‘La voz del oráculo’, de Liv Strömquist

Editorial: Reservoir Books.

Guion: Liv Strömquist.

Dibujo: Liv Strömquist.

Páginas: 248.

Precio: 22,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Enero 2025.

Para entrar en La voz del oráculo, hay que tener la mente muy, muy abierta. Invita el título a que pensemos así, pero proponemos un segundo ejercicio para asimilar el contenido: abrir el libro por cualquier página antes de empezar a leer. Apabulla, ¿verdad? Mucho texto, poco cómic en el sentido más tradicional del término, intenso uso de las tipografías y del lenguaje… y, sobre todo, mucho que contar. ¿Qué demonios es La mente del oráculo? Es apreciable la definición que da la editorial, es un libro de autoayuda contra la autoayuda de Liv Strömquist en el que la autora sueca nos previene, efectivamente, contra todo lo que nos dicen esos gurús actuales a los que las redes sociales encumbra con una facilidad aterradora. Pero no lo hace de manera directa, sino exponiendo ideas de numerosos filósofos. ¿El objetivo final? Entender qué supone la sociedad del bienestar en el que tenemos necesidades artificiales, cómo afecta eso a nuestras vidas (o a nuestra ilusión de vida) y dotarnos de una intención de análisis sobre nuestros propios comportamientos y los de la sociedad de la que inevitablemente formamos parte, queramos o no vernos identificados desde el principio en esta cínica y casi satírica versión del mundo real que es La voz del oráculo, un ensayo rotundo, con ínfulas de seriedad, pero con alma de transgresión.

Claro, con esta definición es difícil saber si nos podemos tomar en serio todo lo que nos lanza Strömquist, pero merece el beneficio de la duda, incluso cuando sabemos que hay ironía en el mensaje, que es algo que se ve con claridad. Trata temas demasiado importantes como para que no queramos darle esa seriedad a la lectura. Con todas las letras, lo que tenemos entre manos es un ensayo. No es una historia, no es una invención, ni mucho menos una comedia. Se trata de pensar, y si para lograr que lo hagamos hay que recurrir a estas estratagemas narrativas, bienvenidas sean. Además, hay algo deliciosamente paradójico en La voz del oráculo, porque es tentador entrar en el mismo juego. ¿Lo que dice Strömquist tiene la base filosófica que dice tener o nos está llevando a su terreno? ¿Es real su mensaje y, por tanto, sus conclusiones? ¿A quién está dando voz realmente la autora? Esto es jugar dentro del juego, rizar el rizo, volvernos más locos todavía de lo que nos pueden volver los mismos protagonistas de la obra, los que aparecen y los que podemos aportar nosotros mismos desde nuestra experiencia, pero de lo que no cabe duda es de que Strömquist tiene la capacidad de abrirnos la mente. Mucho. Lo hace de manera subjetiva, sí, pero dándonos la sensación de que deja suelta la correa, para que seamos nosotros mismos los que pensemos hasta dónde se puede ir.

Los temas no son poco trascendentes, no, y quizá por eso la narrativa de la sueca es tan poco convencional. Y eso que nos la dulcifica, le pone un poco de chocolate a la primera píldora que nos tenemos que tragar, con una rejilla clásica de seis viñetas y un busto parlante al que podemos escuchar casi de forma lineal. Eso sí, desde ahí ya se ve cómo nos quiere dificultar la tarea: la tipografía. Leer La voz del oráculo exige esfuerzo, capacidad de adaptación, una visión a la vez concreta y abstracta y, no podía ser de otra manera, eso que ya hemos citado en muchas ocasiones: mente abierta. ¿De qué otra forma podemos asimilar tanta información, real y visual, como la que hay en este libro? Porque una cosa es lo que nos cuenta con el texto y otra, comunicada, lo que nos cuenta con la forma de ese texto. Es difícil no sentir en estas páginas que de verdad hay un oráculo hablando y que no escuchar va a hacer que caigan sobre nosotros las mayores calamidades. La voz de oráculo puede ser muchas cosas, le podemos dedicar muchos adjetivos, pero, al final, lo que pide a gritos es nuestra atención. Puede que no lleguemos al final con la misma frescura que tenemos al principio, eso depende más bien de las expectativas, pero el mensaje cala igualmente, y eso tiene mucho mérito. Decir que Strömquist es original seguramente es quedarse corto, pero lo es. Y ambiciosa.

Norstedts publicó originalmente Phytian pratar en septiembre de 2024

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