Guion: Benjamin Percy, Mark Russell, Erica Schultz, Greg Pak.
Dibujo: Stefano Raaffele, Carlos Nieto, Leonard Kirk, Luca Pizzari, Will Sliney.
Páginas: 136.
Precio: 30 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Marzo 2025.
Cuando se publicó Darth Vader. Negro, blanco y rojo (aquí, su reseña) se abrió la puerta en los cómics de Star Wars al universo cromático que DC lleva ya años explotando con algunos de sus personajes. Y seamos sinceros, aunque no es descartable que nos surja algún día un Yoda. Verde y blanco o un Chewbacca. Marrón y blanco, en el entorno de la saga galáctica lo que triunfa son los colores que más fácilmente podemos asociar a los Sith, esto es, Blanco, negro y rojo. Explotado ya Vader, no es de extrañar que el siguiente personaje en sumarse a esta moda sea Darth Maul. Y aunque sea en una edición que nos deja solo los nombres de los autores de la primera de las cuatro historias que contiene el libro, es siempre sugerente ver antologías de este tipo, porque nos ayudan a explorar lugares desconocidos del universo de Star Wars de la mano de personajes sobre los que todavía quedan muchas cosas por contar. Con Maul es cierto que funciona siempre mejor una mirada externa que sepa sacar partido de sus silencios, de la manera en la que explicita las dudas que años después de La amenaza fantasma (aquí, su crítica) explicitó de manera magistral Clone Wars y, por supuesto, del salvajismo casi animal que le domina cuando enciende su sable láser doble y se lanza al ataque. Quizá en la antología de Vader había algo más de riesgo, pero el entretenimiento está bien servido.
Da la sensación de que la historia más, digamos, anómala de este volumen es la primera, la de Benjamin Percy y Stefano Raffaele, por dos razones. La primera, que sea Maul el narrador, algo que no es demasiado frecuente y que choca con la imagen más popular del personaje. La segunda, cobran tanto o más protagonismo los extraños personajes a los que se enfrenta que el propio Darth Maul, lo que resta trascendencia a la mirada. La acción está ahí, por supuesto, y el relato sienta bien las bases de la miniserie, misiones que Darth Sidious le encomienda para garantizarse su fidelidad, pero no termina de llegar demasiado lejos en cuanto al propio personaje central se refiere. En ese sentido, resulta algo más estimulante el segundo relato, el que firman Mark Russell y Carlos Nieto, precisamente porque mantiene todas las características positivas del personaje, pero en una historia en la que no es el centro inicial. Maul funciona mucho mejor, así se ve, como un agente de destrucción de la armonía, le da ese toque que necesita un Sith. Niego mantiene toda la espectacularidad que nos brinda Raffaele, pero con un guion, el de Russell, que añade mucha más furia el personaje, una violencia mucho más dramática y narrativa que, en el dibujo, cobra todavía más fuerza. Quizá sea excesivo hablar de un Maul definitivo, pero este no dista demasiado de serlo.
La tercera de las historias la firman Erica Schultz y Leonard Kirk, con el deseo de añadir más matices sobre todo a la relación entre Maul y Sidious, y de paso explicar cómo fue posible que durante tantos años pudiera tener Palpatine engañada a la galaxia en general y al Senado en particular. No se puede decir que le siente mal al libro esta intención de ir un poco más allá en el lado reflexivo de un personaje que nació para morder y morir en el cine. Esta es la más roja de las historias, Kirk apuesta más que Raffaele y Nieto por esas tonalidades, que saltan incluso a los fondos, manteniendo el notable nivel visual que tiene este volumen. Si hay riesgo en la primera de las historias por dar relevancia a las propias palabras de Maul, lo hay también en la que cierra el libro, a cargo de Greg Pak, Luca Pizzari y Will Sliney, porque se atreve a asomarse a un cierto escenario sarcástico, en el que Maul responde con violencia a su necesidad de meditación, con un final que incluso profundiza en esa idea. Es, seguramente, un deseo de romper la estructura del propio volumen, de encontrar un encargo distinto por parte de Sidious, uno que no suponga de inicio una matanza de enemigos o amenazas, y quizá es por ello el que menos trascendencia tiene, porque esta es una faceta que, si bien no molesta, tampoco parece la más atractiva del personaje. En cuanto a acción, igual de entretenida.
El volumen incluye los cuatro números de Star Wars: Darth Maul – Black, White & Red, publicados originalmente por Marvel entre junio y septiembre de 2024. El único contenido extra son las cubiertas originales de Alex Maleev, Tyler Kirkham y Sara Pichelli.