Cuando cae en nuestras manos un tebeo tan simpático y cálido como ¡Astrid! (aquí, su reseña), casi nos vemos en la obligación de hablar con su autor para que nos cuenta más cosas. Y, por supuesto, eso es lo que hemos hecho con Arkaitz González, que nos ha explicado de dónde viene esta maravillosa familia de la que nos habla y de los planes de futuro que tiene con ella.
Háblanos un poco de la historia de esta familia. La creaste en 2016 y, como bien dices, ha ido cambiando mucho desde las primeras tiras hasta este libro… ¿Cómo lo han hecho y por qué has ido tomando esas decisiones?
Cuando dibujé a la familia por primera vez en 2016, mi idea era la de hacer tiras cómicas y abordar temas más infantiles con los niños y temas más adultos con las madres. Empecé a apuntar ideas, a definir sus personalidades, a crearles un pasado… y al final acabé dándome cuenta de que lo que estaba escribiendo podría funcionar mejor en un formato fuera de la tira cómica. Así que por un lado trabajé en crear una historia para un cómic largo, y por otro lado seguía haciendo tiras cómicas que me permitían explorar diferentes facetas de los personajes y conocerlos mejor. Además, al compartirlas en redes, la gente fue conociendo a Astrid y a su familia, y cuando anuncié la salida del cómic ya había quien lo esperaba con ganas, ¡y yo superagradecido e ilusionado por ello! Toda esta evolución sucedió muy gradualmente mientras yo iba trabajando en otros proyectos, entre los que están El Metall del Desert, mi primer cómic como autor completo que salió en 2020 y que, por ahora, sólo está en catalán.
Cuando te pusiste a escribir el guion, ¿pensaste en reutilizar algunas de las tiras que ya habías publicado en redes sociales o entonces querías hacer algo completamente nuevo?
La idea era hacer algo completamente nuevo. De hecho, cuando la historia de ¡Astrid! ya iba cogiendo forma, tenía muy claro que se iba a situar temporalmente después de las tiras. En algún momento del cómic incluso se menciona que a Astrid le gustaba un chico, y es algo que ya habíamos visto previamente en las tiras. Hay alguna que otra referencia, pero no hace falta haberse leído ninguna tira para poder leer el cómic. Lo único que sí reutilicé en ¡Astrid! fue una secuencia de unas páginas de prueba que hice allá por 2018.
¿Por qué el título es ¡Astrid!? Y te lo pregunto con un doble sentido, por los signos de admiración y por centrar la mirada en ella a pesar de que es una historia coral de toda una familia…
Esto es gracioso, porque literalmente dos meses antes de su salida el cómic iba a llamarse Astrid y su familia. Pero a mí ese título empezó a sonarme a cómic infantil, algo como Teo y el zoo. Entre eso y que mi estilo tiene ese toque cartoon colorido, temía que no llamase la atención del público juvenil o adulto por parecer demasiado «para niños” a primera vista. Así que le propuse a Fandogamia quitar el y su familia y poner las exclamaciones para darle un toque un poco más dinámico. Y aunque es cierto que hay dos historias en paralelo y que toda la familia está implicada en alguna de ellas, creo que es interesante y unificador que de alguna manera veamos todo desde el punto de vista de uno de los personajes, en este caso de Astrid.
Deslizas muchos temas importantes como la discriminación, la mentira, familiares que machacan, la dificultad de algunos niños para hacer amigos, crecer en un orfanato, el despertar sexual… y podría seguir, y lo hace con el envoltorio de una historia muy cercana, muy accesible y muy familiar. ¿Cómo has mantenido ese equilibrio entre el drama, que lo hay, y la comedia, que hay todavía más?
A mí personalmente siempre me ha gustado la mezcla del drama con la comedia y es algo que a la hora de escribir el guion me salió de manera muy instintiva. Si conozco a unos personajes que me hacen reír, pasarlo bien y empatizar, cuando llegue el momento donde lo pasan mal yo me sentiré más afectado. Es una combinación que a mí me encanta y que creo que es muy humana, muchas veces el humor nos ayuda a combatir las situaciones difíciles.
Según he visto en tus redes sociales, Lý está basada en una persona real. ¿Es el único personaje que tiene un referente en la realidad o hay más detalles, aunque sea aspectos concretos, que has cogido de gente que conoces?
