‘El acuanauta’, de Dan Santat

Editorial: Astronave.

Guion: Dan Santat.

Dibujo: Dan Santat.

Páginas: 256.

Precio: 22,95 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Junio 2024.

A pesar del enorme poder visual que tiene la portada de El acuanauta, esta es una de esas ocasiones en las que habría sido genial entrar en una obra, la de Dan Santat, sin saber lo que revela esa presentación inicial. Y es que el prólogo y el arranque de la historia parecen ir por un lado hasta que la presentación de este acuanauta nos lleva a rincones completamente diferentes. No es que no vayan de la mano, al contrario, pero lo que vemos al principio es una historia dramática, personal y familiar, y lo que nos encontramos a partir de ahí es una aventura fantástica de lo más peculiar. El gran acierto de Santat es que las dos almas de este relato le sirven para abordar lo que le interesa contar, que con temas mucho más profundos de lo que puede parecer que va a tocar, añadiendo una nueva capa de sorpresa a un tebeo que acaba siendo estimulante en todo, en lo que cuenta y en la forma que adopta para hacerlo, con un tono de fábula moderna que se agradece lo suyo. Y es que, al final, por mucho envoltorio fantástico que tenga, aunque haya unos animales marinos pilotando una suerte de robot disfrazado con un traje de buzo humano, al final esta es una emocional historia sobre la familia y sobre la pérdida que sabe jugar sus bazas para aprovechar toda la intensidad personal que tiene y también su ochentero sentido de la aventura.

Esa mezcla hace que sea una obra menos infantil de lo que quiere ser. Ojo, eso no quiere decir que no esté pensada para lectores de corta edad, maneja tanta imaginación que resulta imposible pensar lo contrario, pero sí es cierto que para el lector adulto queda un poso distinto y complementario. Es una aventura deliciosa, una que además encuentra en un parque marino todo lo que necesita para funcionar a todos los niveles, desde el background de los dos protagonistas, una niña que ha perdido a su padre y su tío, investigador en ese centro, hasta el villano, que introduce una piza de la crítica social que tan bien sienta a un relato que, además, defiende el cuidado del entorno marino de una forma tan inteligente. Pero no olvidemos que la historia lidia con dos maneras muy distintas de afrontar la muerte, la de los dos protagonistas, que además lamentan la pérdida de la misma persona desde enfoques diferentes. Una vez ha roto Santat todas las corazas emocionales con las que podamos sentarnos a leer El acuanauta es cuando nos mete de lleno en el otro mundo de la historia, uno que, podríamos decir que incluso por sorpresa, trata con el mismo nivel de humanidad, por mucho que haya cangrejos, pulpos y otras criaturas dándole forma. Ahí es cuando, en realidad, vemos que la obra también habla de miedos y genera todavía más empatía.

El dibujo de Santat es espléndido porque sabe entender todo lo que hemos expuesto hasta aquí. Sin necesidad de buscar un referente fotográfico, muy a la manera de Jeff Lemire aunque su estilo sea bien distinto, consigue que todo lo que vemos en la viñeta, por absurdo que sea, tenga sentido y cercanía. Que tenga realidad, en definitiva, que es de lo que se trata, de que todo lo que vemos entre en la esfera de lo posible. Lógicamente, el propio acuanauta del título y la humanización de las criaturas marinas nos recuerdan el lado más fantástico de la historia, que es el que permite a Santat explorar en primer lugar la belleza y los peligros del mar, el que permite también explorar el lado más cómico de la obra, retos que llegan por lo cambiante del escenario y de los que el autor sale más que airoso. El acuanauta es una deliciosa sorpresa, una que encuentra una historia preciosa en todas sus vertientes, una que nos enseña la importancia de la familia, pero también la del medio ambiente, una que habla de cuestiones muy íntimas pero a la vez de cuestiones sociales de gran calado, una que acaba siendo mucho más ambiciosa de lo que podríamos haber pensado al principio, sobre todo si la primera información que recibimos es la de ver a un pulpo y un cangrejo pilotando una especie de autómata junto a una niña. Sí, hay mucho, mucho más que rascar por aquí.

Graphix publicó originalmente The Aquanaut en marzo de 2022.

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