‘Hola, Bombón’, de Chung Yoojin

Editorial: Dibbuks.

Guion: Chung Yoojin.

Dibujo: Chung Yoojin.

Páginas: 96.

Precio: 19 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Junio 2024.

El Hola, Bombón de Chung Yoojin es una obra peculiar. No es, no acaba siendo al menos, lo que parece en un inicio y en ese necesario primer vistazo, y si alguien quiere sorprenderse de verdad durante la lectura lo mejor que puede hacer es dejar de leer, no solo estas líneas sino cualquier sinopsis o reseña que pueda encontrar. ¿Estamos ya solo los que queramos ir un poco más allá, siempre respetando lo que Yoojin se guarda para la lectura? Bien entonces, ahora ya podemos decir que Hola, Bombón nace como una historia que habla de la relación entre una niña y su mascota, pero acaba siendo otra muy distinta, una que aborda la despedida entre seres queridos. Hay un salto grande, eso es cierto, y podríamos llegar a decir que hay un ejercicio importante para el lector, que es quien tiene que conectar con la empatía que necesita. Al final se trata de eso, de una historia que toca la fibra sensible y aborda cuestiones mucho más adultas y complejas de lo que se puede aventurar, más seguramente por la primera mitad de la obra y lo que cuenta que por su estilo visual, que claramente podríamos llevar a lo infantil. Y no se puede decir que la historia no sea bonita, no, pero es verdad que su belleza no es la que uno espera, igual que tampoco su drama es el que se puede aventurar en el arranque.

Lo que más sorprende de la narración de Yoojin en esta su primera obra es que es muy cambiante, incluso podríamos decir que esas variaciones llegan de manera inesperada. Es chocante, precisamente por el toque juvenil y bonito que tiene la historia, pero la autora le niega aquello para lo que parece destinado: no es una historia de amistad y amor eternos, aunque desde luego hay mucho de eso en sus páginas. Casi sin que nos demos cuenta, el tebeo se transforma en un estudio, ligero, sí, pero estudio al fin y al cabo, sobre la muerte, sobre la pérdida, sobre cómo afrontarla y cómo vivirla… pero además desde puntos de vista cambiantes. No es, en ese sentido, una obra fácil, por mucho que su apariencia invite a pensar lo contrario, y es abiertamente irregular, a pesar de que podríamos caer en el error de pensar que su sencillez está en el centro de todo lo que quiere contar. Dicho de otra forma, hay una intención en Yoojin más allá del inocente punto de partida en el que resulta tan fácil entrar. Por eso, el camino más atractivo en Hola, Bombón es el que nos lleva sin pensar, sintiendo más que analizando, entendiendo los lazos emocionales de los personajes más que las decisiones narrativas que toma la autora, porque al final se trata de dar un punto de vista sobre aspectos inevitables de la vida.

Lo hemos dicho ya, la elección estilística de Yoojin para este su primer gran trabajo es una invitación a un tono que no es, quizá de manera sorprendente, lo que termina imponiéndose en el tebeo. Y eso no es bueno ni malo en sí mismo, más bien un interesante contraste que analizar. La sencillez en las líneas busca, en primer lugar, que sintamos por Bombón, por ese pequeño perro, lo mismo que la niña que se convierte en su mejor amiga. Ese objetivo podemos darlo por satisfecho casi desde el inicio, es la piedra angular de toda la obra, la forma en la que la autora nos va dando razones para que asumamos la pérdida en toda su extensión. Es imaginativa la forma en la que va construyendo el relato, con una composición de página cambiante, con colores vivos que recuerdan constantemente la intención alegre de la obra y con escenas que rompen la dinámica realista, sueños y fantasías que están bastante bien traídas. Lo que sí podemos tener claro de Hola, Bombón, con todas estas ideas, es que es un trabajo que nace dan la comprensión de lo especial que puede ser la relación entre una persona, de cualquier edad, y su perro, de los fuertes vínculos emocionales que se establecen y de la trascendencia que tiene la muerte desde cualquiera de los dos lados. Es un tebeo peculiar, sin duda, pero también llamativo.

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