‘Carcoma’, de Andrés Garrido

Editorial: Nuevo Nueve.

Guion: Andrés Garrido.

Dibujo: Andrés Garrido.

Páginas: 176.

Precio: 30 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Febrero 2025.

Viendo las historias que Andrés Garrido había dibujado, desde Nacido de las estrellas (aquí, su reseña) hasta Love Love Love (aquí, su reseña), de alguna manera se podía intuir que estaba a un paso de convertirse en autor completo. Esa faceta nos la muestra en Carcoma, una obra que tiene una notable complejidad, una pretendida profundidad y un escenario de lo más sugerente, convenciendo precisamente por lo bien que utiliza elementos bastante atípicos. Carcoma se puede definir de tantas maneras que puede que lo mejor sea adentrarse a sus páginas sin demasiada información. Simplemente, sabiendo que es una historia que acontece en un barco gobernado con mano de hierro por un siniestro capitán que solo parece exigir una cosa a su tripulación: que el navío no abandone el mar bajo ninguna circunstancia. Es interesante que, con esa premisa, Garrido dé el papel principal de la obra a un personaje atípico en ese escenario, una mujer, una que, además, arrastra una tragedia evidente que muestra de una manera inteligente. Podemos pensar también que Carcoma es una fantasía oscura, porque tiene elementos de género evidentes que la portada tampoco esconde, y ahí también hay grandes ideas. Y podemos seguir sumando, porque esa es la complejidad de una obra que tiene muchas capas y ninguna parece sobrar.

Lo que Garrido va construyendo en Carcoma se manifiesta como una bomba de relojería. Todo está a punto de explotar, todo parece formar parte de una construcción medida al milímetro, de una intensidad espectacular en lo emocional. Destacamos a la mujer de la que hemos hablado, sí, y al capitán que oculta secretos inconfesables, pero las relaciones que se establecen dentro del barco son todas muy potentes, todas cercanas a puntos culminantes, todas relacionadas con la muerte y con la zozobra personal. Analizar ese contexto ya hace que Carcoma sea una lectura muy interesante, porque aporta una asfixia personal y social contundente. Es un microcosmos tenso en el que puede pasar de todo, en el que cada giro argumental es una sorpresa que se acepta de buen grado. Es verdad que eso puede conducir a un cierto caos, a que no haya realmente límites en la historia que ayuden a contener su clímax, pero eso mismo se convierte en parte imprescindible de su espíritu y de lo que la obra ofrece al lector. Y por eso lo que firma Garrido tiene mucho de experiencia, porque todo lo que se vuelca en la página aparece llevado al extremo, pero sin parecer fuera de lugar, aprovechando las bondades del género, sin olvidar que, al final, lo que conduce la historia son las emociones más íntimas de los personajes.

El estilo visual de Garrido encaja muy bien en todas las pretensiones de la historia. Nos hemos acostumbrado a verle en historias que buscaban lados positivos del ser humano, y en Carcoma, en cambio, se asoma a abismos diferentes. También hay luz, deslumbrante, pero su apuesta aquí es por el conflicto interior que vuelca en formas visibles, y eso provoca efectos muy atractivos. La consciente exageración de sus formas no es más que una manifestación apabullante de la intensidad que tiene la historia, y lo bien que sabe transmitir el movimiento de sus personajes es algo que impresiona. El agobio continuo de la vida en alta mar, los demonios interiores que arrastra cada personaje, el descubrimiento fantástico que hace la tripulación al encajar el barco y el contraste con el infierno que acarrea consigo el capitán, todos estos son aspectos que tienen formas y colores pensados para impactar. Quizá sea eso lo que mejor define a la obra, el impacto que Garrido logra en el lector, impacto que no se puede disociar en lo argumental y en lo visual porque son elementos consustanciales a una obra que, seguramente, no podría haber tenido una mejor manifestación. Con los años veremos si Carcoma es el pico de Garrido como autor, pero ahora mismo da la sensación de ser un gran paso en un desarrollo artístico francamente elogiable.

Dupuis publicó originalmente Carcoma en febrero de 2025.

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