Título original: 劇場版「美少女戦士セーラームーンCosmos.
Director: Tomoya Takahashi.
Reparto: Kotono Mitsuishi, Hisako Kanemoto, Rina Satō, Ami Koshimizu, Shizuka Itō, Kenji Nojima, Ryō Hirohashi, Taishi Murata, Misato Fukuen, Shoko Nakagawa, Junko Minagawa, Sayaka Ohara, Ai Maeda, Yukiyo Fujii, Reina Ueda, Sumire Morohoshi, Yūko Hara, Rie Takahashi, Marina Inoue, Ayane Sakura, Saori Hayami, Nana Mizuki, Keiko Kitagawa, Mitsuki Saiga, Megumi Hayashibara, Fumie Mizusawa, Yuka Komatsu. Shiori Mikami, Kanae Itō, Haruka Kudō, Mariya Ise, Yōko Hikasa, Ayumu Murase, Sena Koizum.
Guion: Kazuyuki Fudeyasu.
Música: Yasuharu Takanashi.
Duración: 160 minutos.
Estreno: 9 de junio, 30 de junio de 2023 (Japón).
Hay muchas formas de afrontar Pretty Guardian Sailor Moon Cosmos, pero la fundamental es que supone un punto final a la franquicia, al menos de forma aparente, y de ahí el clímax que tiene… y muchos de los sucesos que acontecen a lo largo de las dos partes de esta historia, que en conjunto supera las dos horas y media y podría haber sido perfectamente una sola cinta, muy mucho como ya sucedió con Eternal (aquí, su crítica), de la que es continuación directa. Dicho esto, y salvando ese componente emocional que sin duda es clave para el disfrute de la historia, lo cierto es que tenemos más o menos las mismas características que han marcado siempre el devenir de Sailor Moon. Esto es, muchos mensajes positivos de amistad y familia, el sempiterno enfrentamiento entre el bien y el mal, aunque aquí entre cristales bien podríamos decir que entre la luz (de colores) y la oscuridad, transformaciones ya conocidas y que se repiten una y otra vez, lo que para el profano será un alargamiento algo innecesario del metraje, y acrobacias bastantes atractivas. Es verdad que esa intención de dar un final añade un componente de drama que no es tan frecuente en Sailor Moon, y quizá por eso es un poco más fácil comprar el crescendo que supone la película, incluso aunque podamos perdernos en el carrusel de nombres de artefactos y lugares que se quedan en inglés en el doblaje español.
No sorprenderá a nadie que se diga que Sailor Moon, Cosmos por supuesto también, es una de esas franquicias que habla especialmente para fans. Hay de hecho, incontables guiños y referencias en la película que cuesta entender si no se está versado en la mitología del manga o del anime, y eso puede suponer un pequeño escollo. Pequeño, eso sí, porque al final hay buen ritmo en base a los misterios que se van desarrollando, primero por la identidad de un grupo de idols que, menuda casualidad, van a estudiar al mismo instituto de las protagonistas, y después por la villana, a la que se deja caer con relativa facilidad en el clímax después de una presentación espléndida y quizá con un aspecto visual menos atractivo ataviada para el combate que de, digamos, normal. Con ellos se entiende la división en dos entregas, aunque, insistimos, casi parecía algo innecesario para la historia, cuyo ritmo se entiende mejor vista del tirón. Y el final, como hemos indicado, compensa cualquier defecto que pueda tener la película. En realidad, todo su último acto, clímax, resolución (con alguna que otra concesión que hay que hacer, eso sí) y epílogo, porque todo tiene el alcance que se espera, la transcendencia que se ha ido generando a lo largo del filme y ese drama que, siendo claros, hace que la franquicia alcance un potencial mayor.
Hay en Cosmos un mensaje muy emocional que llega no solo a los personajes, sino a la misma esencia de la franquicia. La historia juega con el futuro de las Sailor Guardians, y se nota que hay una seriedad mayor, incluso aunque la película se permita ciertas escenas más relajadas, sobre todo en la primera parte, o algún mensaje feminista puntual que sí se acerca a lo artificial y bastante innecesario en una que se sustenta en un masivo, incuestionable y bien argumentado protagonismo femenino. A partir de ahí, se disfruta con relativa facilidad del carrusel de presentaciones de Sailors del pasado, presente y futuro de la franquicia, del festival de luz, color y movimiento que desprenden las transformaciones, aunque eso sea lo menos novedoso de todo, y sobre todo de un enfrentamiento que se fraguando poco a poco con un buen sentido del ritmo. Pretty Guardian Sailor Moon Cosmos cierra un ciclo, eso es evidente y se busca además con frenesí con su epílogo, pero es tan eficaz que en ese sentido no se le puede poner ni un solo pero. No es, insistimos, una puerta de entrada a la saga, sino la mejor salida posible, un repaso casi fundacional al espíritu de Sailor Moon, a toda su mitología y a la práctica totalidad de sus personajes, todos con su momento de gloria en el metraje, que sus aficionados seguramente agradecerán mucho.
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