Guión: Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka y Mark Waid.
Dibujo: Eddy Barrows, Chris Batista, Joe Bennett, Giuseppe Camuncoli, Tom Derenick, Dale Eaglesham, Jamal Igle, Jack Jadson, Phil Jiménez, Drew Johnson, Dan Jurgens, Justiniano, Ken Lashey, Mike McKone, Shawn Moll, Todd Nauck, Patrick Oliffe, Joe Prado, Darick Robertson y Andy Smith (según bocetos de Keith Giffen).
Páginas: 304 (volúmenes 1 a 3) y 326 (volumen 4).
Precio: 25 euros (volúmenes 1 y 2), 25,50 (volúmenes 3 y 4.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2012 – Junio 2013.
¿Es posible hacer una historia trascendente en el universo DC sin Superman, Batman y Wonder Woman? La editorial quiso responder a esa pregunta con 52, una innovadora serie semanal que ECC ha reeditado en España en una colección de cuatro libros. La editorial norteamericana no se anduvo con rodeos para afrontar este descomunal reto: para buscar el éxito en esta ardua empresa recurrió a lo más granado de su nómina de guionistas. Si Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka y Mark Waid no eran capaces de captar la atención del mundo del cómic con este proyecto, nadie lo haría. Y lo consiguieron, gracias aun relato plagado de intriga, con el protagonismo de eternos secundarios, incluso personajes desconocidos para el gran público, con muchísimos momentos de gran impacto. Probablemente 52 nunca esté en las listas de mejores cómics, pero lo que es indudable es que la profesionalidad de sus autores y un dibujo muy homogéneo a pesar de contar con una veintena de ilustradores hicieron que la serie se convirtiera en un magnífico entretenimiento que sirvió para hilar los sucesos de Crisis infinita con los de Un año después. Y aunque seguramente lo disfrutará más el lector que conozca ambas, o incluso el que conozca buena parte de la historia de DC que es objeto de constantes guiños, se sigue con bastante facilidad.
Por encima de sus cualidades como historia de superhéroes, que los tiene, 52 presenta indudables méritos editoriales. Es la serie semanal más longeva publicada por una de las grandes editoriales de cómic norteamericanos y se publicó originalmente sin retrasos. Es, al mismo tiempo, una casi inverosímil conjunción de profesionales, porque supone todo un reto para cualquier editor reunir los egos de cuatro guionistas en un mismo trabajo. Más aún si tenemos en cuenta que, aunque se reparta el trabajo, no se reparten los números. Las 52 entregas cuentan con guión de Johns, Morrison, Rucka y Waid, no es que el capítulo 27 sea obra de uno y el 34 de otro. Hay cohesión en la historia porque los cuatro se emplearon a fondo en que así fuera. Evidentemente, quien conozca a los autores, sus trucos, sus debilidades y sus personajes favoritos reconocerá algunos detalles. Pero hay mucha coherencia, que es lo que permite leer la historia tanto dividida en sus 52 capítulos como de corrido ahora con estos cuatro volúmenes. Y lo mismo se puede decir de la ilustración. A priori las estrellas brillan menos que en el guión, aunque haya nombres más que solventes en los créditos. Pero viendo el resultado final no queda más que aplaudir el esfuerzo editorial. Hay momentos brillantes, hay una narración coherente y hay muchísima profesionalidad a lo largo de las 1.200 páginas de historia.
