Guion: Jérôme Pelissier.
Dibujo: Carine Hinder.
Páginas: 64.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2025.
Hay pocos arquetipos más conocidos y a la vez abiertos a la interpretación que el de la bruja. Y no es que los iconos del terror no hayan tenido manifestaciones de todo tipo con el paso del tiempo, pero el de la bruja tiene algo distintivo y especial. Lo que en otros personajes tiene que encontrar un contexto adecuado, en la bruja parece salir con más facilidad. Y eso hace que la bruja sea perfecta para el tebeo infantil. Bruma encaja ahí, porque lo que nos enseñan Jérôme Pelissier y Carine Hinder en El despertar del dragón, primer álbum de la serie, es cómo una niña pequeña va desarrollando su personalidad de bruja en un mundo en el que, en teoría, ya no existen. Y es divertido, entretiene, habla de un mundo infantil lleno de ingenuidad que complementa uno de adultos en un entorno de fantasía. Y es verdad que, siendo un poco cascarrabias y hasta sabionda, Bruma encandila, es pizpireta, es simpática, lo son también sus compañeros de viaje, un amigo y un cerdito que ella cree que es una anciana del pueblo a la que ella ha transformado mediante un hechizo. Pelissier e Hinder se mueven en la delgada línea del tebeo infantil y de uno un poco más adulto, como hacían las fábulas de toda la vida, y aunque se decantan más por lo primero, lógico, no descartan lo segundo con un dragón que nos hace recordar, sin ir más lejos a La bella durmiente de Disney.
De este primer álbum de Bruma se agradece que sepa ir dando giros casi durante toda su extensión. No es una historia plana, no es un viaje del héroe a la antigua usanza, no es una que beba de lugares comunes aunque alguno haya. En El despertar del dragón hay mucho de controlado caos. Caos para Bruma, claro, porque Pelissier lo tiene todo controlado. Quiere contarnos una de esas historias en las que lo fundamental es la autoconfianza, es lo que siente Bruma, esa pequeña brujita a la que seguimos, por encima de cualquier otra cosa. Es una bruja, se siente bruja y quiere que los demás lo vean. ¿Pero lo es de verdad? Esa es la vía del humor del relato, pero también la de temas que pueden ser más o menos explícitos, como lo difícil que es para un niño lograr que un adulto crea lo que está contando o el papel que juegan los demás en los logros que conseguimos y que muchas veces pensamos que son obra únicamente nuestra. Esas cuestiones, que son las que hacen pensar, no ocultan la entretenida aventura de fantasía que tiene Bruma. Claro, es una brujita en un pueblo de corte medieval que se marcha a un bosque oscuro para buscar a un dragón malvado, así que no puede ser de otra manera, más aún si vemos el simpático aunque reducido grupo que encabeza en esta aventura. Y todavía con mucho margen para crecer.
Hinder enfatiza el lado infantil de la historia y compensa con su más que bonito diseño de la protagonista cualquier cualidad de su personalidad que nos pueda resultar un poco cargante. Ver a Bruma es cogerle cariño, igual que las escenas de su dragón resultan espectaculares y sobrepasan con creces los límites del tebeo infantil más puro, haciendo que nos imaginemos a semejante criatura, que llega a mostrarnos en una splash page doble inusual para el mercado francobelga, en un tebeo más adulto. Y es el primer álbum que dibuja Hinder, lo que nos habla además de un potencial futuro que ilusiona todavía más, no ya por lo que nos pueda ofrecer en sucesivos álbumes de Bruma sino en otras historias, infantiles o no. Bruma es un espléndido tebeo infantil porque sabe enganchar a los más pequeños, pero también porque hace que el adulto se pueda sentir cómodo en sus páginas, con personajes interesantes, con una misión atractiva, con elementos que salen también de la fantasía más madura, pero sin alejar a nadie de la historia por ser como es. Parece senillo de conseguir, o enrevesado para un tebeo infantil, pero no hay que chirríe. Bruma convence porque maneja muy bien el género y a su público objetivo. Si sigue convenciendo así, hay pocas dudas de que será una serie muy a tener en cuenta por el público infantil… y por el que no lo es tanto.
Glénat publicó originalmente el primer álbum de Brume, Le Réveil du dragon, en abril de 2023.
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