Televisión – ‘Batman. El Cruzado Enmascarado’

Título original: Batman. Caped Crusader.

Reparto: Hamish Linklater, Jason Watkins, Eric Morgan Stuart, Krystal Joy Brown, John DiMaggio, Gary Anthony Williams, Michelle C. Bonilla, Jamie Chung, Diedrich Bader, Bumper Robinson, Tom Kenny, Cedric Yarbrough, Roger Craig Smith, Grey DeLisle, William Salyers, Yuri Lowenthal, Corey Burton, Vincent Piazza, Jason Marsden, Santino Barnard, James Arnold Taylor, Kimberly Brooks.

Música: Frederik Wiedmann.

Plataforma: Prime.

Episodios: 10.

Duración: 26 minutos.

Estreno: 1 de agosto de 2024 (Estados Unidos / España).

Es difícil de decir, y es algo que solo sus responsables serán capaces de aclarar si quieren hacerlo, pero cuando uno ve la espléndida primera temporada de Batman. El Cruzado Enmascarado, la tentación más evidente es la de pensar que estar es la serie de Bruce Timm, sobre todo en la parte visual, y la de Ed Brubaker, por la forma en la que está escrita. El reto es evidente cada vez que se pone en marcha un proyecto animado sobre el Caballero Oscuro, y es el de estar a la altura de la mítica Batman. The Animated Series (aquí, su crítica). Timm era el responsable de aquella y lo es de esta, y a pesar de las evidentes conexiones entre una y otra, el gran acierto de estos diez capítulos está en no querer convertirse en una prolongación de la serie original. Al contrario, hay un respeto estilístico, eso parece claro, pero al mismo tiempo hay una intención renovadora que va más allá de los cambios más evidentes, no todos demasiado útiles, pero al final entendibles como parte de las pretensiones que tiene la serie. Vivimos en unos tiempos en los que es fácil quedarse con que el Pingüino es una mujer, con que Bullock es un poli corrupto con bigote o con que Jim y Barbara Gordon son negros, en el caso del primero por cierto es algo que ya se vio en The Batman (aquí, su crítica), la película de un Matt Reeves que aquí también ejerce de productor ejecutivo.

La base es lo que importa, y El Cruzado Enmascarado es un firme, sólido y sobresaliente homenaje al noir, al pulp, al primer Batman, aquel que no necesitaba artificios como los establecidos garfios en sus guantes para ser una amenazadora criatura de la noche. Visualmente, de hecho, el espíritu es el del Batman de Bill Finger, y eso es algo delicioso de ver en una animación realizada 85 años después de que naciera el personaje. El acierto de jugar con un escenario atemporal, digno de las grandes novelas y películas de detectives, es espléndido, incluso aunque este pueda pegar más con una animación tradicional que con los toques más modernos que da el trabajo por ordenador, que se ve en el movimiento de vehículos y también de personajes en esta serie. Y sobre todo los diálogos, se ve por fuerza mano de Brubaker (y la de Greg Rucka también, escritor de uno de los episodios), porque a través de ellos se configura a un grupo de personajes excepcional. Con ellos, la serie traza el retrato de un Batman empezando su carrera como vigilante. Es el Batman de siempre y a la vez no lo es. Y si prima más el espíritu del personaje, perfectamente reconocible, que los cambios de los que hablamos, incluso en la relación que hay entre Batman y Alfred, es que el trabajo que se hace es espléndido.

Lo es, entre otras cosas, porque no hay miedo alguno a afrontar una versión que aspire a ser definitiva con unos personajes que tienen docenas de intentos parecidos. Pero este es especial en muchos sentidos. Despista que la serie tenga, sobre todo al comienzo, una estructura de episodios autoconclusivos que sirvan para presentar a los personajes, algunos de ellos secundarios notables y no precisamente los villanos más famosos (¡ah, la escena final, la que abre el camino a la segunda temporada…!), porque en realidad El Cruzado Enmascarado es una progresión espléndida en la que destaca un personaje: Harvey Dent. Por momentos incluso parece que esta es su historia, sobre todo porque él es el centro de la parte final de estos diez primeros episodios y, aparte del propio Batman, el gran eje sobre el que la serie va evolucionando. Diez episodios, sí, y parecen pocos para sentenciar que esta serie se convierte desde ya en un clásico instantáneo, pero el nivel es altísimo. Timm y Brubaker no son autores dados a decepcionar y aquí desde luego no lo hacen. Al contrario, sus creadores consiguen que Batman. El Cruzado Enmascarado sea una fuente ineludible para entender cómo un personaje con tantos años a sus espaldas puede seguir interesando a nuevas audiencias sin tener que adaptarse a ellas, simplemente respetando su espíritu original.

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