‘Alma’ 2 y 3, de Shinji Mito

Editorial: Norma.

Guion: Shinji Mito.

Dibujo: Shinji Mito.

Páginas: 192 cada uno.

Precio: 10 euros cada uno.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Julio / Septiembre 2024.

La presentación de Alma (aquí, reseña de su primer volumen) fue interesante por una razón: porque su historia de ciencia ficción empezaba sin detenerse en más explicaciones que las necesarias para entender la premisa de su mundo y a los personajes principales. En los dos volúmenes siguientes de la serie de Shinji Mito la cosa va cambiando… pero con ritmo, que es lo que se necesita en una historia que se presenta como el enésimo combate entre el hombre y la máquina. Nada nuevo por ahí, no nos vamos a engañar, pero tampoco algo demasiado manido, porque se disfruta mucho. Pero lo que de verdad destaca en la serie es el cambio continuo al que asistimos. El protagonismo cambia, incluso de manera radical, pero luego vuelve a su ser porque, perdón por el juego de palabras, está claro quién es el alma de la serie. Cambia la misión, porque de la guerra se pasa a algo más concreto y personal, sin perder de vista el gran cuadro. Y cambia el tiempo, porque damos saltos al pasado para entender mejor el mundo en el que nos estamos moviendo. Esto último es quizá lo más confuso, pero todo contribuye a mover un poco el árbol para que caigan frutos y para que el lector no se pueda acomodar, incluso aunque tenga ganas de hacerlo en las situaciones que le puedan recordar a otros títulos de ciencia ficción que pueden servir de referentes.

Es una obviedad decir que una serie tiene que ir creciendo, más aún si estamos a un solo volumen de finalizar la historia y este es, por tanto, el tramo central del relato, pero Mito sigue ese camino con firmeza. ¿Cómo? Conjugando con habilidad los propósitos personales de los protagonistas, esta vez ya sí con una fuerte base de su pasado, con un gran espectáculo, una gran batalla que prácticamente ocupa todo el tercer volumen, por supuesto con sus pausas y con un final abierto que invita a esperar con ganas el desenlace de la historia. El buen uso del giro dramático y del cliffhanger permite al autor que entremos con facilidad en el relato y en su escenario de ciencia ficción. No es rompedor, aunque por momentos pueda parecer que sí, pero la relación entre el hombre y la máquina, así como el desarrollo de la inteligencia emocional que puedan tener los seres artificiales, son temas que funcionan bien a poco cariño que se ponga en su exposición. Mito lo plantea de tal manera que se entra en la historia por esa vía, por esa relación, desde un punto de vista muy concreto, la del personaje protagonista, pero sabe llevar el relato a un terreno mucho más ambicioso. Eso es, lógicamente, lo que tendrá que concretar en el tomo final para dar una conclusión que redondee lo que hasta ahora es bastante interesante.

El dibujo contribuye bien al escenario descrito, y si hay algo que nos permita hablar en términos elogiosos de esta parte de la narración es la expresividad de los personajes y las sutiles diferencias que hay en las miradas de humanos y robots. Hay un efectismo quizá un poco sobreexplotado con los contrapicados, pero hay que reconocerle a Mito que sabe dotar de espectacularidad a las secuencias de acción, incluso dentro de un caos que parece buscado y que invita a leer con más adrenalina que reflexión cuando la historia acelera. Alma tiene otra virtud, y es que se aleja de los lugares comunes en lo visual. Es cierto que el mismo concepto del robot humanoide no permite demasiadas licencias, pero leyendo la serie es fácil evitar referentes claros, lo que ayuda a que el relato tenga la personalidad que necesita. El comedido pero significativo uso de las onomatopeyas ayuda bastante en las secuencias de acción, sin distraer de ese eje que son sus protagonistas principales. En ellos está la clave de todo lo que es interesante en Alma, mucho más que en sus referencias o incluso en lo que hace de este un mundo que aspira a ser único. Lo bueno es que Mito está dándolo todo desde el principio, sin miedo agotar nada, sabiendo hasta dónde quiere llegar y ofreciendo un buen espectáculo que ya espera su final.

Shueisha comenzó a publicar originalmente Alma en 2019.

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