Guión: Guillem March.
Dibujo: Guillem March.
Páginas: 176.
Precio: 29,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Agosto 2020.
Hay algo cautivador en la obra de Guillem March que, no vamos a negarlo, parte de su brillante estilo visual y de lo maravillosamente bien que sabe dibujar el cuerpo de la mujer. Es imposible resistirse al atractivo de sus protagonistas femeninas, que además no tiene ningún reparo en mostrar en su desnudez más plena y natural. Lo hace en Karmen, sí. Y podemos pensar que eso es lo único que ofrece el autor, si queremos juzgarle desde una perspectiva superficial, desde luego. Pero Karmen demuestra que hay mucho más detrás de esa fachada. Estamos ante una historia que, reconociéndolo en su misma contraportada, bebe de historias tan clásicas como el Cuento de Navidad de Charles Dickens o el ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra, pero que a la vez se traslada a un escenario tremendamente familiar para el autor, Palma, en un ejercicio de localización próxima que, incluso sin ser mallorquín, añade una familiaridad tremenda al relato. Cuando nos damos cuenta, nos hemos metido tanto en el mundo de Karmen que aceptamos su fantasía y su drama, pero también ese punto de crítica social que subyace en la obra y que le da un empaque todavía mayor. A March siempre le ha gustado lo morboso, como en Monika (aquí y aquí, sus reseñas), por lo que verle tan apegado a la realidad es una gozada y sirve para dejarnos un cómic bastante notable.
La clave está en que busca un escenario diferente para contarnos, siempre entre comillas, lo de siempre. No vamos a desvelar qué o quién es Karmen, primero porque su estética da muchas pistas y segundo porque los detalles están muy bien planteados en la obra de March como para que los reventemos en estas líneas, pero sí podemos dejar claro que la historia se basa en su encuentro con Cala, una joven que ha decidido tomar medidas muy drásticas tras un desengaño amoroso. Sin decir más, y con los referentes citados, es evidente que estamos ante una obra que circunda la muerte. Lo hace con unas reflexiones maduras y complejas que casi parecen chocar con la ausencia de ropa en Cala durante buena parte de la obra. March, eso sí, nunca plantea una desnudez agresiva o que pueda repeler a ciertos lectores, sino que apuesta por la naturalidad, la de Cala, la de una chica con problemas con los que podemos identificarnos todos y en ese escenario reconocible y cercano. Como en su historia, que tiene una sensibilidad tan cálida que por momentos podemos olvidarnos de que no deja de ser una fantasía. De repente, March nos está contando que la muerte no solo no es el final, sino que es un reflejo de lo que vemos en nuestro mundo, y nos lanza una crítica hacia la inhumana y fría automatización laboral que nos deja descolocados. Para bien, por supuesto.
La ventaja de dibujar tan bien es que cada página es una invitación a seguir leyendo. Da igual que el comienzo de la historia pueda provocar que arqueemos una ceja al ver a un personaje como Karmen lanzando ventosidades, porque el acabado visual es tremendo. Hay muy pocos autores que dominen la anatomía femenina real como lo hace March, y que no necesitas de idealizaciones o fantasías para que haya belleza en cada página. Sus escorzos y sus contrapicados son una marca de autor que esperamos con entusiasmo en sus obras, y que la fantasía que insufla a Karmen hace que podamos verlos en abundancia en las páginas de este libro. Y podríamos seguir con cada detalle, con el cariño casi fotográfico con el que recrea escenarios reales de Palma, con la manera en la que las miradas de sus personajes son apabullantemente humanas, con el riquísimo muestrario de emociones que se ve en sus rostros y sobre todo en el de Cala o con lo bien que sabe mezclar un mundo real con uno de fantasía dentro de cada viñeta y también en la composición de la página. Hay muchas soluciones que hacen de Karmen un tebeo más que interesante, uno que encaja muy bien en la bibliografía de March para quienes la conozcan en profundidad y que también es una espléndida puerta de entrada a su universo más personal.
Dupuis publicó originalmente Karmen en febrero de 2020. El único contenido extra es un portafolio de ilustraciones, bocetos y fotografías de Guillem March.
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