Páginas: 284.
Precio: 59,60 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Junio 2024.
No hay duda de que Vampirella es lo que dio fama mundial a Pepe González. Uno de esos dibujantes de Secciones Ilustradas que se abrió camino en mercados internacionales gracias a una categoría sublime, pero libros como este, El arte de Pepe González, nos abren un poco los ojos y nos recuerdan que los autores de aquella época eran mucho más que lo que les hizo recibir el reconocimiento. Hay tanta diversidad en su carrera, dentro de las posibilidades que había entonces, que un libro de esta naturaleza parece no ya importante sino en realidad imprescindible para deleitarnos con todo lo que hizo durante décadas este descomunal artista. Porque sí, hablamos de un artista y el libro lo demuestra. La misma cubierta del volumen, un retrato de Marilyn Monroe, es una declaración de intenciones para que el lector se asome a su mundo visual teniendo claro que Vampirella es importante, desde luego, pero no lo único que vamos a encontrar en sus páginas. Hay textos muy completos que nos invitan a conocer todo lujo de detalles sobre la vida y la obra de González, pero lógicamente el protagonismo del libro se lo lleva el dibujo. Ilustraciones, pin-ups, páginas completas, acuarelas, portadas de cómics y libros… Hay absolutamente de todo, y de procedencias muy variadas, porque para González era tan fácil dibujar a Claudia Cardinale como a Barbie, a Cary Grant o al Dúo Dinámico.
No vamos a engañarnos, el aliciente fundamental del arte de González está en su extraordinaria percepción del cuerpo femenino, carnal y sexual, atractivo y elegante. El deleite que produce el libro en este sentido es espectacular. Las mujeres de González siempre fueron únicas y reconocibles, y daba igual que fueran mujeres reales, con un retrato sublime, que heroínas de ficción también creadascon referentes fotográficos que el libro, por supuesto, también recoge para entender la dimensión de González como artista. Solemos hablar de libros de este porte con sincero entusiasmo, porque son volúmenes que permiten conocer en detalle la obra de autores a los que hay que reconocer siempre, independientemente de que hayan fallecido o sigan en activo, trabajen en España o en el extranjero. Pero Pepe González es una debilidad reconocible para quien conozca su trabajo. La nostalgia se dispara, el libro provoca que disfrutemos con una forma de ilustrar añeja, pero no por ello menos impactante. Es muy fácil perderse en las páginas de un libro brutal que puede servir a lectores más jóvenes para descubrir cómo se trabajaba antes y los sublimes resultados que consiguió González, uno de esos pocos autores que pueden presumir de haber hecho suyo un personaje nacido en otra cultura y de la mente de otros autores. Vampirella, sí, pero mucho más que eso.
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