‘Sir Edward Grey, Cazador de brujas. Integral’ 1, de Mike Mignola

Editorial: Norma.

Guion: Mike Mignola, John Arcudi, Kim Newman, Maura McHugh, Scott Allie.

Dibujo: Ben Stenbeck, John Severin, Tyler Crook, Patric Reynolds.

Páginas: 440.

Precio: 39,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Agosto de 2024.

Si el propio Mike Mignola confiesa en las líneas que abren este primer volumen integral de Sir Edward Grey. Cazador de brujas que este es su personaje favorito del universo de Hellboy, dejando por supuesto aparte al demonio más conocido del cómic moderno (y siempre lo decimos, discúlpenos el Etrigan del Rey Kirby), poco más podemos añadir los demás. Podemos intentarlo, claro, es de hecho nuestra obligación, porque se trata de analizar una obra que tiene mucho más que ese carácter de spin off que le define en primer lugar. No hay más que ver las dos primeras historias largas de este libro, la primera para Ben Stenbeck y la segunda para John Severin. Si entramos en el libro con un thriller urbano en un escenario que nada tiene que envidiar al Londres de Jack el Destripador, saltamos después al western más norteamericano, en el que bien podríamos encontrarnos a Jonah Hex. Todo escrito con el mimo habitual de Mignola en su mundo, por supuesto, pero con muchas ganas de contarnos historias que, encajando con Hellboy, puedan leerse sin tener la más mínima noción de sus aventuras, entre otras cosas porque acontecen en periodos distintos de los que sirven de base para las andanzas de Hellboy. Y así, con esa sensación de estar tremendamente cómodos, como en casa, pero a la vez leyendo algo fresco, es muy fácil entender a Mignola.

Cierto es que en la primera de las historias mencionadas, Al servicio de los ángeles, además de en la que sirve de prólogo, Propósito asesino, sí que hay un cierto intento de Mignola de sentar unas bases como de origen, invitándonos a entender ese apelativo de Cazador de brujas que se cuela en el título de la obra, pero más allá de eso lo que se ve es un personaje que se va definiendo por sus acciones, sin pensar en la necesidad de que haya información previa que nos sirva para disfrutar de estas aventuras. Por eso funciona tan bien en los relatos más elaborados y de mayor extensión como en los de escasas páginas, porque en el fondo es fácil entender que en la vida de Edward Grey habrá situaciones de resolución más sencilla de la misma manera que otros que requieran pesquisas más complejas. A Mignola se le nota tan a gusto en el escenario temporal de Grey como al Alan Moore de From Hell, con el que casi se puede tener la tentación de emparentarle en el primer relato largo, pero tiene claro que Grey funciona sin necesidad de ser encasillados, y de ahí el cambio radical de entorno que viene a continuación. O el regreso a lo anterior, o el disfrute con distintos tipos de criaturas a batir que enriquecen un universo que ya es lo suficientemente inmenso con la simple referencia obligada de Hellboy.

Siempre ha resultado curioso que Mignola se reserve las aventuras de Hellboy para sus propios lápices y que sin embargo con otros personajes de este universo sea capaz de ceder el testigo a otros ilustradores… que casi siempre entienden a la perfección lo que necesitan sus creaciones, casi como si ellos mismos formaran parte del proceso generador, lo cual en ocasiones es cierto. Así, después de leer las primeras páginas, es difícil no asociar la figura de Sir Edward Grey a Stenbeck. O no disfrutar con la misma naturalidad con el tono bien distinto que imprime Severin. O de entender cómo deriva la historia hacia un terror más puro de la mano de Tyler Crook, quizá el más moderno de todos los ilustradores que prestan su talento a este primer volumen integral con las aventuras de la serie. Lo que tienen las creaciones de Mignola es justo eso, que con cada nueva aventura confirman lo que ya es fácil intuir desde el principio: que podríamos vivir para siempre en su mundo, que cada nueva historia no hace más que recordarnos que hay mucho talento no solo cuando nos ponemos en manos de Mignola, sino cuando este se entrega por completo a ilustradores que aceptan todo un reto y que enriquecen el resultado final. Con este Cazador de brujas sucede y el entretenimiento que proporciona es infinito.

El volumen incluye los cinco números de Sir Edward Grey, Witchfinder: In the Service of Angels, los cinco de Sir Edward Grey, Witchfinder: Lost and Gone Forever, los cinco de Sir Edward Grey, Witchfinder: The Mysteries of Unland, y material de los números 16 y 36 de Dark Horse Presents, y el 7 de Hellboy: The Wild Hunt, publicados originalmente por Dark Horse entre julio de 2009 y octubre de 2014. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Mike Mignola, Julián Totino Tedesco y un portafolio de bocetos y diseños.

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