‘VilleVermine’, de Julien Lambert

Editorial: Nuevo Nueve.

Guion: Julien Lambert.

Dibujo: Julien Lambert.

Páginas: 176.

Precio: 25 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Abril 2025.

Uno de los mayores retos de cualquier universo de ciencia ficción que nos haga saltar al futuro, independientemente de su escenario o del tiempo que haya transcurrido desde nuestro presente, es que entendamos las normas con las que funciona. En Villevermine ese reto no solo se supera con facilidad, sino que la naturalidad con la que nos creemos absolutamente todo lo que vemos en la historia de Julien Lambert es la clave del gran entretenimiento que supone. Eso se nota, sobre todo, en el arranque del primero de los dos álbumes que componen este volumen integral, porque es ahí cuando se produce la presentación de unos personajes que, sobre el papel, necesitarían mucha información para que nos los creyéramos, y que sin embargo Lambert nos lanza como si nada. Con ese paso dado, Villevermine puede lanzarse con facilidad a su historia, una que por momentos se confunde con la presentación de su mundo, y eso añade un ritmo todavía más inteligente a la propuesta, y nos sitúa para el caos calculado en el que parece convertirse la segunda mitad de la historia y, por tanto, su desenlace. Si en algún momento nos acomodamos, para eso Lambert se guarda alguna que otra sorpresa en la historia, de esos que nos obligan a volver atrás para asegurarnos de que hemos leído lo que creemos haber leído.

Con todo esto, es evidente que Villevermine sale con una nota notable de los retos que se marca, y esa es la primera gran noticia que nos deja. La segunda, que hay mucha imaginación en la propuesta, a pesar de que no parece demasiado original a priori un universo como el que nos plantea, en una ciudad sucia y llena de crimen y mala gente. Son los pequeños detalles que vamos conociendo los que marcan la diferencia, y el acierto de Lambert está en que todo eso llega muy pronto en la narración, en muy pocas páginas, y con presentaciones modélicas de cada uno de los personajes que tiene transcendencia en la obra. Para cuando la historia se acerca a ese caos del que hemos hablado, momentos en los que quizá no está tan claro hacia dónde quiere llevarnos el autor, ya da igual que se mantenga una estructura clara porque los personajes nos han convencido y nos importa lo que les suceda. Y si a eso añadimos una buena resolución en la que todo lo que se ha expuesto previamente tiene valor, en la que la relación de todos los personajes cuenta y mucho, podemos darnos más que por satisfechos con la lectura de Villevermine, porque sabe abrirse camino en escenarios bastante transitados con una notable frescura, porque aporta mucha imaginación para la construcción y para la resolución de su historia.

Y a eso hay que añadir algo más, un estilo visual más que interesante. El realismo no le interesa a Villevermine en su trazo, y sin embargo lo consigue en las sensaciones, que es donde se asienta la historia de verdad. Juega con una exageración fina en las formas, pero no en las normas físicas de su universo, y de esa manera tiene gracia que sea capaz de contarnos cosas imposibles de tal manera que casi podamos tocarlas. Con el color consigue que nos veamos inmersos de manera efectiva en esa urbe sucia y corrupta en la que tiene lugar el relato, completando un trabajo muy sugerente en todos los sentidos. Villevermine puede no parecernos a simple vista algo demasiado original, insistimos, no es un escenario nuevo el que propone y eso, para un lector cargado de experiencia, puede tener cierto peso antes de abrir las páginas de la obra de Lambert, pero el autor, al que no habíamos visto en España, merece una oportunidad y sabe compensarla con creces. La suya es una obra de ciencia ficción más inteligente de lo que puede parecer a priori, muy completa sin necesidad de alargarse demasiado y que sienta unas bases muy sólidas ya desde sus primeras escenas, que es cuando nos engancha para que nos quedemos atrapados hasta el final de sus tramas. Y en un mundo que no nos importaría seguir visitando, con estos u otros personajes.

El volumen incluye los dos primeros álbumes de VilleVermine, L’homme aux babioles y Le garçon aux bestioles, publicados originalmente por Sarbacane en octubre de 2018 y abril de 2019.

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