‘Hijos de la Alhambra’, de Paco Roca

Editorial: Planeta DeAgostini.

Guión: Paco Roca.

Dibujo: Paco Roca.

Páginas: 56.

Precio: 8,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2007 (marzo 2012, reedición).

Paco Roca es, quizá, el autor más conocido del cómic español actual. Escuchar su nombre lleva a pensar en Arrugas o El invierno del dibujante, dos de sus trabajos más reconocidos. Hijos de la Alhambra, es uno de los primeros tebeos del autor valenciano y sirve para conocer a un Paco Roca distinto pero igual al mismo tiempo. Es un relato de aventuras que quizá puede sorprender a quienes hayan llegado a Roca recientemente, pero en el que despliega con acierto las claves del género para ofrecer un trabajo solvente. Ésta pretendía ser la primera entrega de una serie, Los viajes de Alexandre Ícaro, aunque no ha tenido continuación hasta ahora y la carrera de Roca ha ido por el momento por otros derroteros. A excepción de El juego lúgubre, Roca no había publicado una historia que llegara a las 56 páginas de Hijos de la Alhambra cuando ésta salió a la venta y su producción estaba compuesta mayoritariamente por relatos para las revistas Kiss Comix o El Víbora. Es innegable que su temática encaja mucho mejor en la tradición del cómic francés más que en el español, ya que al norte de los Pirineos existe una potente industria del noveno arte que favorece las series de aventuras como la que quería ser Los viajes de Alexandre Ícaro.

La primera gran particularidad del álbum, una que llama la atención por sí sola, es que por fin un autor español (aunque el cómic se editara antes en Francia) utilizara la Alhambra de Granada como escenario de una historia de ficción. Hijos de la Alhambra coge su título de la expresión que utilizaba Washington Irving (escritor romántico estadounidense que vivió en España y se convirtió en un notable hispanista con títulos como Cuentos de la Alhambra) para referirse a los vagabundos que poblaban la fortaleza granadina. Precisamente en Irving es donde hay que encontrar el germen no sólo para el título sino también para la historia escrita y dibujada por Roca. El Paco Roca guionista que se puede ver en Hijos de la Alhambra es uno que sabe aprovechar una labor documental extensa y completa. Gracias a ese trabajo, Roca traslada al lector con sencillez a mediados del siglo XIX, cuando se desarrolla la historia del protagonista, un artista que se decide a viajar a la Alhambra para pintarla y se encontrará allí con una misteriosa trama de asesinatos y la leyenda de un tesoro escondido por los musulmanes cuando entregaron la vieja fortaleza. Cobra, eso sí, mayor importancia el escenario y el contexto histórico que la propia historia.

Roca utiliza personajes muy reconocibles y un argumento muy sencillo, en los que se nota cierta previsibilidad. Nada ensombrece la labor de un espléndido narrador, eso sí, y cuenta con momentos destacados especialmente en la segunda mitad del libro, pero no se encuentra entre los trabajos psicológicamente más complejos de su autor. Eso hace que en las páginas de Hijos de la Alhambra resulta más interesante la labor de Paco Roca como dibujante. El motivo fundamental hay que encontrarlo en el elaborado trabajo para dotar de color a la obra, que es donde Roca ofrece un espléndido recital visual. Luces naturales y artificiales de diferentes tonalidades componen un hermoso mosaico y se convierten en el mejor aliado para sumergirse de lleno en el ambiente y el momento histórico de este álbum. Color al margen, el dibujo de Roca es sencillo de reconocer, como siempre. El suyo es un trazo claro y limpio, sus personajes son fácilmente identificables (tiene la cualidad de generar empatía hacia ellos ya desde el dibujo, sin apenas conocer su historia) y su narrativa es perfectamente legible. En conjunto eso es lo que permite que cualquier tipo de lector pueda sentirse atraído por su trabajo.

Strip Art Features, bajo su sello Erko, publicó originalmente Les voyages d’Alexandre Icare 1: Les fils de l’Alhambra en 2003, su edición en inglés llegó un año después y la española no se editó hasta 2007, el mismo año en el que Paco Roca se convirtió en un nombre inmensamente popular gracias a Arrugas. Como en la primera edición, el nuevo volumen de Planeta DeAgostini tiene como contenido extra dos textos que hablan del contexto histórico en el que se desarrolla la obra y de detalles del devenir hasta el siglo XIX de la Alhambra.