Guion: Denis Lapière, Gani Jakupi.
Dibujo: Rubén Pellejero, Eduard Torrents, Martín Pardo.
Páginas: 144.
Precio: 32 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2024.
La propuesta de Barcelona. Alma negra es valiente y ambiciosa, y eso, que es una gran virtud, se convierte también en su mayor enemigo. Lo es por ser un tebeo realizado por cinco personas, dos escritores y tres ilustradores, con la enorme dificultad que tiene siempre conjugar artísticamente tantas sensibilidades y las diferencias que pueda haber entre ellas. Lo es porque quiere ser un fresco de la ciudad de Barcelona durante la dictadura franquista, durante toda ella, desde los años 40 hasta la mismísima muerte del tristemente recordado como Generalísimo, como si hubiera algo que celebrar de su figura. Y lo es porque maneja una historia que tiene muchas ramificaciones, muchas tramas, muchas emociones. Sobra decir que todo esto es algo muy difícil de conjuntar de manera exitosa y que no hacerlo en algún momento no es un demérito del libro, sino la constatación de que hacer cómic es algo fascinante que hay que valorar cuando se tiene el arrojo que hay en la base de tebeos como Barcelona. Alma negra. Lo que queda es un thriller que engancha, que puede sufrir por los saltos temporales y porque el foco parece cambiar según los momentos, pero que es un reflejo brutal de la época, con diálogos más que interesantes y un dibujo excepcional, por mucho que haya tres cabezas pensando cómo encajarlo en la viñeta.
Denis Lapière y Gami Jakupi son los escritores. Sería absurdo decir que tienen mérito por escribir sobre algo que les es ajeno, porque al final escribir de lo que uno conoce es una limitación un tanto absurda, que sirve para lo autobiográfico pero que limita. Aquí, obviamente, eso no sucede, y por eso hay que celebrar el brutal trabajo de documentación que hay para entender lo a gusto que nos sentimos en esta Barcelona sombría y violenta. No parece del todo claro qué pesa más en su ánimo, si la idea de mostrar un thriller intenso y violento o la de dotar al protagonista de un marco en el que pueda transcurrir su azarosa vida. Quizá, en realidad, los dos pesen igual, y por eso apreciamos esos problemas de ritmo producto de esa ambición de la que hablábamos, más palpables quizá tras la lectura que cuando estamos enfrascados en ella. La razón es que la ambientación es espléndida, los personajes interesan, cada secuencia tiene algo importante que añadir al conjunto, incluso aunque no nos demos cuenta en ese momento de lo que nos quiere decir. Y quizá lo más destacado de todo sea lo que significa el propio Carlos, el protagonista, en este viaje, transformándose desde la víctima que empieza siendo siguiendo de alguna manera el mismo camino de la dictadura.
En el dibujo tenemos a Rubén Pellejero, Eduard Torrents y Martín Prado, y el resultado de su trabajo es espléndido, fascinando incluso en los huecos que pueda tener la historia. Podríamos preguntarnos cómo ha sido el trabajo de los tres, barceloneses por cierto, cómo se han dividido la obra, si ha sido por espacios temporales, por páginas, por viñetas o incluso por figuras, pero en el fondo da un poco igual, porque parte de la mística del arte es no saber cómo se ha llegado a la maravilla que uno tiene delante. Quedan las entrevistas y las ruedas de prensa para quienes tengan ese interés, pero en las páginas de Barcelona. Alma negra lo que se ve en un conjunto de una enorme solidez, tanto por la manera en la que entiende los escenarios como por lo bien dibujadas que están todas las figuras. El misterio engancha, la violencia repele, el sexo fascina y las ambiciones generan un debate interno en el lector. Lo cambiante que es la historia no hace sino añadir más elementos con los que Pellejero, Torrents y Prado se desenvuelven con una sobresaliente elegancia y con una compenetración a la que no se le pueden encontrar fisuras. Barcelona. Alma negra, de hecho, cuenta en su dibujo con el principal reclamo para conseguir que nos creamos en buena medida la ambición de su propuesta. Con sus peros generales, sí, pero con el sabor de una gran historia.
Dupuis publicó originalmente Barcelona, âme noire en febrero de 2024.
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