‘Ninja-K’ 13-14, de Christos Gage y Roberto de la Torre

Editorial: Medusa.

Guión: Christos Gage.

Dibujo: Roberto de la Torre.

Páginas: 28 cada uno.

Precio: 2,95 euros cada uno.

Presentación: Grapa.

Publicación: Julio / Septiembre 2019.

Desde que asumió Ninja-K (aquí, reseña de su primer número), Christian Gage ha ido dando una de cal y una de arena, dando la sensación de que entendía bastante bien a Colin King pero sin terminar de acertar siempre en el tono, en la extensión o en el fondo de sus historias. Pero así, sí. Así, como lo vemos en estas dos entregas de la serie, las últimas, sí es realmente fácil entrar de lleno en sus aventuras y disfrutarlas. En estos dos números, Gage conjuga todo lo que necesita la serie, una acción desbordante, un trasfondo que tenga elementos personajes y una historia que sirva solo para Ninjak, que no sea extrapolable a ningún otro personaje que se mueva ente los servicios secretos o sepa manejar una espada. Nada de escenarios random, estas son historias de Ninjak, puras y duras, entretenidas y con poso. Y, lo más importante sin miedo a cambiar el statu quo de su protagonista, con lo que Gage demuestra que piensa en el ahora, en dar un final a la altura a su serie, porque con estos números se despide, y también en el futuro, como se sentía con facilidad cuando la historia pareció nacer precisamente para convertirse en la explicación definitiva del hombre y la posición de King. El primero de estos dos números cierra eficazmente el arco de los anteriores (aquí, su reseña) y el segundo es adrenalina pura para sentar las bases del futuro.

Podemos entender estos dos números como clímax y epílogo de lo que Gage nos había contado recientemente. Vemos el final de su historia con Eternal Warrior, con toda la crudeza física y salvaje que necesita un combate entre un hombre que no puede morir y uno que no tiene miedo a hacerlo, y vemos también las consecuencias de dicho relato. No hay que olvidar que, de manera colateral, Gage había sabido introducir a Livewire en la historia, con todo el componente personal que eso implica para Ninjak. Y eso sin olvidar su amistad con Gilad. Sí, hay mucha acción entre todo eso, pero la base nunca se pierde de vista, el escritor no nos lo permite porque lanza continuos recordatorios que, afortunadamente, no entorpecen la historia para nada. Lo mejor, en todo caso, queda para el final. Lo que entusiasma de Ninjak es esa mezcla entre el mundo del espionaje y el de las artes marciales, y en esas veinte páginas finales nos damos un festín con todo lo que hace grande a este héroe, un despliegue físico y táctico de esos que dan gusto, que se leen con la sensación de que el escritor de turno, Gage en este caso, sabe manejar perfectamente la esencia de lo que tiene entre manos. En el mundo superheroico actual hay pocas cosas más satisfactorias que saber que el actor principal está en buenas manos, independientemente de que la historia sea mejor o peor.

Y en este caso, además, es buena. Y Roberto de la Torre incluso la mejora. Su dominio de la escena y de las coreografías hacen de estos dos números una auténtica delicia para la vista. Su estilo, lleno de líneas y tinta, de negros y zonas oscuras, se acomoda bastante bien al tono grave que tienen estos dos números, incluso cuando la acción se apodera por completo de la secuencia. El espléndido trabajo de color de José Villarrubia no hace más que acentuar todo lo bueno que tienen los lápices de De la Torre, y eso es algo que se ve todavía más acentuado, con los pocos diálogos que tiene el número final y sobre todo en la memorable splash page doble que corona el ecuador de esa entrega. En esas páginas y en las que las rodean se nota que tanto Gage como De la Torre están poniendo toda la carne en el asador, y tiene pinta de que va a ser una entrega que se va a convertir en una auténtica referencia para todos aquellos que quieran acercarse a Ninjak, sea en solitario o como parte de un grupo. Ninja-K no podría haber tenido un mejor final. El que nos han ofrecido los autores reúne las dosis necesarias de épica, atrevimiento, adrenalina y emoción, no solo física sino también íntima, que necesita cualquier aventura que tenga a Colin King en el centro de la acción. Sí, como decíamos, así sí da gusto leer a Ninjak.

Valiant publicó originalmente los números 13 y 14 de Ninja-K en noviembre y diciembre de 2018. No tienen contenido extra.

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