‘Belem’, de Jean-Yves Delitte

Editorial: Yermo.

Guión: Jean-Yves Delitte.

Dibujo: Jean-Yves Delitte.

Páginas: 192.

Precio: 40 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2015.

Simplemente con un primer vistazo a las páginas interiores de Belem, incluso a su majestuosa portada, queda muy claro que el gran atractivo de esta serie de cuatro álbumes recogidos en este volumen integral está en el preciosista detallismo de Jean-Yves Delitte a la hora de dibujar el barco que da título a la obra, las escenas marinas y, por extensión, todos los lugares, vestuario y objetos que transportan al lector de forma inmediata a los años en los que este velero surcaba los mares, a finales del siglo XIX y comienzos del XX. No es que los guiones decepciones, porque asumen con corrección los objetivos que se fijan desde el dibujo, pero es obvio que el afán documental se apoya en el trazo y no en las palabras. Por eso hay tantas viñetas de gran tamaño, incluso a página completa, que tienen cualidades casi fotográficas y un detalle impresionante, porque es por ahí por donde Delitte quien capturar al lector. El gran formato del libro ayuda a que esa espectacularidad sea perfecta. Es verdad que, más allá de eso, no hay grandes retos narrativos en Belem, una serie que busca simplemente una correcta recreación de las memorias del capitán del barco para que cuatro de sus viajes, incluyendo el último, queden perfectamente plasmados en las viñetas con toda la pompa que exige un dibujo tan meticuloso e históricamente preciso.

A pesar de todo, es de agradecer el esfuerzo de Delitte para que los cuatro álbumes sean lo más variado posible. Un motín, un volcán, una prisión y una guerra se esconden respectivamente detrás de los argumentos de La época de los piratas de costa, Infierno en la Martinica, El barco del presidio y La última travesía, que así se titulan los cuatro álbumes que conforman la serie, y todos ellos tienen pequeñas subtramas que van desde la vida del marino, la relación de familia del capitán del barco, la ineficacia política, la brutalidad de las fuerzas de seguridad o incluso el salto que dio la marina con la introducción de la tecnología a vapor. Todo esto es lo que hace que Belem no sea solamente una colección de hermosísimas postales. Hay que admitir que la historia no es lo mejor que tiene que ofrecer Delitte, por mucho que sean adaptaciones de los relatos escritos por alguien que los vivió en primera persona, pero, con todo, no es una mala lectura para conocer cómo era la vida en este ambiente marino y de otros aspectos de la época que el autor va deslizando en esta selección de viajes del Belem. En ese sentido, quizá lo más farragoso de Belem está en la necesidad de introducir términos propios del gremio para dar a la obra una mayor autenticidad, pero que sólo funciona en ese marco y no aportan demasiado a la historia casi en ninguna secuencia.

El hecho de que Delitte sea pintor oficial de la Marina, algo que se anuncia bajo su nombre en la presentación del libro, deja claro, en cualquier caso, que Belem quiere ser una formidable recreación visual de la etapa y especialmente del mismo navío que surca los mares en estas cuatro aventuras. Con un estilo realista hasta el extremo, impresiona pensar cuánto tiempo puede haber tardado en dibujar cada una de las grandes ilustraciones del Belem, presentes casi a docenas en cada uno de los cuatro álbumes. Asumiendo que hay está la mayor carga emotiva de este trabajo y lo más logrado de sus pretensiones, lo que más se le puede agradecer a Delitte está en que no se haya quedado ahí. El mismo cuidado que pone en dibujar el barco está en la recreación de los escenarios e incluso en el carisma que tienen los personajes que desfilan por sus páginas. Ninguno llega a arrebatarle el protagonismo al Belem, por mucho que su capitán ocupe un lugar muy central en cada relato y un par de sus marineros también se destaquen claramente del resto de la tripulación, pero no están nada mal perfilados. Belem acaba siendo así un volumen que maravillará visualmente a cualquiera que se asome a sus páginas interiores, pero que sin duda valorarán mucho más quienes tengan conocimientos marítimos o históricos que les permitan apreciar el brutal detallismo de Delitte como ilustrador.

El volumen incluye los cuatro álbumes de Belem, Le temps des naufrageurs, Enfer en Martinique, Le yatch du bagne y La dernière traversée, publicados original y respectivamente por Glénat en noviembre de 2006, junio de 2008, noviembre de 2009 y enero de 2011. El único contenido original son las portadas originales de Jean-Yves Delitte.