‘Team Phoenix’ 2, de Kenny Ruiz

Editorial: Planeta Cómic.

Guion: Kenny Ruiz.

Dibujo: Kenny Ruiz.

Páginas: 200.

Precio: 9,50 euros.

Presentación: Rústica con sobrecubierta.

Publicación: Junio 2024.

Tiene que ser muy emocionante siendo un artista que una editorial ponga en tus manos juguetes de renombre, creaciones de autores únicos y motivos. Puede que hayamos normalizado esas sensaciones por el cómic americano, pero otras industrias permiten oportunidades distintas. Esa es la clave de Team Phoenix, porque hablamos de Osamu Tezuka, de sus personajes, de sus ideas, adoptadas y adaptadas por un autor como Kenny Ruiz, que es uno de los primeros autores en romper lo que durante muchos años era una barrera insuperable: trabajar en la propia Industria del manga, con editoriales japonesas. No le quitemos ni una pizca del mérito que eso tiene, no pensemos ni por un momento que llegar a este punto es algo fácil o al alcance de todo el mundo porque si lo hacemos probablemente no entenderemos todo lo que supone Team Phoenix. Lo vimos en su primer volumen (aquí, su reseña), y lo vemos en este segundo. No se trata sólo de reunir personajes de la extensa bibliografía de Tezuka, sino de darles un sentido. Y eso es algo que todavía está por ver, porque Ruiz no se ha confirmado con una historia cualquiera. Ha sido ambicioso, y eso es algo que tendrá que culminar acertando en los pasos definitoria de la serie. ¿Pero qué podemos decir de lo que hemos visto hasta aquí? Pues que hasta aquí todo es impresionante.

Una vez superado el pavor que despierta el hecho de que alguien toque a los personajes de Tezuka (y hablamos tanto del autor como de los lectores), entrar en Team Phoenix es de lo más sencillo. Quien haya seguido la trayectoria de Ruiz sabe que hay en esta serie mucho de lo que nos ha enseñado previamente en Dos Espadas (aquí, reseña de su primera volumen), en El cazador de rayos (aquí, su reseña), en Soum (aquí, su reseña) o en Outrage (aquí, su reseña). La construcción de mundos es algo que domina, como también la colocación en ellos de los personajes, y por mucho que lo segundo le venga dado en cierta medida, lo primero es cosa suya. Lo es por su dominio del ritmo, por las gotas de humor que le gusta introducir, por la agilidad de los diálogos y por el respeto que siempre tiene por la historia y por los lectores y que aquí añade un elemento crucial: el cariño por las creaciones de Tezuka. Team Phoenix no busca sacar rédito de la nostalgia, sino convertirse en una honra a esa nostalgia. La diferencia es sutil, pero clave para entender un tebeo que, sí, tiene una historia medianamente enrevesada y que explora conceptos ambiciosos, pero que a la vez es una montaña rusa continua que sabe equilibrar la presencia de sus personajes sin necesidad de cuotas y con un ritmo precios y muy bien medido.

Si ya cuesta encontrar algo ingenioso que decir, algo que no haya salido antes, del Kenny Ruiz narrador de historias (y esto es lo que es, antes que cualquier otra cosa), como dibujante es aún más complicado, pero es que Team Phoenix lo pone fácil con el argumento con el que arrancábamos estas líneas. Aquí necesitamos reconocer a Tezuka, pero a la vez a Ruiz. Seguro que el autor granadino se lleva las manos a la cabeza por la simple mención de un campo en el que los dos nombres puedan aparecer a una altura parecida, pero las sensaciones son claras y la autoría en Team Phoenix se vuelca hacia los dos con mucha naturalidad. No vamos a descubrir las sorpresas que esconde este segundo libro, pero sí podemos elogiar lo que Ruiz hace para desvelar una de ellas, la forma en que lo presenta, el empaque que da a esas secuencias, la progresión en el detalle y la emoción que consigue. Es como si hubiera cogido la presentación de cada uno de sus personajes y la hubiera multiplicado por cien. Con eso, con sus escenarios, con lo bien que este autor sabe ambientar una historia de ciencia ficción como esta y todo lo delicioso que hay en las influencias que se le intuyen, lo único que podemos hacer es mantener el elogio y confesar que no podemos esperar para ver la siguiente entrega. Tebeazo. Y que siga.