‘Aguachirri’, de Cati Baun

Editorial: Garbuix.

Guion: Cati Baun.

Dibujo: Cati Baun.

Páginas: 128.

Precio: 21,95 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Septiembre 2024.

Lo que Cati Baur nos cuenta en Aguachirri es la vida. No es una historia de éxito, éxito tal y como parece entenderlo la sociedad moderna, y eso es seguramente lo que más atrae del cómic porque nos recuerda que en la vida real lo que sucede generalmente es que perdemos, que no logramos los objetivos que nos marcamos no ya cada día sino de una manera más ambiciosa. Ojo, no es un drama, todo lo contrario, esta lección se extrae de lo cotidiano, de lo cercano, de lo cálido, de la promesa de unas amigas de abrir un bar con el nombre que da título al tebeo si les toca la lotería. Y no, no les toca la lotería, sino que el dinero les llega por otra vía distinta. Esa es la excusa con la que Baur se asoma a las vidas de un grupo de mujeres que aportan experiencias y circunstancias muy distintas. De buen rollo, con empatía constante, lo que funciona en Aguachirri es precisamente eso, que es un retrato de la vida, con sus momentos maravillosos y agridulces, con sueños y barreras, y sobre todo con relaciones, las que surgen a cada momento, que acaban siendo de una enorme amistad como para compartir una parte muy importante de la vida con otras personas. Hay mucha sinceridad en el trabajo de Baur, y eso es lo que más se agradece, porque parte de un cariño muy grande hacia sus personajes.

Dicho de otra manera, el argumento es la excusa, lo que da sentido a muchas de las vivencias que la autora plasma en el libro, pero lo que realmente importa está en sus protagonistas. Baur abre una ventana para que veamos sus vidas, para que escuchemos lo que dicen, sueñan, piensan y ejecutan, con unos diálogos bien planteados, muy realistas y a la vez divertidos. Y lo más interesante de todo es ver que hay un grupo de amigas que son capaces de llegar a un mismo punto, el de la apertura del bar, desde puntos muy distintos en su vida. No son precisamente unas recién llegadas a la vida adulta cuando se lanzan a esta aventura empresarial, lo que también puede entrar en el terreno de las lecciones de vida que apunta Aguachirri, ni tampoco se meten en el proyecto por las mismas razones. Esa es seguramente la gracia de entrar en el mundo de todas ellas, porque lo hacemos desde una vía muy íntima, muy sincera como decíamos. No es que Baur trate de aleccionarnos sobre algo concreto o de explicarnos abiertamente los peligros de la vida, pero hay muchos momentos que sabe retratar con enorme naturalidad en los que se generan conexiones con nuestras propias vidas, sin dejar por ello de mandar un mensaje feminista y femenino admirable, moderno y reivindicativo.

Los objetivos del dibujo de Baur son los mismos, empezando por el buen rollo y la cercanía. Eso es algo que se siente ya desde la misma cubierta del libro y sin tener ni idea de lo que estamos a punto de leer. Se trata de entrar en sus vidas sin sentirnos por ello intrusos, de entender que son mujeres muy distintas entre sí, y eso es algo que la autora logra de formas mucho más intensas que la simple diferencia física. Y todo esto se logra, además, con un estilo sencillo, director y claro, en el que se explora la tragicomedia con enorme naturalidad y, por tanto, se da la clara impresión de que no estamos siguiendo a personajes, sino a personas. Ese es el gran logro de Aguachirri a lo largo de sus más de cien páginas, que se asoma con mucho corazón a un puñado de vidas, a un proyecto que cuesta poner en marcha y que exige algo distinto de cada una de ellas. Y sí, independientemente del final porque lo importante es el viaje, hay un buen rollo imperante que se disfruta mucho, incluso cuando el propósito que tiene una escena sea el de recordarnos que hay motivos para dudar, para agobiarse, para tener miedo. Es parte de la vida, como lo es la historia de Aguachirri, que nos abre un poco más la mente para ver la realidad sin necesidad de encontrar estridencias o situaciones que no sucedan.

Dargaud publicó originalmente Pisse-Memé en abril de 2023.