Guión: Jean-Yves Ferri.
Dibujo: Didier Conrad.
Páginas: 48.
Precio: 12,90 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2015.
Tras Astérix y los pictos (aquí, su reseña), Jean-Yves Ferri y Didier Conrad regresan con El papiro del César, su segundo álbum sobre los irreductibles galos y el nuevo intento de hacerse con una franquicia compleja que hasta ellos jamás había tenido otros autores que los míticos creadores de la serie, René Goscinny y Albert Uderzo. El resultado es algo más suelto que el primero, más divertido y con una marcada crítica social contemporánea, pero al que le falta un final algo más espectacular. Es un álbum que va de más a menos, que presenta personajes y situaciones de una forma que roza lo brillante pero que no alcanza el mismo nivel en sus páginas finales. Eso se ve en la inteligencia con la que se plantean algunas de las parodias, incluso algunas de las más actuales, y con el acertado protagonismo que van cobrando algunos de los secundarios habituales, pero la construcción flaquea ligeramente cuando hay que resolver todas las tramas, que es donde se apela al desenfreno característico y se pierde la profundidad a la que aspiraba la historia. A pesar de eso, El papiro del César es una más que apreciable aventura de Astérix, que funciona en distintos niveles y que siempre deja elementos que puedan disfrutar los seguidores más acérrimos de la serie y también esos que descubren al personaje por primera vez.
No es habitual, aunque tampoco la primera vez, que Astérix se acerque a parodias actuales. En El papiro del César, Doblepolémix es un personaje basado en Julian Assange, creador de Wikileaks, y Promoplús en varios consejeros del Gobierno francés, sobre todo en Jacques Séguela. Con ellos, Ferri encuentra un punto de partida muy interesante que también se asoma a la historia: haciendo caso a este consejero, Julio César decide omitir de sus Comentarios a la guerra de las Galaxias el hecho de que hay un irreductible aldea que se ha resistido a su conquista. Eso, claro está, cae en manos de la prensa de la época y de ahí llega a la misma aldea gala. Esa trama se combina con el horóscopo que han escuchado los amigos de Astérix y que afecta especialmente a Obélix, Karabella, Edadepiedrix y Asurancetúrix, además de conocer algo más sobre la juventud de Panorámix. Visto así de golpe, se entiende que el álbum es bastante más ambicioso que Astérix y los pictos. Y esa ambición se satisface durante bastantes páginas, aunque el clímax no parezca tan bien calculado como el resto del álbum. El gag, eso sí, funciona siempre, con más acierto que en el primer guión escrito por Ferri para la serie y haciendo que esta 36ª historia se integre con mucha naturalidad en la tradición de estos legendarios personajes del cómic franco-belga.
Uno de los aspectos más interesantes de este resurgir de Astérix más allá de sus creadores es que hay siempre elementos de los que hablar, con polémicas más o menos razonadas y con una evaluación probablemente más severa de la que vivieron Goscinny y Uderzo. Donde cada vez parece haber menos discusión es en el dibujo. Sólo le han hecho falta dos álbumes a Conrad para demostrar una soltura excepcional. Evidentemente, los objetivos de los editores de Astérix no tienen nada que ver con los de Spirou. Si con este último se quiere que cada autor aplique su sello a una base popularmente aceptada, con los galos y los romanos se quiere una continuación fiel, directa y casi indistinguible de la magia que aportó Uderzo durante tantos años y álbumes. Y en esa labor, el triunfo parece incontestable, no sólo porque lo tradicional funciona, sino porque también lo hacen los añadidos. Astérix, Obélix, Ideáfix en un papel mucho más relevante que en el anterior álbum, Julio César y otros tantos personajes responden a la tradición, y los añadidos, esencialmente Doblepolémix, se integran con muchísima naturalidad. Es la que se busca, como evidencia el sentido y precioso homenaje que rinden Ferri y Conrad en el epílogo de este álbum que sigue a la tradicional fiesta de celebración en la aldea gala. Y en esa tarea, el entretenimiento está asegurado.
Este álbum número 36 de Astérix tuvo un lanzamiento mundial en octubre de 2015. La edición francesa, la original, con el título de Le Papyrus de César, corre a cargo de Editions Albert René. El libro no tiene contenido extra.
Muchos empezaríamos con los Comic gracias a estos galos…
¡Indudablemente! :D