‘Dragon Fall Returns’, de Nacho Fernández

Editorial: Dolmen.

Guion: Nacho Fernández.

Dibujo: Nacho Fernández.

Páginas: 112.

Precio: 12 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Septiembre 2025.

Dragon Fall ha vuelto. Sí, aquella locura con la que Nacho Fernández y Ávaro Martín parodiaban el mítico manga y anime, el de Dragon Ball, claro, y que se publicó originalmente entre 1993 y 1997, está de regreso. Y, ojo, con novedades. Dragon Fall Returns quiere emula el propio revival de Dragon Ball y a la vez servir de catarsis para Fernández. Porque, sí, vuelve solo… y se encarga de explicarlo de una manera hilarante en el propio tebeo que nos sirve, en un primer número que, además de la parodia, que es seguramente lo que uno va buscando cuando se asoma a un cómic de esta naturaleza, brilla en lo metatextual, en esa suerte de introducción y guía que Fernández introduce en su obra para que entendemos por qué la ha realizado y sus motivos para hacerla de esa manera. Se ríe hasta de su trabajo, con lo que ya podemos esperar algo evidentemente directo cuando se trata de versiones las nuevas aventuras de Dragon Ball. Podría decir que parece que el tiempo no ha pasado por Dragon Fall, pero no es cierto. La parodia se mantiene, pero nosotros, a este lado de la página, no somos los mismos, como tampoco lo es el autor. Pero eso, y ahí está la gracia, no merma los logros de este Dragon Fall Returns, un título que casi parece la primera de las innumerables bromas que hace Fernández.

Por lo expuesto hasta ahora, casi parece que Dragon Fall Returns tiene dos fases muy diferenciadas, la parodia llena de referencias y la intrahistoria que se imagina para darle forma desde nuestra realidad. Pero no, no es así. Las dos caras de este nuevo Dragon Fall se fusionan con mucha habilidad, cualquiera de ellas tiene sentido con respecto a la otra y seguramente ninguna de las dos, ni siquiera la versión humorística de Dragon Ball, habría tenido el mismo alcance sin la otra. Y eso es divertido, emocionante, porque no deja de ser un tebeo que nos remite a una época de hace ya treinta años, explotando la nostalgia de una forma distinta a la que suelen hacerlas franquicias normalmente, pero a la vez lo leemos con la emoción del aquí y ahora. Obviamente, estamos ya curtidos en el mundo de las parodias, y el mismo hecho de que Enrique vegas firme una de las historias de homenaje final a Dragon Fall que hay en este primer número de la nueva serie es ya una señal clara, pero Fernández sabe entender ese momento con lo que escribe y con cómo lo hace. Así que, sí, es un tebeo para los viejunos que encontraron Dragon Fall en su momento, pero también una vía de entrada en su mundo para los lectores que quieran descubrir lo loco que es este invento en el momento presente. No es fácil conseguir ese efecto, pero aquí está.

Seguramente, buena culpa de todo ello la tiene el dibujo, claro, esencia absoluta del chiste que es Dragon Fall. Ojo, no estamos quitando méritos al guion, sino que estamos asumiendo que la comedia paródica de este estilo entre necesariamente por los ojos. Fernández dibuja con gracia, sabe llevar la exageración a distintos tipos de humor, pero se nota que disfruta a lo grande cuando se introduce a sí mismo como personaje y cuando la acción se desmadra. Con un estilo sencillo, emparentado en muchos sentidos con el de Vegas si sirve de referencia y sin plantearse si fue primero el huevo o la gallina, logra que nos riamos con una enorme facilidad. Y de eso se trata, de que el dibujo sea eficaz en lo que se propone, del que chiste sea ágil, se tenga o no en mente la referencia que captarán mucho mejor aquellos que se hayan lanzado de lleno también al mundo de Dragon Ball, pero que a la vez divertirá desde su espíritu, sin necesidad de conocer el detalle. Siendo una parodia, es evidente que la referencia es bastante importante, es decir, Fernández escribe y dibuja para iniciados. Pero esos iniciados bien pudieran empezar aquí. Y les ofrece además el gancho inicial de hablar de sí mismo, del proceso de publicación de un cómic en España, del mismo proceso creativo que le ha llevado a volver a este mundo. Eso tiene una imaginación y una frescura que se agradecen, la verdad.

El único contenido extra es una entrevista a Nacho Fernández acompañada por bocetos del autor.

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