Título original: Batman Ninja vs. Yakuza League.
Director: Junpei Mizusaki, Shinji Takagi.
Reparto: Koichi Yamadera, Daisuke Ono, Akira Ishida, Kengo Kawanishi, Yuki Kaji, Hōchū Ōtsuka, Masaki Terasoma, Wataru Takagi, Rie Kugimiya, Romi Park, Ayane Sakura, Akio Otsuka, Nobuyuki Hiyama, Takaya Kamikawa, Kazuhiro Yamaji, Tesshō Genda.
Guion: Kazuki Nakashima.
Música: Yugo Kanno.
Duración: 89 minutos.
Distribuidora: Warner Bros.
Estreno: 18 de marzo de 2025 (Estados Unidos), 21 de marzo de 2025 (Japón).
Cada vez con más frecuencia, el mundo del manga y del anime se asoma a personajes creados lejos de su ámbito de influencia, y lo hace porque el estilo nipón se ha fraguado una reputación lejos de sus fronteras que es innegable. Si a eso unimos que las grandes compañías norteamericanas siempre han encontrado un encanto especial en Japón, a nadie puede sorprender que una película como Batman Ninja (aquí, su crítica), una bizarrada gigantesca, tenga una continuación todavía más salvaje, si es que eso es posible. Nada menos que siete años después de aquella, Junpei Mizusaki nos ofrece Batman Ninja vs. Yakuza League, una suerte de continuación de aquella que elevara las apuestas. Para hacerlo se opta por un camino relativamente fácil: añadir a la Liga de la Justicia. La gracia está en que se hace mediante una adaptación a la cultura japonesa y apostando por una historia que, aunque de forma somera, bebe de clásicos modernos del cómic como Torre de Babel (aquí, su reseña) y Tierra 2 (aquí, su reseña). No esperemos grandes sorpresas argumentales, más allá de las que proporciona hacer que Superman, Flash, Aquaman y Green Lantern estén al otro lado de la ley y la justicia, porque lo que prima es el espectáculo visual y un ritmo altísimo que haga justicia a los objetivos del filme.
Es indiscutible que la animación y lo visual prima por completo en Batman Ninja vs Yakuza League. El estilo lo es, literalmente, todo en esta película, siguiendo además una textura que, con muchos matices técnicos y amplias diferencias, se está poniendo muy de moda en este mundillo, y que está dando resultados tan espectaculares como los de las dos películas de Spider-Man, Un nuevo universo (aquí, su crítica) y Cruzando el multiverso (aquí, su crítica) o Ninja Turtles. Caos mutante (aquí, su crítica). En otras palabras, quien busque una animación limpia, clara y tradicional, tendrá que hacerlo en otro sitio porque la obra de Mizusaki quiere llamar la atención de una manera distinta, con personajes rocosos tipo Batman o esta suerte de Superman que vemos, o mediante una intensa belleza como la de Daiana, reverso en este mundo de Wonder Woman. Todo parece exagerado, todo está pensado para que el impacto sea total desde el primer vistazo, de ahí las espectaculares introducciones, rótulo incluido, de cada uno de los personajes de este mundo que debemos vincular a los miembros más populares de la Liga de la Justicia. Hasta se agradece que el Green Lantern escogido sea Jessica Cruz, rebautizada aquí como Zeshika, porque además de diversidad da mucho juego en lo visual, rompiendo la estética masculina predominante en el filme.
La historia es tan sencilla como inverosímil, pero eso es algo que no importa demasiado. Lo hemos dicho, la apuesta es visual y se nota. Casi todo resulta bastante previsible y no hay ningún arco de sus protagonistas que pueda sorprender demasiado una vez que queda claro el planteamiento de la película, la contraposición de esos dos mundos, el Japón que pende invertido en el cielo y la Gotham que, una vez más, amenazada con ser destruida. Es curioso que las versiones niponas de Batman casi siempre apuesten por historias llenas de fantasía, alejadas de la esencia urbana del personaje, y por ahí se entiende la multiplicación de personajes, la Liga de la Justicia a un lado y la Batfamilia (solo sus miembros masculinos, sorprende no usar a Batgirl o a Batwoman) por otro, incluso la introducción de agentes del caos como Harley o el Joker, cuyo papel es demasiado escaso como para pensar que son algo más. Parte de la resolución, que encierra el mensaje esencial que quiere transmitir la película, parece algo demasiado rápido o incluso forzado, pero es el peaje que se paga por obtener casi hora y media de adrenalina pura, mucho más anime que Batman, mucho más exagerado que cabal, pero siempre lo suficientemente entretenido si se acepta la propuesta de base de Batman Ninja vs. Yakuza League, una historia de multiverso más que un Otros mundos.
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