su trabajo. Y si hablamos de sus historias más personales, todavía con más intensidad. Su versatilidad está fuera de toda duda, y el hecho de haber trabajado en DC y Marvel puede llevar a cierto público a pensar que el grueso de su carrera está ahí. Pero con cada historia alejada de esas marcas va construyendo un universo personal fascinante hasta el extremo, que remueve y emociona desde lo más profundo. Laberintos encaja a la perfección en esa forma de ver sus cómics, porque es una historia que nace desde el dolor. El dolor por la pérdida de una hija, que se convierte en un estudio sobre la paternidad tan desgarrador como el propio contexto que imagina para enseñarnos el alma de su protagonista. No es un drama cotidiano, no, pero tampoco es tan descabellado ver Laberintos desde ese punto de vista. No es tampoco una fantasía pura, por mucho que tenga elementos que puedan encajar en el género. Y podríamos seguir diciendo lo que no es esta obra de Lemire, pero es más interesante hablar de lo que sí es: una historia con una enorme cantidad de capas, un viaje a territorios dramáticos, aquellos en los que puede sumergirnos una tragedia del calibre de la que sirve de excusa para este cómic, una que tiene tantos niveles como rincones presenta el laberinto que hay que cruzar.
Si vamos al final de la obra, que desde luego no vamos a desvelar aquí, puede que sea lo que más descoloque a muchos lectores. Lemire no es solo un excelente narrador, sino que además tiene muy presente que sus obras tienen que tener un contexto que no siempre vamos a ver con claridad en una primera lectura. No vamos a ahondar más en estas cuestiones ni en lo relativo a la conclusión para que sea cada lector el que saque sus conclusiones cuando lo lea, pero sí podemos alabar su belleza final. La misma, en realidad, que tiene una obra que habla de lo más humano… y de la misma deshumanización que a veces nos acecha en el día a día. ¿Cómo se puede seguir adelante tras morir una hija, una niña pequeña? ¿Cómo lo afronta un padre que no quiere olvidar pero que lo está haciendo? Laberintos habla de soledad, de obsesión, de recuerdos, tiene una vía casi onírica que sorprende, pero jamás se aleja de lo más emocional, que es lo que sirve para que entendamos muchos de los temas que plantea. Es una obra que bebe de nuestra empatía, desde luego, pero que a la vez sabe trazar un retrato muy preciso no solo del personaje principal sino también del mundo que ha perdido y al que intenta agarrarse con fuerza. Puede que le veamos cierta indefinición en algún momento, pero es uno de los muchos trucos de Lemire para engancharnos.
El estilo de Lemire como dibujante, reconocible con facilidad, se adapta muy bien a las historias que propone. Juega en Laberintos con la realidad y con lo imaginado, lo que su toque desdibujado y algo extravagante es perfecto. El bitono, con esa pincelada de color rojo, es maravilloso para entender las sensaciones que desprende Laberintos. Y la sensibilidad que hay en todos los detalles es maravillosa, no solo por la siempre espectacular puesta en escena que ofrece Lemire, sino también por la forma en la que hace hablar al protagonista a través de su mirada, para que podamos dudar de la cordura de su misión si lo consideramos oportuno, pero a la vez seamos capaces de empatizar con él. La forma en la que el autor nos invita a ver más allá de lo evidente es siempre sobresaliente, ese es el gran valor que suele dar a sus obras que después convierte a Laberintos en una experiencia emocional muy intensa, no muy fácil de describir, que apela al lector desde rincones muy personales, pero a la vez muy diversos. Y con lo que hace sufrir, parece mentira que acabe pareciendo una obra optimista, pero lo cierto es que lo es. El mensaje queda en manos del lector, pero hay algo verdaderamente precioso en muchas de las cosas que Lemire nos quiere decir con esta obra, y se nota durante muchos de sus pasajes.
El volumen incluye los cinco números de Mzebook, publicados originalmente por Dark Horse entre septiembre de 2021 y enero de 2022. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Jeff Lemire, Andrea Sorrentino, Dustin Nguyen, Gabriel Hernández Walta, Werther Dell’Edera, Dean Ormston y Matt Kindt, además de un portafolio de bocetos y notas de Lemire.
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