CÓMIC PARA TODOS

‘Shin Zero’ 1, de Mathieu Bablet y Guillaume Singelin

Editorial: Gráfito.

Guion: Mathieu Bablet.

Dibujo: Guillaume Singelin.

Páginas: 196.

Precio: 11,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2025.

Es inevitable que, viendo la portada del primer número de Shin Zero, nos vengan a la cabeza cosas como Power Rangers. Lo que vemos es un equipo uniformado de distintos colores de los que no sabemos absolutamente nada más que lo que evidencian, una actitud tremendamente alejada del heroísmo, por su lenguaje corporal y por el escenario en el que están, una terraza sucia y descuidada. Y resulta que la historia que Mathieu Bablet y Guillaume Singelin ofrecen en este primer número de la serie es justo eso, la de unos perdedores. O la de unos jóvenes perdidos por razones bien distintas. Podemos pensar, porque así se nos hace creer al comienzo del relato, que esto va de kaijus. Y sí, están en la historia, pero Shin Zero no es eso. No es Godzilla. Pero es que tampoco es Power Rangers ni nada que se le parezca. En cambio, es lo que Bablet y Singelin imaginan para que esos conceptos básicos de la cultura popular japonesa encajen en ese universo 619 que se ha forjado desde Europa y en el que tienen cabida historias bastante más macarras que esta. Shin Zero también tiene ese componente, no vayamos a pensar lo contrario, pero de una forma sutil, cercana y divertida. No es tan exageradamente violenta, tan divertidamente grotesca, porque lo que busca, por encima de todo, es que nos creamos que estos cinco jóvenes pueden llegar a encontrarse en este mundo.

Siempre que se busca un grupo como protagonista el escollo suele ser el mismo: saber equilibrar los tiempos y el reparto del protagonismo. Y lo mejor que hace Bablet es olvidarse de lo primero y centrarse en lo segundo. No necesita Shin Zero, desde luego no en este primer volumen, que pensemos que esta es la historia de cinco personajes distintos, complementarios o antagónicos. Shin Zero es el retrato de un mundo de frustraciones. La esencial, la visible, la de la existencia de los Kaijus, que parecen cosa del pasado, pero no del todo. Y eso es lo que hace que entronquemos con los protagonistas, que tienen que lidiar con el bagaje que arrastran, pero sobre todo con sus presentes. En ningún caso son momentos brillantes, ninguno está en su esplendor, y el reflejo está en el cuerpo al que se alistan, al trabajo que realizan, a la percepción social que se tiene de él. Es un conjunto mucho más complejo del que se puede atisbar al principio y que, desde luego, hace que esto no sea la historia de kaijus que uno se puede imaginar cuando se asoma a la serie. Quizá lo sea de aquí al final, sin tres volúmenes, pero aquí lo que importa es otra cosa. Es coger un arquetipo y llevarlo a un terreno distinto, uno que se acerca a ese universo 619 cuya etiqueta vemos en la portada sin que eso condicione la lectura.

No lo hace porque Bablet crea un buen escenario, en buena medida todavía por explotar, pero a la vez con momentos álgidos notables, pero también porque Singelin nos engancha con mucha facilidad. Lo hace con el blanco y negro con el que crea este mundo, pero también con las pinceladas de color que da cuando los trajes hacen acto de aparición, pero decir que destaca en eso sería quedarse en la superficie. Singelin hace que sus personajes hablen con su lenguaje corporal, les da una personalidad tremenda a través de sus gestos, a través de su movimiento y de los instantes en los que están congelados en el tiempo. Sabe encontrar la manera de que ideales pretendidamente heroicos se puedan entender desde registros completamente diferentes, y eso es algo que choca tanto que es difícil no aceptar su propuesta, no ya con una sonrisa en los labios, porque la historia de Shin Zero, aun con sus satisfacciones, no es una feliz. Y sin embargo, lo parece. Seguimos a cinco muchachos enmascarados que buscan, a su manera, hacer el bien. Pero no son los Power Rangers, ni el Comando G, ni ningún otro grupo que se nos ocurra. El espejo que deforma la realidad funciona tan bien que no podemos dejar de mirar, incluso sabiendo que estamos entrando de cabeza en un mundo todavía por formarse del todo.

Rue de Sèvres publicó el primer volumen de Shin Zero en enero de 2025. El contenido extra lo forman un portafolio de bocetos de Guillaume Singelin y unas notas finales de Mathieu Bablet. El cómic se puede comprar en preventa en este enlace.

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Esta entrada fue publicada en 1 octubre, 2025 por en Grafito, Guillaume Singelin, Mathieu Bablet, Rue de Sèvres y etiquetada con , , .

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