‘Black Squaw’, de Yann y Alain Henriet

Editorial: Norma.

Guion: Yann.

Dibujo: Alain Henriet.

Páginas: 248.

Precio: 45 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Junio 2024.

Son ya muchos los cómics en los que Yann se acerca a periodos bélicos del siglo XX para dar una visión aventurera y moderna, por lo que Black Squaw no sorprende en ese sentido. Doble 7 (aquí, su reseña), El piloto del Edelweiss (aquí, su reseña) y, sobre todo, Angel Wings (aquí, reseña de sus primeros álbumes), son muestras más o menos recientes de esta bibliografía de guerra en la que, además, presume de dar un protagonismo esencial a personajes femeninos, como pasa en esta serie, cuyos cuatro álbumes están recogidos en este volumen integral. Otra característica esencial, basado en personajes reales. Dramatizado, por supuesto, pero casi siempre partiendo de figuras, cuerpos o eventos reales que ayuden a dar una trascendencia al relato que suele funcionar bastante bien. Black Squaw lo hace, también desde el punto de vista de las minorías que abandera y defiende. La protagonista es una mujer, mitad negra y mitad india, lo que completa un cóctel que, por interesado que pueda parecer, es sumamente interesante y está muy bien integrado en la historia para reflejar el presente de la aviadora Bessie Coleman, pero también el pasado que vemos a través de flashbacks. No podríamos decir que es la gran historia americana, pero el hecho de tocar tantos palos, también el de la mafia por medio de la figura de Al Capone, hace de ella una lectura bastante atractiva.

Es verdad que la expectativa condiciona, y que Yann acumula muchas historias que, sin entrar en detalle, pueden entrar en el terreno de lo parecido. Black Squaw, de todos modos, busca diferenciarse un poco desde el principio, abordando la soledad del avión desde el diálogo. Esa técnica puede parecernos absurda, incluso irreal, pero lo cierto es que ayuda a conocer bastante bien a la protagonista y su manera de salir de las dificultades. Es verdad que la historia impacta más por el planteamiento en sí mismo que por la posterior resolución, pero aborda cuestiones lo suficientemente interesantes como para que la lectura sea agradable. Quizá esté algo estirada, porque hablamos de cuatro álbumes, pero hay carisma en la figura central y mucho que rascar en los mundos que toca, el de la aviación, el de la mafia y el policial, así que unas partes equilibran a las otras sin demasiados problemas. Yann en eso suele moverse bastante bien, conoce la época, la primera mitad del siglo XX es una clara debilidad para el escritor y todo lo que suele poner en sus obras surge de ese saber y de la documentación que maneja. Quizá por eso una protagonista como esta, en una posición que seguramente no correspondía a una mujer, y menos a una como esta, viene precedida de la advertencia de que la historia se basa en hechos reales, para que el lector conecte mejor.

Da la sensación de que Yann se siente muy cómodo con un estilo de dibujo concreto, da igual el ilustrador que se encargue de sus guiones, y lo que sirve Henriet en Black Squaw encaja a la perfección en esa idea preconcebida que podemos traer de otras historias previas que nos ha brindado el escritor de este u otras épocas no demasiado alejadas. Así, Henriet apuesta a partes iguales por la belleza y por el carisma. Hay belleza, por supuesto, en las escenas aéreas, en el delicado trabajo de documentación por el que todo parece cobrar vida ante nuestros ojos. Hay carisma en los personajes, en Bessie Coleman, por supuesto, pero también en otros personajes, también en un Capone que sí parece algo estereotipado. Es notable la forma en la que expande la página para que sintamos que las alas de los aviones no cabrían en dibujos más pequeños, y lo bien que funcionan los personajes en unos escenarios que se cuidan al detalle. No es que Black Squaw se salga de los cánones más reconocibles de historias de esta naturaleza, de esas que apuestan por un periodo histórico muy concreto y por personajes femeninos que destacan en mundos de hombres, pero tampoco se le puede negar lo agradable que es su lectura por lo que nos cuenta de la aviadora y del momento temporal que le tocó vivir.

El volumen incluye los cuatro álbumes de Black Squaw, publicados originalmente por Dupuis entre abril de 2020 y diciembre de 2023. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Henriet, un dosier sobre la obra y la época y bocetos e ilustraciones del dibujante.

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