‘Cuenta compartida’, de Álvaro Terán

Editorial: Fandogamia.

Guion: Álvaro Terán.

Dibujo: Álvaro Terán.

Páginas: 112.

Precio: 15 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Octubre 2024.

Son ya unos años viendo el humor con el que Álvaro Terán se aproxima a la cultura popular como para saber que Cuenta compartida va a ser un libro delirante en q leu no quede títere con cabeza. El subtítulo nos aclara todo lo que nos falte por saber, estableciendo que este libro es La guía para no perderte con tanta plataforma, un repaso a series, docuseries y demás programas que podemos encontrar en este conglomerado de plataformas audiovisuales que concentran el entretenimiento popular de nuestros días y que parecen inabarcables a ojos de cualquier persona que tenga una vida, un trabajo, una familia o algo más que hacer que ponerse delante de la televisión. Pero, claro, ahí está la gracia, en que Cuenta compartida nos habla de lo que hay que ver, de lo que es tendencia, de aquello de lo que todo el mundo habla, lo haya visto o no, y eso contribuye a que el libro sea una muestra más de la forma que tiene Terán de llevar su sentido del humor a escenarios en los que podemos entrar todos, incluso aunque no hayamos visto la serie en cuestión. Si hemos pasado por Abierto en canal (aquí, su reseña), ya tendremos claros los objetivos que tiene el autor en esta divertida recopilación de análisis humorístico de la televisión de nuestros días, centrado ahora en las plataformas, esas que pagamos religiosamente entre muchos para poder llegar a todas.

El humor de Terán es afilado, del que supone un reto para el fan que se ofende con facilidad, y quizá ahí esté la gracia, la principal al menos, en que no tenga límites ni filtros para hablar de The Mandalorian, de Cuéntame, de Lost o de Paquita Salas, por aportar la enrome diversidad que hay en el libro y que va mucho más allá de la serie friki del momento. Terán ya nos tiene acostumbrados a una estructura muy de revista, no en vano estamos hablando de un autor de El Jueves, y sigue pareciendo perfecta para el análisis que hace de cada título al que se acerca. Nos quedará siempre la legítima duda de si ha visto la serie en cuestión o si, simplemente, nos habla de ella en función de lo que se dice de ella en las redes sociales, pero en realidad eso no es trascendentes. No olvidemos que esto es una comedia, no un ensayo, y el cinismo que desborda no necesita información completa y compleja, sino ganas de que nos riamos todos juntos de aquello que es susceptible de ser tratado con ironía… que es todo, en realidad, porque incluso de lo más serio hay que saber reírse. Cuenta compartida lo hace, sin complejos, pero con unas normas básicas que hay que tener clara. La norma principal es que no tiene sentido ofenderse, por mucho que nos guste la serie que despedace el autor, porque eso es lo que hace en todas y cada una de sus páginas.

Con esta premisa, y conociendo ya de sobra el estilo de Terán, es bueno saber que su caricatura sigue funcionando con la misma eficacia, que los personajes de los que se quiere reír tienen encaje en su estilo y que el lector se va a sentir visualmente cómodo en la variación visual que propone de aquello que le entretiene en la televisión. Dicho de otra manera, todo se reconoce con facilidad, contribuyendo a que la broma sea tan divertida como pretende ser. Lógicamente, como pasa con cualquier tipo de humor, hay que entenderlo y hay que conectar con él. Lo bueno es que ya conocemos a Terán, por lo que no va a pillarnos por sorpresa (con el estilo, claro, con el humor sí), y en el caso de que el autor sea nuevo para un lector ocasional tampoco hay muchos problemas porque lo primero que hacer es mostrarnos Barrio Sésamo desde su particular punto de vista. Cuenta compartida habla del poder de la televisión, de la influencia que tiene en nuestra vida, y se ríe de aquello que probablemente muchos de nosotros podemos comentar en la privacidad de nuestras casas, pero no siempre nos atreveríamos a decir en redes sociales. En ese sentido, no es que sea un tebeo irreprochable, es que es uno de esos que saca todas las carcajadas que busca. No es poco en un mundo en el que el odio prima sobre el elogio.

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