‘Helldorado’, de Jean-David Morvan, Miroslav Dragan e Ignacio Noé

Editorial: Nuevo Nueve.

Guión: Jean-David Morvan, Miroslav Dragan.

Dibujo: Ignacio Noé.

Páginas: 144.

Precio: 25 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Enero 2021.

Si tomamos como premisa básica que el título de una obra tiene que ser fiel reflejo de la misma, Helldorado es mucho más que un título, es toda una declaración de intenciones sobre lo que nos vamos a encontrar en el interior. Jugando con El Dorado, ese mítico lugar de sueños por cumplir, y la traducción al inglés de infierno, hell, tenemos entre manos una auténtica pesadilla en la que se realiza una recreación ficticia de la llegada de conquistadores españoles a una isla tropical de cultura precolombina. Y aquí radica la gran novedad de la serie escrita por Jean-David Morvan y Miroslav Dragan y dibujada por Ignacio Noé, ninguno de los dos bandos va a salir bien parado. Estamos acostumbrados a ver historias en las que los indígenas son las víctimas o los salvajes, en las que los exploradores de fuera son valientes descubridores o unos malvados destructores, pero en Helldorado realmente no queda títere con cabeza. Es verdad que eso se puede comer ligeramente la historia, en la que importa mucho más ese contexto de invasión mientras se sufre una misteriosa epidemia mortal, que el desarrollo de los personajes o alguna subtrama de mayor trascendencia, pero el dibujo, muy espectacular, compensa de sobra todas las carencias que no haya suplido ya la adrenalina con la que está contado este salvaje relato.

Esa es la idea con la que juegan Morvan y Dragan, el salvajismo de unos y otros. Salvajismo, además, que baja desde la cúspide de la pirámide social o militar que se nos presenta, bien hablemos de los indígenas o bien de los conquistadores. El más fanático es el que está arriba del todo, es el que da las órdenes, es el que comete las mayores barbaridades. Y quizá el único atisbo de esperanza que se permiten los escritores en la descripción de un auténtico infierno en la tierra es que, al final, hay un mensaje de rebelión social ante la injusticia. No la ejecutan héroes, no, porque no parece haber ninguno en este escenario, y esa es otra de sus características. Helldorado se despega de otras obras de esta naturaleza en el hecho de que no hay una misión loable o heroica, en que no hay más meta que la de sobrevivir. Sí hay atisbos de buena voluntad, pero no son el motor de este sangriento y violento microcosmos que nos tejan Morvan y Dragan. Es evidente que todas las miradas se van hacia el capitán español, un fanático militar que ha encontrado en esa pequeña isla el paraíso que soñaba para desatar toda su furia contra todo aquel que le desafíe. Su misión no es de conquista o de evangelización, sino de destrucción. Su aspecto, de hecho, es fiel reflejo de su podrida alma, y la mejor manera de entender lo que nos espera en estas páginas.

El dibujo de Noé es, por tanto, la gran apuesta de Helldorado. El guion está puesto a su servicio. Es una propuesta salvaje y tiene que estar bien reflejada. Sin una apuesta excesivamente realista, el ilustrador se las arregla con mucha habilidad para que nos sintamos dentro de este infierno, el que desatan las balas y también el que se propaga a través de una enfermedad sin cura. Juega en ese sentido un papel muy importante el color, que sirve para dar a cada escena la ambientación precisa, algo importante si tenemos en cuenta que estamos moviéndonos en un escenario cerrado y en el que, además, predomina el colorido alegre de la jungla. El rojo sangre y los colores ocres de las escenas de interiores en las que se ven con más claridad los efectos de la epidemia, también en los flashbacks que dan un poso mayor a los personajes, son el mejor reflejo de lo bien que utiliza Noé esta herramienta para crear una atmósfera tremenda a lo largo de las páginas de Helldorado. Al finalizar la lectura la sensación es la de que hay que tomar aire. Mucha violencia, mucha intensidad, adrenalina a raudales y una brutal descripción de lo más siniestro de la naturaleza humana en un contexto en el que no valen las normas de las sociedades modernas, eso es lo que nos ofrece una serie recogida en este tomo integral y que, desde luego, no defrauda.

El volumen incluye los tres álbumes de Helldorado, Santa Maladria, Esperar la muerte y Todos enfermos!, publicados originalmente por Casterman en abril de 2006, octubre de 2007 y abril de 2009. No tiene contenido extra.

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