Efectivamente, Lý está basada en Wen Pedrola, una muy amiga mía vietnamita que conocí estudiando animación y que, por cierto, es una artista como la copa de un pino. Wen me asesoró mucho sobre todo lo referente a Vietnam, tanto culturalmente como con el tipo de casa en la que viviría una familia como la de Lý. Pero no es el único personaje basado en gente que conozco, porque de hecho prácticamente todos los personajes que aparecen son referencias a amigos o familiares. Los tres niños del barrio están basados en Axel, Juanan y Geiser, amigos míos desde hace muchos años; el anciano que sale hablando solo sentado al lado de las obras está basado en Rafa Barragán, amigo con el que compartí piso y que de hecho todo lo que cuenta en el cómic son anécdotas reales que nos pasaron; los niños de la iglesia son todos amigos míos… Incluso las localizaciones, muchas están basadas en lugares en los que he vivido. Y por supuesto, la relación entre Astrid y Marco bebe mucho de la relación entre mi hermana Mónica y yo. El ritual que le hace Astrid a su hermano para que no tenga miedo por la noche es algo que inventé de pequeño para que mi hermana durmiese tranquila. Desde luego en este cómic he puesto muchísimo de mí y mi entorno, y eso hace que le tenga un cariño especial.
No quiero hacer spoiler ni desvelar nada, pero no quiero dejar de preguntarte por las dos escenas en paralelo durante la obra de teatro, la que sucede en las tablas y la que sucede fuera. ¿Siempre tuviste claro que era así como ibas a resolver los dos conflictos que plantea, sobre todo el que tiene que ver con Astrid?
Creo que es de las pocas cosas que tenía muy claras desde el principio. El nudo de la historia es sin duda lo que más he ido retocando o puliendo, pero tanto el inicio como el final del cómic los tenía clarísimos.
Tienes experiencia en animación y se nota el diseño de tus personajes. ¿Te has planteado o imaginado que Astrid y su familia pudieran dar el salto a ese medio? Si dependiera de ti, ¿adaptarías esta misma historia o crearías una nueva?
¡Uy, he fantaseado con eso muchas veces, ja, ja, ja! De hecho, ronda por mi cabeza la idea de hacer un minitrailer animado y presentarlo por ahí, a ver si suena la flauta. Sé que es una fantasía, pero desde luego me lo pasaría genial haciéndolo y oye, quién sabe. Hace 15 años me parecía inalcanzable siquiera pensar en ser alumno de Escola Joso y no solo lo fui, sino que ahora soy profesor allí. Me lo cuentas en 2010 y no tienes manera de hacérmelo creer. Sobre la historia, la verdad es que la que tengo en este tomo me gusta mucho y creo que tiraría por adaptarla, sí.
Me interesa el hecho de que eres profesor en la Escola Joso. Si has utilizado o piensas utilizar ¡Astrid! en tus clases, ¿qué destacas o destacarías sobre el tebeo? ¿Qué crees que puede servir de lo que hay en estas páginas a quienes estén empezando a hacer cómics?
Sí, de hecho mis alumnos han sido testigos de la evolución de algunas páginas del cómic. Siendo estudiante disfrutaba mucho cuando los profesores nos traían sus trabajos a clase y nos explicaban las decisiones detrás de cada página, así que yo hago lo mismo. Por lo general, cuando más uso mis propias páginas en clase es para hablar de elementos narrativos y acting de personajes. Justo esta misma semana he estado explicando recursos característicos del cómic, y mostraba una escena de ¡Astrid! en la que, para representar que un personaje se sentía herido por las palabras de otro, del mismo bocadillo salía una mano que le golpeaba. Son cosas que en una película o una novela a priori no se pueden hacer, y está guay ser consciente de que tenemos unos recursos únicos que podemos aprovechar.
Y puestos a hablar de otra nueva historia… ¿Es pronto para que hablemos de un ¡Astrid! 2? ¿Qué te gustaría hacer llegado el caso?
-Tal vez sea un poquito pronto para hablar de ¡Astrid! 2 pero no porque no me lo haya planteado, sino porque voy a centrarme en la animación. Ahora mismo vivir del cómic para mí es imposible y la animación es un campo que siempre me ha gustado mucho, así que quiero retomarlo. Eso sí, cómic voy a seguir haciendo porque me lo pide el cuerpo, pero no creo que vayamos a ver un segundo tomo de Astrid a muy corto plazo. aunque a lo mejor de alguna que otra cosa más cortita sí, ju, ju… Lo bueno es que ideas tengo, y de hecho para varios números. Para mí lo ideal sería poder hacer una serie de varios tomos donde los personajes van creciendo y vamos viendo cómo se van adaptando al paso del tiempo, cada uno con sus cosas. Por ahora es sólo un proyecto en mi cabeza, pero veremos qué le depara el futuro a Astrid y a su familia.