Guion: Sergio Hernández.
Dibujo: Lolita Aldea.
Páginas: 176.
Precio: 9,95 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Noviembre 2024.
En Hysteria se conjugan dos elementos notables. Por un lado, muy buenas ideas, clásicas, de una ciencia ficción noir e inteligente que va generando Sergio Hernández por dos vías que van confluyendo. Por otro, una ejecución visual muy atractiva, la de una Lolita Aldea que desde el comienzo de su carrera siempre se ha mostrado como una narradora más que competente y que en este estilo manga se encuentra como pez en el agua. Hysteria nace de las páginas de Planeta Manga, y quizá de ahí, de su presentación inicial en capítulos pueda nacer su principal obstáculo, al menos si se entra de nuevas en este universo, que en el fondo es lo que se pretende en parte con un volumen único. Por eso, sobre todo al principio, puede dar la sensación de que falta algo de información para ir entendiendo este mundo y la historia que tiene lugar en él, aunque esté trufado de espléndidas ideas, como decíamos al principio. La mezcla es dinámica, trepidante, bastante satisfactoria para todos aquellos que quieran seguir explorando ese maravilloso mundo de autores que exploran las claves del manga desde España y para quienes quieran disfrutar de una ciencia ficción con ciertas pretensiones, sobre todo en la construcción de un escenario que roza lo apocalíptico, pero siempre dejando una puerta abierta que aporta espectacularidad y un muy buen entretenimiento.
Esas son las grandes bazas del guion de Hernández, que se sirve de un ritmo muy alto y de un carisma de los personajes que se ve casi de inmediato para que aceptemos la propuesta sin pensar demasiado en lo que sabemos o en lo que no cuando arranca el viaje. Que en la quinta página haya un disparo en la cabeza es casi una declaración de intenciones, y que a partir de ahí se tenga siempre la sensación de que todo va a más quiere decir que el guion acierta en la propuesta. Sí es cierto que hay una cierta impresión de que hay vacíos que se llenan con adrenalina, pero eso también está bien ejecutado, sobre todo porque hace que no haya largas escenas de explicaciones que, en el fondo, no son del todo imprescindibles para seguir las tramas con relativa facilidad. Y eso, como añadido, no merma en nada las ambiciones que hay en el retrato de un mundo futuro en el que no hay niños y, por tanto, la humanidad tiene fecha de caducidad. Ese escenario es ya de por sí muy atractivo, y mejora al ponerlo al servicio de una historia trepidante, la de un agente que no duda en saltarse todos los límites que sean necesarios para lograr lo que busca (siempre desde una perspectiva amable, no estamos hablando del Juez Dredd…). Siendo conscientes de lo que estamos leyendo, no hay muchos reparos que poner al guion de Hernández.
Cuando Aldea coge esas buenas ideas, hace que sean todavía más espectaculares. Lo fácil en este caso sería quedarse con el nivel de detalle que tienen los escenarios cuando hacen falta para que la inmersión del lector en el contexto sea completa, pero en el fondo lo que más y mejor luce en el dibujo de la ilustradora son los personajes, sus gestos, sus miradas. Desde posiciones más o menos arquetípicas y sensaciones que tienen que cumplir necesariamente con la imagen que podemos tener de los personajes, muestra una riqueza de lenguaje corporal que resulta fascinante. Eso ayuda a que, si es necesario, nos olvidemos del contexto, de la información que tenemos, y disfrutemos del momento como requiere la adrenalina que hay en la historia. Aldea sabe imprimir movimiento desde puntos de vista muy distintos, y eso hace que las escenas de acción brillen con bastante facilidad. De hecho, siendo francos, Aldea convence ya desde la cubierta, sin necesidad de saber de qué va la historia, por las poses, por el diseño, por el carisma y hasta por el color de algo que sabemos que vamos a leer en blanco y negro. Hysteria es buena ciencia ficción, es una historia con la que el disfrute parece bastante asegurado y que encuentra buenos caminos para contar lo que realmente le interesa, con un final esperanzador que cierra bien al propuesta.