Guion: Stan Sakai.
Dibujo: Stan Sakai.
Páginas: 576.
Precio: 50 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Enero 2025.
Con obras tan longevas y de tan largo recorrido como Usagi Yojimbo corremos el riesgo de repetirnos a la hora de valorar sus méritos, pero es que el gran triunfo de Stan Sakai, tantos años después de haber dado origen a su gran personaje, sigue siendo el mismo: la enorme variedad que sigue encontrando para dar forma a nuevas historias del ronin más conocido del mundo del cómic. Hay un sentido de la aventura tan grande, tan carismático, que hasta el más breve de los relatos es capaz de hablarnos de Usagi como personaje y de su mundo como un escenario diseñado con inteligencia. Seguimos encontrando ángulos nuevos, y es imposible no verlo cuando nos topamos con un relato como El río creciente o su continuación natural, Kyüri, porque condensan lo humano y lo fantástico que hay en el viaje de Usagi de una forma tan elegante como natural. Sakai no necesita anunciarnos cambios trascendentales continuos para que el devenir de su personaje nos resulte trascendente. Y no necesita ambiciones demasiado grandes para que sus historias lleguen muy lejos, mucho más de lo que una primera e inocente mirada hacia su mundo de animales antropomórficos puede decirnos. No es casual que tantos grandes nombres del cómic introduzcan de cada uno de los volúmenes que conforman Usagi Yojinbo Saga, ya van ocho, porque su influencia y su delite son incontestables.
Siempre hemos destacado lo inteligente que es Sakai y lo mucho que sabe sacar de historias que pueden pasar por aventuras más o menos intrascendentes, y esa fortaleza de su narrativa sigue muy presente en este libro. Insistimos, son décadas trabajando con el mismo personaje y no hay ni un atisbo de repetición. Al contrario, vemos historias siempre frescas, con secundarios que entran y salen con una facilidad tremenda, sin que nada nos parezca formado. En cada historia hay un pedazo de Usagi y eso es asombroso, porque es tan fácil entenderle cuando acepta una misión imposible como cuando no está dispuesto a consentir faltas de respeto al llegar a un templo en el que refugiarse de la lluvia, cuando se puede relajar en soledad o cuando adopta la pose de un guerrero que resulta de lo más humano, como además explicita Sakai después de lo que sucede en los dos relatos que hemos destacado al principio. El viaje de Usagi es largo, pero cada estación resulta provechosa, para él como personaje, para Sakai como autor y para nosotros como lectores. Hay misterios magníficos en los que Sakai se recrea, dejando pistas para que las vayamos interpretando, y hay otros relatos en los que todo está más claro. Variedad, ya lo decíamos, es la clave para que un mundo construido a base de relatos cortos tenga la pervivencia que tiene el de Usagi Yojimbo.
Es de sobra conocido el estilo visual de Sakai, así que por ese lado no vamos a encontrar grandes sorpresas, pero eso no quiere decir que no haya mucha calidad por ese lado también. Sakai es un espléndido escritor, pero también es un narrador visual de primera. Cuando se dibuja como lo hace él, cuando se crean historias con animales, hay sectores que tienden a infravalorarlas, pero Usagi Yojimbo, como el propio Sakai, no tienen nada que demostrar a nadie. Nada, desde luego, que no haya demostrado ya hace muchas décadas. Sigue siendo impresionante ver cómo narra, cómo orquesta los combates, qué bien utiliza las espadas o cómo consigue que sus personajes transmitan emociones de todo tipo. Y eso sin contar el brillante diseño de los personajes, con animales perfectos para cada papel que tienen que desempeñar los actores. Sakai, además, es un maestro de la ambientación, y con lo que en apariencia es un mínimo esfuerzo nos lleva al Japón de los samurái con una elegancia digna del más preciso de los documentales. Son ya tantos años disfrutando de Usagi Yojimbo que los elogios pueden parecer gratuitos, pero lo que provoca la serie de Sakai ahora es tan genuino como lo que pudo despertar hace veinte años. Que un personaje siga tan en forma durante tanto tiempo y de la mano del mismo autor es una gesta que no debemos dejar de celebrar.
El volumen incluye los números 139 a 159 de Usagi Yojimbo y el 5 de Usagi Yojimbo Color Special, publicados originalmente por Dark Horse entre julio de 2011 y octubre de 2016. El contenido extra lo forman introducciones de Guy Davis, Naomi Hirahara y Cullen Bunn, unas notas de Stan Sakai, las cubiertas originales del autor, una entrevista entre personaje y autor y un encuentro con Sergio Aragonés.