CÓMIC PARA TODOS

‘Kimba. El emperador de la jungla’, de Osamu Tezuka

Editorial: Planeta Cómic.

Guion: Osamu Tezuka.

Dibujo: Osamu Tezuka.

Páginas: 528.

Precio: 30 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Diciembre 2025.

No es la primera vez que decimos aquello de que el nombre de Osamu Tezuka intimida. Lo sigue haciendo, aunque sus obras vieran la luz hace décadas. En el caso de Kimba. El emperador de la jungla, hay otro elemento añadido a ese miedo escénico, y es la no reconocida influencia que tuvo esta obra en la gestación de El rey león, con la que sí se habla y mucho de El rey Lear, de William Shakespeare, pero no de los parecidos más que razonables que hay con el manga de Tezuka… y el imperio del ratón sabrá por qué. Al margen de esos aspectos coincidentes, que están al alcance de cualquier lector que se asome a este libro y conozca la también impresionante película de Disney, lo cierto es que Kimba tiene algo especial… como casi todo lo que tocó Tezuka a lo largo de su vida. Además de historias fascinantes, que en Kimba hay más de una por el abanico de personajes que el dios del manga hace desfilar por esta epopeya, es increíble el movimiento que Tezuka infundía a sus protagonistas y a sus escenas. ¿Lo curioso? Que Tezuka siempre admitió que Disney estaba entre sus influencias. El mundo es un pañuelo, sí, pero también un lugar injusto en las altas esferas, por mucho que nosotros, críticos y lectores, tratemos de aportar esa justicia a obras y autores que merecen todo el reconocimiento.

Tezuka, obviamente, no necesita reivindicación alguna a estas alturas. El hecho de que se sigan publicando estas historias tantos años después de su aparición y de la muerte de su autor (a eso hay que añadir la formidable historia de reconstrucción que el propio Tezuka relata en el epílogo del libro) es motivo más que suficiente para acercarse a su trabajo con la admiración que merece. Pero es que, una vez dentro de sus páginas, es igual de sencillo admirar el carácter pionero de muchas de sus decisiones. La preocupación por la naturaleza, por el mundo animal o por la conservación de las especies son temas que allá por los años 50 no tenían la importancia de nuestro tiempo, y Tezuka se anticipó a cualquier moda en este sentido para dar forma a Kimba. No eludió su habitual fantasía, por ejemplo Kimba llega incluso a aprender idiomas humanos para conversar con ellos en su lucha por la supervivencia, pero la historia, al final, es una de superación, de regreso al hogar, de legado y de identidad, incluso cuando Kimba se convierte en el rey que siempre debió ser y el protagonismo pasa en algunos momentos a uno de sus hijos. Eso mismo da una idea de la ambición que hay en el viaje que plantea Tezuka, uno que abarca años, generaciones, especies y culturas distintas, todo ello con el desarrollo preciso.

De Tezuka podemos admirarlo todo, era un escritor magnífico, pero es casi imposible no poner por encima de cualquier otra consideración la apabullante fluidez que tenían sus viñetas. Todo lo que aparece en ellas tiene el movimiento correcto, y además no es intercambiable. Eso se ve con facilidad cuando a Kimba le acompaña otro león en la secuencia, desde una diversidad formidable. O cuando esa exageración tan propia del manga encuentra en los lápices de Tezuka un realismo alucinante. Parece mentira que con tantas viñetas por página Tezuka fuera capaz de introducir tanta energía cinética y, a la vez, una personalidad tan acusada en los personajes, más allá de la espectacularidad que un momento u otro pudieran generar. Pero, claro, a uno no le apodan Dios del Manga por nada, y da gusto comprobar con la reedición de cada una de sus obras que no se trata de un apelativo exagerado. Habrá quien se acerque a Kimba por el morbo de saber o recordar lo que tiene en común con El rey león, pero en realidad lo que brilla en este volumen de más de 500 páginas es una soberbia historia que nos ayuda, de nuevo, a comprender la dimensión de un autor descomunal, su enorme versatilidad creativa y lo adelantado que estuvo a su tiempo en muchos aspectos narrativos y visuales. Una joya en una edición además que está a la altura del contenido.

Shogakukan publicó originalmente Janguru Taitei en la revista Manga Shōnen entre noviembre de 1950 y abril de 1953. El único contenido extra es un epílogo de Osamu Tezuka.

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Esta entrada fue publicada en 31 diciembre, 2025 por en Manga, Osamu Tezuka, Planeta DeAgostini y etiquetada con , , .

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