Guión: Kelly Sue DeConnick y Christopher Sebela.
Dibujo: Dexter Soy y Filipe Andrade.
Páginas: 136.
Precio: 12 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Septiembre 2013.
«Demostradme que un tebeo protagonizado por un personaje femenino que trata del poder del espíritu humano, de las distintas formas que adopta el heroísmo, un tebeo en el que no violan a nadie y en el que nadie enseña cacho puede superar las seis entregas». Esa frase, reproducida en la introducción del segundo volumen de Capitana Marvel, En caída, es de su guionista, Kelly Sue DeConnick y es, sencillamente una espléndida descripción de la serie, de sus pretensiones y de lo que significa en el panorama del cómic norteamericano. Estamos ante una serie muy humana, que DeConnick hace evolucionar en esta segunda entrega de una forma tan sencilla en apariencia como compleja en el fondo, porque encuentra el mejor camino posible: si su arranque mostraba a Carol Danvers y a los lectores qué era lo que más feliz hacía a la heroína, en este segundo amenaza con arrebatárselo. Si hay un título con el que se puede explicar hasta dónde puede llegar un cómic de superhéroes que una mujer como cabeza de cartel en la actual industria del tebeo, pocos tienen más méritos para ser nombrados que Capitana Marvel.
DeConnick está construyendo una Capitana Marvel sensacional porque ha encontrado el equilibrio perfecto entre la acción superheroica y la psicología de la mujer que hay debajo del traje, sin necesidad de que el atractivo sexual sea un elemento imprescindible (y sin necesidad tampoco de esquivarlo artificialmente), como tantas veces sucede en el cómic contemporáneo cuando el protagonismo es femenino. Y de esta forma, Carol aparece trabajando con Monica Rambeau, la antigua Capitana Marvel y la dinámica entre ellas es divertida y está muy conseguida. Es un desahogo de acción, una pura buddy movie femenina llevada a las viñetas y un muy entretenido interludio antes de salta al drama intimista. Siempre con las necesarias dosis de movimiento, superhéroes (sobre todo el Capitán América, al que utiliza en contraposición a la testarudez de la protagonista) y supervillanos (Ave de Muerte, una antigua enemiga de Carol en sus tiempos como Ms. Marvel), con un espléndido uso de los personajes secundarios, pero sin perder de vista que lo importante es el efecto en Carol de la recomendación médica de prescindir del poder que le da sentido a su vida aventurera. Quizá el único problema que pueda plantearse en la lectura de Capitana Marvel está en que vive muy inmersa en la continuidad y eso puede dificultar al lector no iniciado la comprensión de algunos detalles.
Por otro lado, el mérito está en la cohesión que tiene el conjunto, algo sensacional si tenemos en cuenta la gran cantidad de ilustradores que han pasado por la serie en su primer año de publicación. En los dos volúmenes publicados en España, en los doce de Marvel, han llegado a firmar hasta seis ilustradores (eso sí, no tantos como se mencionan en los erróneos créditos interiores del volumen; los que valen son los de la cubierta). Y además, de estilos muy diferentes entre sí. Es lo que sucede en este segundo libro con un estilo que prácticamente lo divide en dos. Por un lado, Dexter Soy firma los dos primeros números, muy espectaculares, con una espléndida composición de página. Por otro, y como ya sucediera en el primer volumen con el radical cambio de estilo que supone Emma Ríos frente a Soy, el resto de los números los dibuja Filipe Andrade, con un trazo tan poco realista y nada habitual en el cómic de superhéroes como sumamemente efectivo (ojo al combate de Spiderwoman junto a Carol contra dos dinosaurios, o el muy dinámico enfrentamiento climático con Ave de Muerte). Capitana Marvel, en todo caso, funciona igual de bien con uno y con otro estilo, y eso, además de denotar una espléndida elección de ilustradores, quiere decir que el guión está a la altura.
El libro incluye los números 7 a 12 de Captain Marvel, publicados por Marvel Comics entre noviembre de 2012 y de 2013. Los contenidos extra son un artículo de presentación escrito por Bruno Orive y las portadas originales, dibujadas por Jamie McKelvie para los números 7, 9, Dexter Soy para el 8 y Joe Quinones para los tres restantes, además de la cubierta alternativa que hizo Greg Land para el número 12.