Director: Neil Marshall.
Reparto: David Harbour, Milla Jovovich, Ian McShane, Sasha Lane, Daniel Dae Kim, Stephen Graham, Sophie Okonedo, Alistair Petrie, Brian Gleeson, Penelope Mitchell, Mark Stanley, Thomas Haden Church, Emma Tate.
Guión: Andrew Cosby.
Música: Benjamin Wallfisch.
Duración: 121 minutos.
Distribuidora: Vertice 360.
Estreno: 12 de abril de 2019 (Estados Unidos), 17 de mayo de 2019 (España).
Siempre va a haber debate en torno a los reboots, como siempre lo ha habido con los remakes. Hellboy no fue una excepción, además porque Guillermo del Toro no llegó a renunciar a su Hellboy 3 hasta que este reinicio entró en fase de producción. La cuestión es que un reboot tiene que tener una razón de ser para que nos entre mejor a todos. Y lo cierto es que aquí no se ve. No es que Del Toro firmara precisamente dos películas perfectas (aquí y aquí, sus críticas), pero contaba con el favor del público y tenía a un protagonista carismático, Ron Perlman, que hacía el resto y que clavaba al personaje de Mike Mignola. La razón más poderosa para justificar el reboot era la etiqueta R de la que Del Toro sí prescindió, y escoger a Neil Marshall parecía un movimiento acertado en ese sentido. ¿Pero entonces por qué se decide que de cara al mercado español se estrene una versión dulcificada y menos violenta? Lo peor de todo, además, es que el trabajo de remontaje resulta chusco y torpe, no es más que una siega de planos explícitos, lo que altera de una manera artificial elementos como la música o los efectos de sonido. Malos tiempos corren si esto es una opción viable para estudios y distribuidoras. Eso no invalida la película, por supuesto, pero predispone negativamente, por muchos euros que se hayan podido ganar con entradas infantiles.
El caso es que la película, polémica al margen, tampoco es algo nuevo. La historia es la misma de siempre, y juega con prácticamente los mismos elementos de siempre. Se podría haber entendido que jugara con otros secundarios como lo hace, pero el final de la película deja a las claras que la idea sigue siendo llegar al mismo sitio. Se podría haber esperado un escenario diferente, pero es que no lo tiene. Y ni siquiera Hellboy, por muchas cicatrices y agujeros en la gabardina que tenga, parece algo demasiado diferente de lo que podría haber sido en ese Hellboy 3 nunca hecho. Nada en contra de David Harbour, ni mucho menos, porque el adulto más significativo de Stranger Things pelea y pelea para llevar a Hellboy a su terreno, pero la historia no le da margen para hacer nada nuevo. Como tampoco lo es la villana que interpreta Milla Jovovich, a la que le quieren dar un aire de ambigüedad que en realidad no necesita y de la que se acaban librando de una manera tan rápida que parece había prisa por terminar la película. Este conflicto entre el Hellboy bueno y el infernal ya lo había presentado Del Toro, por lo que tampoco ahí tenemos novedades. ¿Y qué nos queda entonces? Un espectáculo digital de gran tamaño. Ahí la cosa no falla, siempre y cuando se guste de un espectáculo digital en el que aparezcan criaturas de todo tipo y escenarios apocalípticos e infernales.
Al final es eso lo que queda de este nuevo Hellboy. Eso y la pretensión nada oculta de que estemos ante el primer episodio de una franquicia duradera. Lo malo es que no hay en esta película elementos que de verdad hagan pensar en algo moderno y diferente. Es Hellboy, aunque curiosamente se apueste por aniñar su carácter en la que se supone que iba a ser su historia más adulta, pero no tiene la distancia suficiente con respecto a las dos cintas de Del Toro. Es una diversión más o menos correcta, pero que se queda en la base de todo lo que presenta. Y como pasaba en los dos anteriores filmes, lo mejor no está en Hellboy sino en algunos de los secundarios. La creación de Mike Mignola tendrá que seguir esperando su adaptación cinematográfica definitiva, porque la de Marshall no lo es. Sin que sea un desastre, en realidad es que ni siquiera parece plantearse esa ambición de perdurar en el tiempo y en la memoria, y no es más que una película que se pierde en el maremágnum de historias de corte fantástico y pretendida ambigüedad en el héroe protagonista que, en realidad, todos sabemos cómo va a acabar. Y es que Hellboy, por encima de todo, es una película bastante predecible, por mucho que en algunos momentos quiera dar un aire de complejidad que no tiene.
https://www.youtube.com/watch?v=EbdhBUtHIJI

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