Guion: Tini Howard, Blake Howard.
Dibujo: Gleb Melinkov, Will Robson, Max Raynor.
Páginas: 160.
Precio: 23 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2023.
El comic de superhéroes siempre aspira a ser más. Lo que sea, pero más. Si hay espectáculo, lo siguiente que veamos tiene que ser más espectacular. Si hay realismo, tiene que ser más realista. Y si hay más violencia, lógico, más violento. Se acabaron esos tiempos en los que esas ideas agresivas quedaban para las grandes ocasiones. Ahora se aplica a todo lo que vemos, a todos los cómics, a todas las historias, a todas las series. Y también a los personajes, claro. Si el Joker ya tuvo una ayudante enamorada y alocada, Harley Quinn, si hay que crear una nueva tiene que ser más. Punchline es ese personaje y El juego de Gotham la presentación del personaje que en realidad no lo es. Es curioso que se venda como un volumen de las aventuras de la archienemiga de Harley cuando ese es justo un protagonismo que la serie no quiere. ¿Y qué es lo que quiere la historia de Tini y Blake Howard? La respuesta sencilla seria jugar. Esta es una de esas miniseries que, a mayor gloria de un personaje concreto, tiene un ritmo alto, mucha acción, comedia por descontado… y pocas ganas de alterar el statu quo de sus actores principales. Ni siquiera el de Punchline, que entre tanto personaje invitado a veces parece solo una divertida excusa para juntarlos. Se mueve el árbol, pero no con el deseo de que caigan frutos sino por el simple placer de ver ese movimiento.
Eso, claro está, se puede interpretar de diferentes maneras en función de las expectativas que tengamos. ¿Lo mejor para leer este cómic? Dejarse llevar por el torbellino que supone el personaje, porque al final se trata de una villana con un evidente componente de caos que se tiene que reflejar en sus historias y, por mucho que haya un plan, lo más divertido es que todo fluya sin mucho debate y disfrutar con el show colorista que propone, uno en el que Batman entra y sale, como otros héroes de Gotham, en el que hay villanos nuevos y viejos y en el que no se quiere obviar la continuidad, a la que se hace referencia en un par de ocasiones para explicar la presencia o la ausencia de determinados actores. Si se lee de esta manera, entendiendo que es una diversión juguetona con un personaje más extremo que su predecesora, se llega al objetivo con relativa facilidad. Es igualmente cierto que esta de Punchline es una historia muy a lo Harley Quinn, mimetizando en muchos aspectos el devenir que ha tenido la vida de Harleen Quinzel desde que ella y el Joker separaron sus caminos, y eso de alguna forma limita sus ambiciones de ser ese algo más del que hablábamos, pero la clave está, seguramente, en que no demos demasiadas vueltas a lo que estamos leyendo, sino que aprovechemos su ritmo para subirnos q la cresta de la ola.
Sigue siendo algo de locos (y no, no es una broma fácil por la protagonista que maneja la miniserie) que parezca imposible que una serie de apenas seis números pueda mantener a un mismo dibujante, en el cómic norteamericano eso sigue siendo una quimera. El grueso de la historia se la reparten dos, Gleb Melinkov y Max Reynor, más aún el primero, teórico autor principal, aunque en el tercer número ya tiene que echar un cable Will Robson. No parece haber demasiados elementos en la historia que exijan una publicación en una fecha determinada, pero cada vez es más contundente la sensación de que el cómic, ese que pasó por las eras del dibujante y del escritor, ahora parece que vive en la era del calendario. Aun así, con estilos distintos, hay en Punchline. El juego de Gotham unas ganas evidentes de que mande el colorido, de que haya mucha acción, de que la presencia de Punchline sea vistosa y atractiva, y de que la adrenalina sea dominante. Por ese lado, ninguna queja. Da la sensación de que de tanto extremar las ideas, no parece tan claro que un cómic pensado para públicos más o menos amplios pueda ser el medio ideal para contenerlas. Quizá por eso no se incide tanto en las consecuencias como en el desarrollo, y por eso puede ser que Punchline, con un perfil como el que el propio Batman analiza, sea todavía un personaje por explotar.
El volumen incluye los seis números de Punchline: The Gotham Game, publicados originalmente por DC Comics entre diciembre de 2022 y mayo de 2023. El único contenido extra son las cubiertas originales de Gleb Melinkov, Vasco Georgiev, Rafael Albuquerque, Derrick Chew, Mateus Manhanini, Sozomaika, Eijkure, Warren Louw, Serg Acuña y Simone Di Meo.
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