Guion: Emma Ríos.
Dibujo: Emma Ríos.
Páginas: 304.
Precio: 29 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2025.
Cuando uno mira en el interior de Anzuelo, se asume con facilidad que va a ser una obra que deja poso, no hace falta ni siquiera haber leído la obra completa o unas pocas páginas para entenderlo. Su aspecto intimida de la belleza que transmite, del poder que tienen sus imágenes, de la fuerza que hay en cada secuencia y de lo extraordinariamente hermosas que son las acuarelas de Emma Ríos, que se ha lanzado en esta obra con una técnica que requiere mucho de la autora, que exige también mucho del lector para ir más allá de la superficie, pero que gratifica una barbaridad. Anzuelo es, más allá de eso, una obra emocional, un relato en el que sus protagonistas reaccionan a una catástrofe medioambiental, y solo con esa definición es fácil asumir que la historia tampoco va a ser sencilla de asimilar. Funciona, y lo hace de maravilla, pero apuntalando la sensación de que va a ser una experiencia, más que una simple lectura. Por eso es importante abordar Anzuelo de la manera correcta. O de una de las maneras que pueden ser correctas, siempre dándole el tiempo y el espacio que necesita, sin miedo a detenernos para asimilarla en todo o en parte y con ganas de disfrutar de algo distinto, incluso único, porque es fácil que la experiencia no sea la misma en todos los lectores y que cada uno de nosotros podamos encontrar resonancias variadas.
Ríos confiesa que la relación entre su trabajo como escritora y el de dibujante ha sido muy orgánica, por lo que, más que hablar de un guion elaborado, lo que nos ofrece son diálogos llevados a una realidad visual espectacular. Y si el arte fluye de esa manera, la forma en la que podemos analizar el relato es también distinta. Distinta y positiva, porque abre caminos en la narrativa gráfica, porque nos recuerda que la forma de trabajar es la que el artista desee, siempre y cuando consiga transmitirnos algo. Y Anzuelo lo hace, precisamente porque las palabras se integran muy bien en el conjunto, sin miedo a dejar que haya enormes silencios, páginas enteras sin palabras que han sido escritas de otra manera, sin necesidad de poner en un texto lo que está sucediendo porque la autora lo interpreta de manera directa en imágenes. Podríamos ver en esto un reflejo moderno del Método Marvel, pero es algo todavía más profundo e intenso, precisamente porque el escenario y la historia nos invitan a ellos. No se trata de desarrollar una secuencia de acción, aunque las hay, sino de expresar de una manera clara elementos más inefables, sensaciones, experiencias, cosquilleos. Y por eso la historia, que tiene sus rincones oscuros, acaba siendo mucho más luminosa de lo que uno puede imaginar desde ese catastrófico escenario que propone desde el inicio.
Por lo que hemos dicho hasta aquí, se puede intuir que el argumento más potente de Anzuelo es su dibujo, aun siendo este un complemento ineludible de su historia. Ríos hace de la acuarela un texto más del relato, un protagonista, un elemento narrativo de primer orden y, sobre todo, un reclamo sensorial impresionante. Es imposible no quedarse delante de cada una de las páginas de la obra sin sentir que estamos ante algo hermoso. De alguna manera, Ríos consigue que las sensaciones que tenemos nosotros, los lectores, sean muy parecidas a las que experimentan los personajes en distintos momentos de la historia, y esa conexión es tremendamente valiosa. Y rara. Las muchas secuencias sin diálogo, la exposición de escenarios naturales o de emociones de los personajes, hacen que esa idea de estar ante algo único sea todavía más intensa, como si en cada página pudiera suceder algo mágico, a veces peligroso, a veces cálido, siempre con un toque que podríamos llegar a calificar de onírico que manifiesta la enorme imaginación de Ríos para mostrar lugares y conectarlos a sus personajes. Anzuelo es una obra de enorme belleza. La hay en su historia, sí, pero sobre todo hablamos de lo visual, de lo sensorial, que hacen que el conjunto se grabe primero en nuestra retina, pero después, también, en nuestro cerebro.
Image Comics publicó originalmente Anzuelo en noviembre de 2024.
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