Pero, claro, estas no son las cuestiones que en el fondo importan de verdad al lector, que lo que busca es un buen entretenimiento al margen de las circunstancias en que éste se haya creado. Pues 52 lo es. Su mérito para conseguirlo es doble. Por un lado, hacer una historia sin los personajes grandes de DC. Booster Gold, Acero, Black Adam, Isis, Question, Renee Montoya, Raph Dibny, Will Magnus, Wonder Girl, Lex Luthor, Animal Man, Starfire, Adam Strange… Estos y otros muchos son los protagonistas y personajes recurrentes de 52 y es difícil decir alguno que no vaya ganando en carisma e interés según se van sucediendo los acontecimientos. Por otro lado, es obligado destacar el tono adulto, serio, trascendente que emana de toda la serie. Hay un gusto por la sorpresa y por el cliffhanger que se utiliza con mucho estilo. Al llegar al final, nada parece gratuito o poco meditado. Y, sí, hay momentos también para la polémica, personajes que cambian de bando o que mueren, comportamientos que pueden no gustar a los fans de algún determinado personaje y muchas preguntas sin resolver al final. Pero todo eso forma parte de un plan preestablecido, muy bien narrado prácticamente a tiempo real. Importa tanto el dolor emocional de Ralph Dibny como la formidable evolución de Black Adam, las dudas de Renee Montoya, el misterio en torno a la identidad de Supernova, el papel de un héroe no tan modélico como Booster Gold o la deslumbrante aparición de Batwoman.
52 es una delicia, no hay duda de que por su tono comercial, sin necesidad de ser una obra de arte. Es un cómic de superhéroes cien por cien auténtico y entretenido, en el que se entremezclan incontables detalles que homenajean diferentes momentos de la historia de la editorial y a personajes que han pasado años lejos de la primera fila. No hay lugar para el aburrimiento en 52 y, a pesar de la enorme extensión de la historia, el trepidante ritmo es una de sus características esenciales. Es cierto que la primera mitad tiene más de introducción de tramas e incluso de personajes, pero la segunda presenta una aceleración a veces salvaje, incluso a nivel gráfico y con momentos como la noche de fin de año o el evento al que se alude como la Tercera Guerra Mundial. DC Comics publicó 52 entre el 10 de mayo de 2006 y el 2 de mayo de 2007. Planeta DeAgostini, cuando tenía los derechos de DC, la publicó igualmente como serie mensual entre mayo de 2007 y el mismo mes de 2008. ECC la devuelve al mercado en cuatro tomos recopilatorios que aportan extras sumamente interesantes y que justifican esta nueva edición. Cada episodio está comentado por al menos uno de los autores involucrados para detallar cuestiones sobre el proceso o la historia, además de la autoría de algunos detalles, se incluyen bocetos, páginas modificadas, páginas del guión y todas las portadas originales dibujadas por J. G. Jones y coloreadas por Alex Sinclair. Cuatro volúmenes lujosamente editados, imprescindibles para conocer uno de los capítulos clave de la historia de DC antes de su reinicio en 2011.
Había leido alguna mención sobre esta serie, pero nunca una reseña completa y lo cierto es que me la has vendido casi desde el principio ! Esto a la vez que es malo para mi cartera, también me alegra. El hecho es que parece que hay una ola muy grande por estos lares antiDC (o proMarvel, según se mire) y desde la eclosión de la Marvel de Disney aun mas, así que es extraño leer algo tan alagador sobre una serie de DC y me ha convencido 100 %.
Además, me has aclarado algo en lo que no me había fijado, y es que ECC editó por aquí esta serie. Y los extras, de verdad que las portadas originales me parece algo básico en los TPBs y muchas veces no los agregan, así que se agradece. Y me ha intrigado eso de los comentarios para los episodios, así que aun sin verlo aplaudo que traigan material así por aquí, es algo que yo al menos aplaudo. Pensar que había pasado de esta serie completamente y ahora le tengo unas ganas locas ! jajajaja
Enhorabuena por la reseña, muy buena, como siempre. Cuando la lea espero regresar por aquí a opinar jejeje
Un saludo.
Muchas gracias, y ya sabes que será un placer leer tu opinión. La verdad es que los macroeventos tienen esa doble consideración: por un lado se piensan para vender más, pero por otro provocan un cierto recelo. 52 tiene muchos puntos buenos, la verdad. Por aquí no verás opiniones antinada, es obvio que todos tenemos nuestras preferencias, pero también creo que a veces hay demasiadas ganas de destrozar series, personajes y editoriales sin motivo para tanto. Sin ser por ejemplo un fan del reinicio de DC, tiene sus buenas series. Y antes de llegar a ese punto creo que 52 fue una buena forma de revitalizar el universo en su conjunto, y con el mérito añadido de hacerlo sin sus pesos pesados.