Guion: Garth Ennis.
Dibujo: Patrick Goddard.
Páginas: 96.
Precio: 19,90 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Mayo 2025.
Siempre hay algo atractivo en el hecho de que un autor respetado, dos en realidad aunque sea fácil destacar a Garth Ennis sobre Patrick Goddard en este sentido (y no porque al segundo le falten argumentos de calidad, ni mucho menos), se asome a un personaje clásico. Ennis, sí, se asoma al mundo de Rogue Trooper en El valle de las heridas, y lo hace con una sensación de familiaridad notable. No vamos a usar tópicos como el de “ha nacido para escribirlo” y cosas parecidas, pero la sensación de comodidad que hay en toda esta aventura es sobresaliente. A Ennis le encanta el cómic bélico, lleva tiempo demostrándolo, por ejemplo en la serie Battlefields (aquí, reseña de su primer volumen), y también las figuras solitarias al estilo del Castigador en escenarios de ciencia ficción. Nada de lo que hay en El valle de las heridas le resulta ajeno. Goddard lo embellece, además, de una manera bastante atemporal. Si nos dicen que este cómic se publicó originalmente en 1982 es tan creíble como que nos digan que apareció en las páginas de 2000 AD el año pasado. Y eso, de alguna manera, hace que el lector se sienta tan cómodo como los autores, leyendo con la misma sonrisa que puede provocar la reedición de un material antiguo porque, al final, esto no es más que un homenaje al personaje, a su mitología y a una forma de hacer cómics que nunca morirá.
Con esos objetivos en mente, Ennis plantea una historia que, sobre el papel, es bastante sencilla: Rogue Trooper en la Primera Guerra Mundial. Es eso, con algún que otro aderezo, sobre todo en la segunda mitad del libro, y por tanto podemos ver al soldado envuelto en una historia de viajes en el tiempo que se convierte en un espejo de su propia idiosincrasia. Si Rogue Trooper destaca por esas conversaciones que mantiene con esas personalidades que viven dentro de él, por esa convivencia de soldados, aquí vive esas circunstancias con otros soldados que están en la vida real. La vida del pelotón vuelve a Rogue de tal manera que remueve cosas. Que nadie interprete esto como que El valle de las heridas es una historia demasiado sesuda, ni siquiera emocional en exceso, pero sí tiene esos componentes del cómic bélico en su interior que Ennis desarrolla con su habitual profesionalidad. Quizá, y ahí tiene que ver mucho el personaje que toca, no se deja llevar tanto por la violencia como en otras ocasiones, o esta es más aventurera, manteniéndose, eso sí, dentro de lo que un cómic bélico de ciencia ficción tiene que ofrecer. Ennis cumple sobradamente, y lo hace honrando lo que es y lo que significa Rogue Trooper, con una buena historia que no necesita estar llamada a cambiar nada, pero que a la vez alcanza todo lo que tiene que ser.
La cualidad esencial del dibujo de Goddard ya la hemos indicado, la atemporalidad, y es deliciosa. A veces, y sobre todo cuando hablamos de revivals de personajes míticos, se juega con la necesidad de innovar, de actualizar, de modernizar, y trabajos como El valle de las heridas demuestran que no siempre es necesario. Ni adecuado, la verdad. Rogue Trooper puede tener versiones actuales, sí, que incorporen narrativas gráficas de nuestros días, por supuesto, pero lo clásico funciona y es lo que quiere aplicar Goddard a su blanco y negro. Y si funciona es porque, además de fidelidad, el ilustrador demuestra un notable sentido del espectáculo y una facilidad bastante grande para mezclar la guerra del pasado con la del futuro, el cómic bélico más tradicional con la acción y la ciencia ficción visualmente más atractiva. Funciona bien la forma en la que Rogue dialoga con los soldados, los interiores y los que se encuentra, y funcionan todavía mejor los escenarios en los que se desarrolla la historia, de nuevo dos y de los dos géneros abanderados. Es fantástico ver que Rogue Trooper sigue vivo, que autores de la talla de Ennis y Goddard tienen cosas que decir sobre él y que esta ciencia ficción tan propia de otra época y en entregas tiene todavía la capacidad de encontrarse con el lector de nuestro tiempo.
El volumen incluye material de los números 2.325 a 2.335 y 2.337 a 2.339 de 2000 AD, publicados originalmente en 2023. El contenido extra lo forman una introducción de Barsden Sánchez, las portadas originales de Cliff Robinson, William Simpson y Leo Manco y un portafolio de bocetos y diseños de Patrick Goddard.
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