‘Fotógrafos de guerra. Hans Namuth y Georg Reisner (1936-1940)’, de Raynal Pellicer y Titwane

Editorial: Planeta Cómic.

Guion: Raynal Pellicer.

Dibujo: Titwane.

Páginas: 134.

Precio: 12,95 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Julio 2025.

Se mire como se mire, hay profesiones que transmiten un aura especial y la de los Fotógrafos de guerra es una de ellas. No en vano esa denominación es el título que han escogido Raynal Pellicer y Titwaine para contar las vidas de dos de ellos, Hans Namuth y Georg Reisner, y más concretamente su lucha por transmitir la verdad entre 1936 y 1940. Sí, en los años de la Guerra Civil Española, conflicto que, sí, está en el centro del relato. Es importante volver a hablar del concepto de memoria, porque la Historia se olvida con demasiada facilidad y eso es algo que no nos podemos permitir en un mundo que está repitiendo demasiadas atrocidades que pensamos que jamás volveríamos a ver. Fotógrafos de guerra, de hecho, siendo una biografía, que lo es, arranca siendo más bien un fresco sobre los dos aspectos mencionados, profesión y escenario espaciotemporal, mucho más que un retrato sobre sus protagonistas, algo que no alcanza el rango que uno podría esperar hasta el tercio final. No es sencillo el equilibrio en este aspecto, no lo es para los autores cuando definen su objetivo y no lo es, todavía con más énfasis, para los lectores como conjunto, porque cada uno de nosotros tendrá una expectativa diferente. Quizá por eso es importante señalar que no busca alcanzar el cenit de ese malabar, sino exponer muchos elementos para que cada uno escojamos.

Es indudable que Pellicer quiere que encontremos la poesía de la profesión desde la primera escena y que no seamos ajenos a los peligros que comporta, algo que desarrolla a lo largo de toda la obra. Por eso, sus protagonistas. Por eso, su escenario. Y es una forma espléndida de que entremos en la biografía de estos dos fotógrafos, aunque al principio cueste asumirlos como el centro real de lo que está pasando, viendo todo lo que va picoteando, desde el papel que jugó el Hotel Florida como centro neurálgico de la resistencia al golpe de estado desde Madrid hasta la aparición de otros fotógrafos de mucho más nombre que los protagonistas, como puede ser Robert Capa, autor de la, probablemente, fotografía más conocida de la Guerra Civil. Hay admiración en todo caso en su presentación, como la hay en toda la novela gráfica, como no puede ser de otra manera por la conjunción de trabajo y escenario. En la primera mitad la apuesta del autor pasa por una cronología muy potente, por muchos nombres, por mucha información. No le falta corazón, pero eso se marca mucho más en la segunda parte de la obra, sobre todo en el final, cuando más que la exposición de la enorme labor del fotógrafo de guerra se ven las consecuencias que tiene el compromiso que adquieren en su trabajo. Y eso es demoledor.

Que es una obra hecha con mucho cariño se ve en el guion, pero sobre todo en el dibujo. Las acuarelas de Titwane son sencillamente preciosas. Esa poesía inicial se entiende a las mil maravillas, pero no es el único efecto que logra con unas viñetas deslumbrantes, con unas páginas narrativamente cargadas de significado y con las que va experimentado de forma continua para romper la rutina de las viñetas cerradas. Quizá eso sea otro de los motivos por los que al principio se ve más el mensaje, la idea, la carga profesional, social y política antes que el propio retrato de sus protagonistas, quizá sea un eco, un reflejo, de la máxima del fotógrafo de guerra de dar prioridad a lo que capta la cámara, y por eso es difícil no entrar en el juego que propone el libro, por la vía más emocional y empática, que es la que transmite un dibujo sobresaliente. Fotógrafos de guerra tiene mucha ambición, y en muchos momentos cumple con ella, por lo que cuando se sale del libro se hace con la sensación de haber vivido una experiencia vital superlativa. De muchas vidas, en realidad, aunque se quiera enfocar en dos desde el título, porque nos habla de un tiempo en el que todo lo que vemos tenía una trascendencia enorme. La guerra, sí, pero también la obligación de captarla para la memoria colectiva. Muy interesante.

Albin Michel publicó originalmente Photographes de Guerre en octubre de 2023.

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