Guión: Paco Roca.
Dibujo: Paco Roca.
Páginas: 140.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Septiembre 2011.
En una de las últimas tiras de Memorias de un hombre en pijama, Paco Roca, que se convierte a sí mismo en el protagonista absoluto de este recorrido por su propia vida, recibe la llamada de un programa de televisión que narra un día en la vida de un personaje famoso. Paco Roca lo es, sobre todo desde que ganara el Premio Nacional de Cómic con Arrugas. Pero su vida, mundana y rutinaria, no convence al programa. «La verdad es que yo tampoco malgastaría quince minutos de mi tiempo viendo una vida como la mía», sentencia el Paco Roca de papel. Curiosa conclusión a la que llega el autor, teniendo en cuenta que su libro, este en el que se abre al mundo con las adecuadas dosis de ficción, proporciona mucho más que un cuarto de hora de diversión. En primera instancia, el libro es la demostración de que el cómic no sólo no tiene fronteras sino que puede funcionar en muy diversos ámbitos. En este caso, la lectura semanal de todas las tiras que hay en este libro, la forma en que se publicaron originalmente, es una píldora instantánea de buen rollo, mientras que el volumen recopilatorio acaba siendo un compendio de muchos pequeños pedazos del Paco Roca autor.
Pero más que eso, son pequeñas historias contadas con maestría. Esa conclusión se tiene después de leer las mejores tiras, aquellas que despierten algo en el lector. Un recuerdo, un asentimiento o un sonrisa. Algo, da lo mismo en el qué. Pero sobre todo se llega a esa conclusión cuando se acaba el libro. La maestría de Roca está en hacer formidable lo cotidiano, en convertir en algo extraordinario unas anécdotas que podría tener cualquier persona, mucho más una persona que como él trabaje desde el ordenador de su casa. Y también en algo que seguramente no forma parte del ideario inicial de estas Memorias de un hombre en pijama pero que al final se incrusta en su esencia, el convertir su relato en algo así como un canto generacional y vital. Son temas que se van deslizando poco a poco en sus viñetas, el del cuarentón que tiene un trabajo atípico, el de los amigos que se van emparejando y formando familias, el de él mismo con su pareja y la convivencia… Son pequeños detalles pero que al final se van apoderando del libro hasta convertirse en su corazón, al mismo nivel que el propio Paco Roca convertido en personaje. Ya tanto da que las anécdotas sean reales o sólo realistas, forman pequeñas historias llenas de vida.
La propia concepción de este tebeo, como tira de prensa dominical, hace que la aproximación al mismo sea ligera. Y es verdad que seguramente no tiene la trascendencia de otros títulos del propio Roca. ¿Pero qué hay más formidable que dar brillo a historias que despiertan semejante empatía (cuando no plena identificación) entre los lectores? La cercanía que desprende el libro es la misma que desprende el estilo como dibujante de Roca, ya en una madurez envidiable que le permite narrar con una aparente facilidad cuando es justo esa capacidad la que convierte a un autor en un sensacional narrador de historias. La expresividad de los personajes, la sencillez realista del lenguaje corporal y la comodidad para el lector que consigue colocando sus historias en la misma estructura de página durante todo el libro (dos filas de tres viñetas) son los detalles que completan un libro que, más allá de sus seguramente menores pretensiones, acaba volando muy por encima de lo que probablemente pretendiera. Se nota que Paco Roca ha disfrutado con este libro. ¿Cómo? Muy fácil. Con el proporcional disfrute que provoca en el lector con estos pequeños tratados vitales que son todas sus viñetas en Memorias de un hombre en pijama.
El libro recopila las tiras semanales que Paco Roca publicó cada domingo en el diario valenciano Las Provincias entre marzo de 2010 y julio de 2011. Juan Quirós, director del periódico, prologa el volumen.