Guion: Jordi Bayarri.
Dibujo: Jordi Bayarri.
Páginas: 56.
Precio: 19 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2024.
Es curioso cómo han cambiado los tiempos. Todos los que hoy ya podemos peinar alguna cana, todos los que hace tiempo que hemos dejado de encajar en los grupos de edad que reciben ayudas por su juventud, hemos crecido con colecciones de cómics. Todos teníamos cuatro, diez o doce volúmenes de una colección ilustrada, y seguramente ninguno recordaremos esa autoría, sencillamente porque ni los propios libros se molestaban en destacarla, da igual que fueran clásicos de la literatura, aventuras de la historia o incluso adaptaciones de películas o series. Hoy, afortunadamente, la autoría importa. Desde hace ya mucho tiempo, y eso es algo que nos ayuda a identificar autores y líneas. Con Jordi Bayarri no hay mucho problema, porque nunca ha querido seguir a nadie con su estilo, al contrario, ha querido que fuera suyo y es una marca clara para reconocer sus tebeos. En general todos, pero sobre todo los educativos. Por eso, cuando nos adentramos en un nuevo volumen de Historicómics, en este caso Antigua Grecia, lo hacemos con la tranquilidad de saber dónde nos estamos metiendo, con un autor que sabemos lo que nos puede ofrecer, a nosotros y a nuestros hijos,
En Antigua Grecia, como en Prehistoria (aquí, su reseña), nos vamos a encontrar tres historias sobre descubrimientos esenciales que se realizaron en el periodo que da título a cada obra. Bayarri en este caso se detiene en la democracia, la grúa y los mapas. Podrían ser otros muchos, aunque el primero es seguramente el concepto que más claramente ligamos a la Grecia clásica, precisamente por ser un valor que todavía hoy tenemos que defender como si fuera algo recién adquirido. Bayarri sigue la misma guía que en el volumen que abre la serie de Historicómics, no se ciñe a acontecimientos históricos, sino que prefiere explicar con claridad el concepto con un escenario reconocible de la época retratada. Si bien en las dos historias que cierran el libro es más fácil encontrar casos que sirvan para entender la necesidad de inventar la grúa o los mapas, lo que destaca en este volumen es el primero de los relatos, porque al adentrarse en los fundamentos de la democracia se mete de lleno en explicaciones mucho más filosóficas que de costumbre. Bayarri, lejos de amedrentarse por ello, encuentra el mejor de los dos escenarios posibles, dos grupos de chavales que quieren jugar a cosas diferentes y que tienen que decidir quién sale triunfante de ese conflicto. Y sí, como siempre decimos con Bayarri, con sus jóvenes lectores entretenidos mientras aprenden.
Al final, de eso se trata por encima de todo. Historicómics es, por encima de todo, un tebeo didáctico que cumple sobradamente con las funciones de enseñar y entretener, con un estilo claro y directo, en el que tanto sus lectores como el autor se sientan cómodos, dando igual si quien lee este tebeo se acerca por primera vez a la obra de Bayarri o si es ya un viejo conocido que llegue desde otras de sus aventuras gráficas. No vamos a descubrir a estas alturas que Bayarri mantiene el mismo estilo de personajes desde hace incontables años, pero tampoco vamos a obviar que siguen funcionando tan bien como el primer día precisamente porque se suman a los objetivos que tiene el tebeo. No hay necesidad de distraer al joven lector con artificios que no van a ningún lado, y al mismo tiempo el ejercicio de inmersión en la época descrita, la antigua Grecia en este caso, es perfectamente adecuado. Historicómics progresa adecuadamente, por usar terminología educativa, y terminología además de nuestra época, de la del autor y la de los lectores que en un momento u otro recomendarán estos tebeos a sus hijos. Las tres historias que tiene esta nueva entrega siguen la línea ya marcada, aunque merezca la pena destacar como lo hemos hecho la primera de ellas, por tener algo más de fondo del habitual en la serie.