Guion: Rafael Jiménez.
Dibujo: Mer Hidalgo.
Páginas: 64.
Precio: 17 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2024.
La biografía tiene siempre el mayor obstáculo en la representación que se hace de los protagonistas. A veces es retrato es con una mirada contemporánea, lo que en parte invalidad el trabajo documental porque no todo el mundo triunfa en su tiempo. En otras ocasiones, hay una loa continua por esas mismas razones, y no todo el mundo aprecia el arte o el éxito profesional de la misma manera. Por eso, una biografía eficaz tiene que entender cómo fue realmente la vida en su transcurso, no en cómo la recogen los libros de historia con la perspectiva que da el paso del tiempo. Estas disquisiciones sirven para alabar el trabajo que hacen Rafael Jiménez y Mer Hidalgo en Los hermanos Álvarez Quintero, porque se asoman con mucho acierto a sus éxitos y fracasos, a sus vivencias personales, tratando de enfocarse en el momento exacto que muestran, incluso cuando las historias de estos dos dramaturgos no eran del todo comprendidas por centrarse especialmente en la Andalucía costumbrista en la que crecieron, cuando se sienten tan entusiasmados como ingenuos cuando les llega una primera oportunidad o cuando sus obras no cuentan con el éxito que les gustaría. Es un buen trabajo el que hacen los autores porque, como debería ser cualquier biografía, salimos del libro conociendo mucho mejor a los protagonistas.
Jiménez, de hecho, tiene una trayectoria ya bastante notable en la Historia española, y es bastante fiel a esas ideas. Se pueden echar de menos más diálogos para entender emociones y que haya una menor dependencia de los cuadros de texto para que entendamos cada escenario, pero la combinación que hace de ambos elementos es bastante correcta y, hay que insistir en ello, sirve para que entendamos toda la vida de los protagonistas. Los hermanos Álvarez Quintero tiene además la particularidad, nada oculta, de que hay que equilibrar a dos personajes en el centro de todo, pero de eso también sale bastante airoso el guion del álbum: se reconocen dos personalidades, dos personas y dos vidas, por mucho que el eje central de la historia sea lo que les reúne, su literatura. Es cierto que, dentro de la loa excesiva que acecha a cualquier biografía, esta invita a salir del tebeo con la idea de que Jiménez quiere dejar claro, por encima de todo, que los Álvarez Quintero dejaron un legado importante, lo cual trasciende en realidad los preceptos del género que aborda, pero en esas páginas finales también es fácil sentirse cómodo desde el punto de vista del lector precisamente porque el retrato anterior justifica esas conclusiones y, sobre todo, el talante siempre positivo y cercano que hay en la obra, sin obviar por ello los momentos más dramáticos que toda vida tiene.
Hidalgo encuentra una buena manera de retratar a los hermanos, pero también al mundo que les rodea, moviéndose en esa línea que nunca es sencilla entre el retrato de cualidades más fotográficas con la creación de personajes que resulten creíbles dentro de una historia. Y es que se trata justo de eso, el trabajo que hace Hidalgo en Los hermanos Álvarez Quintero sabe que tiene que moverse en ese terreno para proporcionar comodidad al lector, sepa o no quiénes son los protagonistas y por qué su obra tiene que ser recordada. Sirve también para retratar la España de finales del siglo XIX y casi la primera mitad del XX con cierta sobriedad, pero con el detalle necesario para encontrarnos en las localizaciones reales que se recorren a lo largo de la vida de los protagonistas. Hay cambios en el color, Hidalgo no se ocupa de esa labor en todas las páginas y complementa Juan Álvarez, pero no hay diferencias visibles y hay patrones muy reconocibles. Los hermanos Álvarez Quintero es, por tanto, la obra solvente que aspira a ser, la reivindicación cariñosa de los autores que fueron, pero ligándoles también a su vida más que a su obra en esta narración para que entendemos de donde salieron las comedias que idearon. ¿No se trata de eso en las biografías documentales de este estilo? El éxito, por tanto, está asegurado.
El contenido extra lo forman un portafolio de diseños y bocetos de Mer Hidalgo y una ilustración de Juan Álvarez Fuente.