Guion: Brian Buccellato, Tom Taylor.
Dibujo: Bruno Redondo, Mike S. Miller, Xermánico, Tom Derenick.
Páginas: 304.
Precio: 32 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2019.
Es evidente que Injustice. Gods Among Us está pensada para ser una escalada continua. Llega un punto en el que puede parecer que no hay cotas más altas a las que llevar el relato, pero hay que reconocer que Brian Buccellato se las arregló para hacer de este cuarto año de la serie uno trepidante y significativo aumentando esa escala de una forma notoria. ¿Qué ya no queda nadie sobre la faz de la Tierra, de muchas Tierras en realidad, que involucrar en este choque radical de las visiones de Superman y Batman? Pues recurrimos a lo divino. Literalmente. Las piezas que el escritor suma en este año son, precisamente, los dioses del Olimpo, con Ares, divinidad de la guerra, disfrutando con el conflicto que enfrenta a los superhéroes. Lo bueno, en todo caso, no se queda en la escala de los combates, sino que la introducción de estos nuevos elementos hace que la historia crezca, que las rivalidades se enconen, y hasta que las lealtades se resquebrajen, en memorables escenas de todo tipo en las que Superman ve como se tambalean las voluntades de Hal Jordan o Wonder Woman. Hay mucha tela que cortar en este tramo de Injustice, y no solo por los brutales duelos a cara descubierta que hay en sus páginas, cosa que también es necesaria en un cómic que, no lo olvidemos, preludia el escenario de un videojuego de combate.
Es siempre positivo tener en mente esa referencia, porque ayuda a que entendamos la magnitud de la conseguido por Injustice desee el principio. Ahora, comandado por Buccellato, está gestionando muy bien los puntos de no retorno, moviéndose con sumo cuidado y bastante riesgo por las fronteras de lo excesivo incluso para un universo alternativo. Batman, siendo siempre Batman, deja paso en buena medida al otro bando en esta entrega. Aquí lo que verdaderamente importa es el bando de Superman. Importa ese duelo teóricamente a muerte con el que se pone en juego su presencia en la Tierra para seguir con ejerciendo como el dictador que no reconoce ser, pero la esencia de Injustice está también en lo más pequeño, en la charla con sus padres, en la forma en la que confronta a Hal, incluso en su cada vez más compleja relación con Wonder Woman. La virtud de Injustice está en que el gran espectáculo se conjuga bien con los detalles, con la desesperación de Renée Montoya, con la locura de Harley Quinn, con la determinación de Barbara Gordon. Todo va sumando, incluso aquello que pueda parecer algo más accesorio en el momento en el que lo vemos. No es nada fácil servir un vehículo de acción tan potente como este y que en realidad muchos de los momentos que permanecen en la memoria sean los más íntimos.
Eso sucede, por ejemplo, con la secuencia de Plastic Man con la que termina esta entrega, escrita por Tom Taylor y dibujada por Bruno Redondo, que se corona otra vez como el dibujante que más partido sabe sacar de este gigantesco blockbuster en que se ha convertido la serie. Y eso que no tiene los mejores caramelos que contiene esta entrega, al menos en cuanto a las escenas de acción, se refiere. Eso es algo que queda en manos de Mike S. Miller, el otro gran protagonista visual de Injustice. Con sus particularidades, hay que seguir reconociendo que su trabajo, en todo el conjunto de esta ambiciosa precuela en comic, va de menos a más. Hay tantos pequeños combates que ver en estas páginas que casi parece imposible que todo esté contenido en un solo año, pero todos los profesionales que están detrás de la serie sirven lo mejor que tienen. Y eso supone una versión adulta y violenta de lo que el cómic de superhéroes siempre ha aspirado a ser. Ya no tiene tanta capacidad de sorpresa como en los primeros años, entre otras cosas porque el videojuego limita el reparto del que se puede prescindir de manera dramática a estas alturas, pero se agradece y mucho que todavía haya margen para momentos impactantes. Injustice seguía muy potente, a falta de un año para llegar a su fin.
El volumen incluye los doce números de Injustice: Gods Among Us – Year Four, publicados originalmente por DC Comics entre mayo y diciembre de 2015. El único contenido extra son las portadas originales de Howard Porter, Art Thibert, Tom Raney, Yildiray Cinar, Neil Googe, Jae Lee y Bruno Redondo.
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